Mientras se me enfría lo que acabo de sacar del horno (futura entrada) vamos con otra obra, de nuevo una pintura pero retrocediendo unos cuantos años en el tiempo. Nos vamos a Flandes, siglo XVI, donde desarrolla su trabajo uno de los artistas más recordados por siempre, Pieter Brueghel el Viejo. Yo os traigo su célebre Banquete Nupcial, obra a la que tengo especial cariño pues de pequeña mis abuelos nos regalaron un puzzle de Astérix en el que los personajes recreaban esta pintura.
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Esta obra, fechada en 1568, es un ejemplo de las numerosas piezas que el maestro dedicó al campesinado y su vida cotidiana, y no era raro que en esas escenas la comida estuviera presente de un modo u otro. La pregunta es, ¿la primera intención de Brueghel era de prevenir sobre el pecado de la gula, se burla del campesino? En aquella época era rarísimo encontrar a personajes nobles o poderosos representados comiendo; aquí por el contrario muchos personajes están en plena acción sin ningún reparo. Pero una obra así no podía ser una mera sátira. En realidad a Brueghel le interesaba mucho precisamente ahondar en la naturaleza más terrena del hombre, que no es sino una criatura más, y como tal tiene necesidades fisiológicas como cualquier otro ser vivo.
Aunque no debe ser considerada esta obra como una instantánea que capturase un momento de una celebración concreta (es más una recreación con gran contenido simbólico), Brueghel nos muestra cómo sería una fiesta campesina de este tipo. Podemos ver a la novia en el centro, inmóvil, rodeada de todo tipo de personajes en animadas acciones, pero sin perder la compostura. Se sirve cerveza y vino claro en jarras (el agua no era bien valroada nutricionalmente), y en primer plano, sobre lo que parece una puerta a modo de bandeja improvisada, se reparten purés o sopas en platos hondos, que junto al pan, era la comida habitual de los campesinos.
Los cereales eran energía, y el resto de productos que podían consumirse se tenían como complementos. Destaca la sopa, que además ayudaba a reblandecer el duro pan. Normalmente consistía en un caldo preparado con raíces y verduras, y a veces algo de carne o alguna grasa. La variedad de las hortalizas empleadas podía variar en función de cada región y de la época, pero en general eran todas “de suelo", las consideradas más bajas tanto a nivel nutritivo como social.