27 marzo, 2014

Receta de scones integrales de espelta con almendra y semillas {Grasas saludables con VV}

Este mes en Ventanas Verdes hemos querido dedicar nuestras recetas a las grasas saludables, y es que los ácidos grasos también son muy necesarios en la alimentación diaria, y a veces se dejan demasiado de lado.

Las grasas o lípidos son una importantísima fuente de energía para el organismo, y resultan además fundamentales para su correcto funcionamiento, especialmente para los órganos, membranas celulares y para que el cuerpo aproveche determinadas vitaminas. Se suele decir que hay grasas buenas y grasas malas, distinguiéndose entre saturadas e insaturadas.

Multigrain spelt scones

Los alimentos de origen animal son la principal fuente de grasas saturadas, que se relacionan con el colesterol y los problemas cardiovasculares mientras que las insaturadas son las grasas calificadas tradicionalmente como saludables. Entre las insaturadas distinguimos los famosos omega 6 y omega 3, monoinsaturados y poliinsaturados. Las grandes fuentes de estos ácidos grasos son el pescado (sobre todo el azul), aceites vegetales de semillas y frutos secos.

Ahora bien, parece que en los últimos años diversos estudios apuntan a que no hay que eliminar del todo las grasas saturadas de la dieta, y es que el colesterol por sí mismo no es malísimo porque el cuerpo lo necesita. El problema es cuando nos pasamos, como en todo. Como siempre, en el equilibrio está la clave, y es que yo creo que por tomar un poco de -buena- mantequilla de vez en cuando no nos va a pasar nada. Pero no hay duda de las grasas que deberían estar más presentes en nuestra dieta son los ácidos grasos insaturados, tratando de buscar el equilibrio.

Multigrain spelt scones

A pesar de que no es algo que nos impongamos en el grupo como condición, me gusta preparar recetas vegetarianas para Ventanas Verdes, y por eso no he recurrido al pescado como fuente de grasas saludables. Desde que descubrí que las semillas tienen una gran concentración de grasas saludables me encanta añadirlas a muchas recetas, y por eso quería preparar algo donde fueran las protagonistas. Entre mis favoritas están las de calabaza, muy ricas en omega 3, que son las grasas que suelen ingerise en menos cantidad respecto a las omega 6. El aceite de oliva sabemos que es una gran fuente de ácido oleico, pero no debemos olvidar también ingerir linoleico, más rico en aceites de semillas como el girasol o el lino.

Hacía tiempo que quería intentar a preparar una receta de scones más sanotes y ha sido la excusa perfecta. Está claro que su sabor y textura nunca será igual al de unos scones preparados con mantequilla, pero a mí me han encantado. Tiernos por dentro, crujientitos por fuera, saciantes y con ese toque que me encanta de una masa llena de semillas; son ideales para el desayuno o recargar las pilas a media tarde.

Receta de scones integrales de espelta con almendra y semillas
Ligeramente basada en una receta de London Bakes
Ingredientes para unos 8 scones

- 125 g de harina de espelta integral
- 80 g de harina de repostería
- 50 g de almendra molida
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 2 cucharaditas de levadura química (impulsor)
- 1 pizca de sal
- canela y jengibre molidos al gusto
- 2-3 cucharadas de azúcar moreno
- 1 cucharada de aceite de girasol
- 1 huevo L
- 60 ml de yogur
- 125 ml de leche de soja
- semillas de calabaza, lino y amapola al gusto

Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja con papel sulfurizado.
Colocar en un cuenco amplio la harina de espelta integral, la harina de repostería, la almendra molida, la sal, el bicarbonato, la levadura, el azúcar y las especias, mezclando bien con unas varillas. Formar un hueco y echar el huevo, batiéndolo ligeramente. Añadir el aceite, el yogur y la leche, mezclando con las varillas e incoporando poco a poco la harina.

Trabajar la masa con suavidad hasta obtener una textura homogénea pegajosa, pero más o menos manejable. Echar en la bandeja de horno y dar corma de disco redondeado. Con un cuchillo humedecido, marcar líneas paralelas para formar 8 scones triangulares. Espolvorear con algo de azúcar y más semillas, si se desea. Hornear unos 20-25 minutos, hasta que se hayan dorado y estén firmes. Dejar enfriar ligeramente, cortar los scones y servir templaditos.

Se pueden congelar sin problemas de forma individual una vez estén fríos. Ligeramente templados están muy buenos, rellenos con queso cremoso, mermelada o miel. La mermelada que os enseñé el otro día le va de maravilla.

Multigrain spelt scones

¡No os perdáis las propuestas de mis compañeras, hay recetas estupendas!
24 marzo, 2014

Receta de mermelada de naranja sanguina y kumquats

Este fin de semana el elfo y yo hemos desconectado un poco con una escapadita a Toledo. Su prima nos regaló hace tiempo un pack experiencia de esos que están de moda con estancia en hotel rural, y casi se nos caduca. Sí, somos lo peor, aunque tener la fecha límite tan cerca me vino bien para decidirme por fin por un destino y un hotel (con tantas opciones para escoger me cuesta mucho centrarme). Además, al final no podíamos haber elegido mejor la fecha, pues justo este fin de semana lo teníamos libre los dos, y encima ha coincidido con la recién inaugurada macro exposición dedicada al Greco, uno de mis pintores favoritos.

Blood orange kumquat jam

A ver si dedico una pequeña entrada a esa escapada (porque Toledo me ha maravillado, tal y como ya suponía que iba a pasar, especialmente su catedral), pero por el momento no quería retrasar más la publicación de esta fantástica mermelada.
Por algún motivo, no me apetece mucho hacer conservas en invierno, y en parte tiene sentido ya que esa época es más bien para abrir las conservas ya hechas meses antes. Pero llega la primavera y me dan ataques conserveros, sobre todo mermeladeros. Últimamente me ha dado por los sabores cítricos, y como ya hice una mermelada de naranja básica hace un tiempo, esta vez quería probar con frutas diferentes.
Llevaba tiempo mirando con curiosidad los kumquats cuando me los encontraba en algunos comercios, pero su precio algo desmesurado me echaba para atrás, y más porque no tenía muy claro cómo iba a usarlos. Pero un día me encontré con cajitas de estamonísma fruta a un precio más que razonable en una frutería de mi barrio, donde además ¡tenían sanguinas! Así que instantáneamente pensé en combinarlos para hacer mermelada.


Kumquats

El kumquat, quinoto o naranja china o enana es un cítrico que se usa mucho como árbol ornamental, pero que además ofrece un fruto chiquitín monísimo y muy aromático genial para preparar dulces. Su precio y su tamaño hace complicado dedicar una tanda de mermelada completa a este fruto, por eso es una buena idea combinarlo con otro producto.
Su piel finita es ideal para usar en la mermelada, fundiéndose con los deliciosos jugos de la preciosa sanguina. El rollo es tener que abrir cada frutito y sacar los huesos, que en ocasiones sorprende que sean tantos para el tamaño que tienen. Pero bueno, es una buena tarea para una tarde de domingo en casa, como hice yo.

Kumquats

Mermelada de naranja sanguina y kumquats
Ingredientes para unos 4-8 botes de diferentes tamaños

- 1 kg aproximado de naranjas sanguinas (pesadas ya peladas)
- 500 g aproximados de kumquats
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 1 kg de azúcar gelificante especial para mermeladas (comprado en Alemania)

Lavar y secar bien la fruta. Para preparar los kumquats, cortarlos en rodajitas o longitudinalmente para dejar ver los huesos. Retirarlos y trocear los kumquats dejando piezas más grandes, para que se vea bien la piel una vez tengamos la mermelada lista.

Kumquats
Pelar las naranjas sanguinas a lo vivo, es decir, procurando retirar toda la parte blanca posible. Hay que intentar aprovechar los jugos que suelten. Trocear la carne de la fruta y mezclarla con los kumquats directamente en la olla que vayamos a preparar la mermelada. Añadir el limón y el azúcar, mezclando todo bien. Dejar que suelten los jugos durante al menos 1 hora.


Preparar los tarros. Lavarlos y secarlos bien, incluyendo las tapas. Hervir las tapas en agua limpia y calentar los tarros en el horno a unos 190ºC. Dejarlos 30 minutos y mantenerlos en caliente dentro del horno mientras hacemos la mermelada.

Poner al fuego la olla y llevar a ebullición. Bajar la temperatura y retirar la mayor parte posible de la espuma que pueda ir soltando. Dejar cocer a fuego lento durante unos 45-60 minutos, hasta que la mermelada esté al punto deseado. Podemos probar si ha espesado bien poniendo un platito en el congelador y añadiendo una cucharadita de la mermelada.

Blood orange kumquat jam
Trabajando un bote cada vez, llenar hasta casi el borde, limpiar la rosca y secar la tapa, y cerrar bien. Colocar boca abajo inmediatamente. Continuar con el resto de tarros. Si no sobra mermelada sin que podamos llenar otro tarro, poner en un tupper y guardar en la nevera cuando se enfríe; habrá que consumirla en los próximos días.

Dejar los tarros boca abajo varias horas. Asegurarnos de que se ha producido el efecto vacío, etiquetar y guardar en un lugar fresco, seco y oscuro.

Blood orange kumquat jam

Está buenísima por sí sola sobre un buen pan, pero también es una delicia combinada con algún lácteo, yogur o queso, y mejor aún si sumamos frutos secos a la ecuación. Para acompañar carnes asadas seguro que va también muy bien, en mi casa siempre hemos sacado compotas y mermeladas cuando se prepara pollo asado, y seguro que mi madre hará eso mismo cuando les lleve dos tarros el mes que viene a Murcia :).
¡Feliz semana!
15 marzo, 2014

Receta de Tea Brack irlandés - Pan de frutas y té por San Patricio (y una pequeña ilusión)

Me gusta que nos haya tocado la Semana Santa este año a mediados de abril. Cuando cae en mayo no me cuadran las cosas, todavía estoy saliendo del modo mental invernal y no puedo pensar en la Pascua semanas antes de mi cumpleaños.
Parece que el calendario anual va avanzando a través de las fiestas que se van sucediendo: vacaciones de verano, Halloween y Todos los Santos, Navidad, Carnaval... Aunque los obsesionados con la cocina lo medimos más bien en recetas relacionadas con la festividad en cuestión. Cuando me acuerdo me encanta sumarme a cualquier celebración, especialmente si me permite acercarme a gastronomías de otros países y culturas, y por eso intento que San Patricio no se me pase.

Irish Tea Brack

Aunque la cocina de Gran Bretaña y de Irlanda no tienen muy buena fama, creo que ambas son más que interesantes y guardan platos y recetas que merece la pena probar. Reconozco que yo tiro más al lado dulce, y con Irlanda más aún la panadería. El Irish Soda Bread es el más típico, pero quería probar algo distinto este año, ¿y qué mejor que un pan semidulce, lleno de aromas frutales y con frutas secas maceradas en té fundidas en su miga?

Hacía tiempo que tenía echado el ojo al Barmbrack, que es típico en Halloween, como bien nos contó Miriam con su maravillosa receta hace un tiempo. Pero en esas fechas suelo estar liada con otras recetas, así que, repasando recetas típicas irlandesas por la red, me volví a encontrar con este pan, también llamado en otras versiones simplemente Tea Brack. Ya tenía excusa :).

Irish Tea Brack

Macerar las frutas secas en un buen té hace maravillas en las masas, así que procurad tener tiempo suficiente con antelación a preparar la masa. Como al elfo no le apasionan los "tropezones", he reducido un poco la cantidad de frutas y las troceé mucho, de tal modo que al hidratarse y mezclarse con la masa muchos de los trocitos se fundieron en la miga. Yo he usado una mezcla de dátiles, orejones y pasas, pero podéis combinarlas a vuestro gusto y disponibilidad. Se sugiere añadir whiskey -irlandés, of course- a la mezcla de té, y si sobrara algo del pan y se quedara duro, la costumbre es mojarlo en cerveza -again irlandesa, por favor-.
Es un pan muy tierno, muuuuuy aromático, delicioso con un queso cremoso, mantequilla, mermelada, miel, tostadito o al natural. Me encanta la versatilidad de estos panes :).

Irish Tea Brack

Tea Brack o pan de frutas y té irlandés
Receta adaptada de Wallflower Girl
Ingredientes para un pan grande

- 500 ml de té negro fuerte
- 200 g de frutas secas variadas (dátiles, orejones, pasas)
- 80 ml de leche de soja
- 1 cucharadita de levadura seca de panadería
- 1 pizca de azúcar
- 40 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 1 huevo L
- 350-400 g de harina de fuerza
- 20 g de azúcar moreno
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1/2 cucharadita de jengibre molido
- 1/4 cucharadita de clavo molido
- ralladura de naranja y/o limón
- 1/2 cucharadita de sal

Preparar el té y cubrir las frutas secas, como mínimo una hora antes, aunque lo ideal es dejarlas toda la noche a remojo. Yo las tuve unas tres horas y se hincharon que daba gusto verlas.

Calentar ligeramente la leche, añadir una pizca de azúcar y echar la levadura, mezclando bien. Dejar fermentar 15-20 minutos.

Colocar la harina de fuerza en un recipiente grande, mezclar con el azúcar moreno, la sal las especias y la ralladura de naranja o limón. Formar un hueco y echar el huevo, batiéndolo ligeramente. Incorporar la mezcla de levadura y leche y empezar a amasar. Cuando esté todo más o menos integrado, echar la mantequilla y seguir amasando.

Escurrir bien las frutas y añadirlas a la masa poco a poco. A pesar de escurrirlas, estarán muy húmedas, por lo que la masa puede humedecerse bastante, así que igual habrá que añadir algo más de harina. Trabajar la masa hasta conseguir que quede maleable, lisa y húmeda, pero no excesivamente pegajosa. Para trabajarla mejor se puede dejar reposar 30 minutos tapada con un paño.

Irish Tea Brack 


Una vez bien amasada, formar una bola y colocar en un cuenco engrasado. Tapar con film o un gorro de ducha (es súper práctico) y dejar levar hasta que doble su tamaño, unas dos horas si no hace mucho frío.

Deshinchar con suavidad y amasar un poco más. Formar de nuevo una bola y colocar sobre una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. Batir ligeramente un huevo y pintar bien la superficie del pan. Tapar con plástico film y dejar que vuelva a levar, alrededor de una hora más.

Precalentar el horno a 180ºC. Retirar el plástico con cuidado, dar otra capa de huevo batido y hornear durante unos  35-45 minutos. Si se tuesta demasiado por arriba, tapar con papel de aluminio. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla antes de cortar en rebanadas.

Irish Tea Brack

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Supongo que la mayoría sabéis que formo parte del equipo de editores de Directo al Paladar, equipazo más bien, y es que tengo unos compañeros que son un tesoro. Los que nos sigáis por allí y por las redes sociales ya os habréis enterado de que acabamos de lanzar nuestro propio libro de recetas, Las recetas más fáciles de Directo al Paladar, ¡estamos muy ilusionados! Cuando surgió la posibilidad no era consciente de lo que significaba, pero la verdad es que, cuando tuve los primeros ejemplares en mis manos, me entró una emoción tremenda :).

Jamás me podría equiparar al fantástico trabajo que otros grandes compañeros y amigos de la blogosfera están consiguiendo con sus propios libros, pero la verdad es que hace ilusión, aunque sea ver mis humildes recetas en papel, junto con los fantásticos platos de mis compañeros.
¡Gracias a todos los que lo han hecho posible!


10 marzo, 2014

Receta de muffins de plátano y yogur con miel y una exposición muy recomendable

Todavía no sé muy bien cómo estamos de nuevo a lunes; la semana pasada ha volado. Cuando se me acumulan muchas cosas en pocos días las jornadas pasan sin que me dé cuenta, y creo que también tiene que ver el hecho de que haya ido medio zombie por arrastrar cierta falta de sueño. No lo comenté en la última entrada, pero el domingo pasado me quedé siguiendo en directo la gala de los Oscar, y aunque me lo pasé genial (gracias a twitter por ello) y se me pasé volando (una gala que terminó a las 6 am), me temo que luego lo fui pagando. Encima el cambio de borrasca (¡esos vendavales de hace una semana!) a anticiclón (ya he vuelto a pasar calor) me ha dejado KO, con un migrañón repentino que sigue coleando hoy.


Pero bueno, sienta bien por el momento el tiempo primaveral y además pasé una mañana genial el jueves pasado con una visita fugaz de mi padre. Vino por una reunión de trabajo y al llegar en el primer tren tuvimos unas horas para desyunar y dar un paseo por el centro hasta el lugar de la cita. Aprovechamos además para visitar la exposición del CaixaForum, que está al ladito de Atocha, y aunque ahora cobran entrada cuando antes era gratis, casi todas sus exposiciones merecen la pena.


Ahora mismo tienen en cartel Génesis, de Sebastião Salgado, una magnífica exposición de fotografías en blanco y negro en las que el experimentado fotógrafo recorre lugares remotos del planeta, con paisajes impresionantes, diversas tribus y pueblos alejados de la sociedad moderna, animales magníficos, rincones perdidos que parecen sacados de un sueño...




No sólo son fotografías de una belleza y una calidad técnica impecables, a mí lo que me fascina es poder adentrarme en esos mundos recónditos que también forman parte de nuestro mundo. Los contrastes entre unas regiones y otras, las costumbres de unas gentes totalmente ajenas a los problemas del "primer mundo", animales de enorme belleza en su medio natural, y la naturaleza en todo su esplendor; son obras para disfrutar por sí mismas, y también para reflexionar un poco.

Banana honey muffins

Hoy vuelvo al baúl de los recuerdos con una receta de muffins que se quedó colgada el año pasado en mi limbo particular. Ahora que ya llega el calorcito los plátanos se maduran antes, y por eso viene muy bien tener a mano una receta sencilla para darles salida. Estos muffins salieron tan ricos que la receta ha pasado a formar parte de mi repertorio habitual, y además admite muchas variaciones.
Seguramente podrá reducirse la cantidad de aceite para usar puré de manzana o más plátano, las especias se pueden variar y también admiten añadirles unos frutos secos, pasas o chips de chocolate. Ya sabéis, cuanto más maduros estén los plátanos, más jugosos, aromáticos y dulces serán los muffins.

Muffins de plátano y yogur con miel
Receta adaptada de Dan Lepard
Para 12 muffins

- 200 gr de plátano muy maduro (pesados sin piel)
- 170 gr de yogur natural griego
- 2 huevos L
- 140 gr de miel
- 60 ml de aceite de girasol
- 200 gr de harina de repostería
- 100 gr de harina integral de espelta
- 2 cucharaditas de levadura química (impulsor)
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de jengibre molido

Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja con 12 moldes para muffins, engrasándolos o colocando cápsulas de papel. Si la miel es muy densa, calentarla en un cazo hasta que se vuelva más líquida.

Trocear los plátanos en un cuenco grande y aplastarlos bien con un tenedor o un trasto de esos para hacer puré de patatas. Añadir el yogur natural griego, los dos huevos, la miel y el aceite de girasol. Batir todo junto con una batidora de varillas hasta que se forma una mezcla homogénea.

Tamizar encima la harina de repostería, la harina integral de espelta, la levadura química, la sal y las especias. Mezclar todo con una espátula o lengüeta, con movimientos suaves y envolventes, procurando no menear demasiado la masa. Cuando esté homogéneo y sin rastros secos, llenar de forma equitativa los moldes.

Coronar cada unidad con unas nueces picadas o azúcar moreno (opcional) y hornear durante unos 20-25 minutos, hasta que estén bien doraditos y al pinchar con un palillo salga limpio. Esperar un par de minutos fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Banana honey muffins
04 marzo, 2014

Un homenaje a Treme: Receta de King Cake de Mardi Gras

Seguramente muchos ya sabréis que mi otra gran pasión/obsesión, detrás de la cocina, son las series. Sigo muchísimas (¿demasiadas?), muy diferentes entre sí, pero hay algunas que se han ganado un hueco especial en mi memoria, y por qué no decirlo, también en mi corazón. Sé que suena a tontería, pero es que hay ciertas historias, ciertos personajes, ciertos lugares... que simplemente te atrapan. Es lo que me ha pasado con Treme, la maravillosa serie de HBO creada por David Simon que se despidió de todos nosotros a principios de este año. Duró poco para los que somos seguidores, demasiado teniendo en cuenta las ínfimas audiencias. Pero de verdad os digo que merece mucho la pena.

King Cake

Treme nos lleva a Nueva Orleans, a esa rota Nueva Orleans post huracán Katrina. Nos mete de lleno en la vida de muchos personajes que intentan sobrellevar como pueden las desastrosas consecuencias que tuvo aquel desastre, consecuencias que siguen hoy latentes. Personajes muy diferentes entre sí, con problemas y circunstancias distintas, pero con algo en común, ese alma que irradia la propia ciudad, su historia, su cultura, su gente, y sobre todo, su música.


No es una serie sencilla. A lo largo de sus 3 temporadas y el corto epílogo de la 4ª, Treme no tiene grandes tramas definidas, no pone a sus personajes en una búsqueda concreta ni los enlaza a todos en historias de infarto que desembocan en un final de impacto. Treme no va de eso. Y es por esta razón que es difícil recomendarla, o explicar por qué es tan maravillosa. Pero si le dais una oportunidad, si sus personajes os consiguen atrapar, seguro que os dolerá tanto como a mí despediros de ellos.

Una parte fundamental de la serie es la propia identidad de Nueva Orleans, con dos grandes bases: la música y el Mardi Gras. El peso que tiene la música en cada capítulo es esencial, pues Treme nos mete en el ambiente de los bares, locales, conciertos callejeros, estudios y demás que dan vida a la ciudad día y noche. Y el Mardi Gras, el Carnaval, es un mundo aparte.


No quiero liarme a contar todos los entresijos que guarda la preparación y la celebración del Mardi Gras de Nueva Orleans, pero sí os aviso de que es un submundo cultural impresionante, con el que es fácil perderse para los ajenos a esa cultura. Pero a mí me fascinó desde el principio, y a mi madre también. Sí, he visto, y disfrutado, Treme entera con mi madre al lado, en Versión Original subtitulada, con un inglés de los más complicados que he visto en una serie. Y ella, que no lo habla nada, no se me quejó ni una vez. Es que Treme te conquista :).

King Cake

Pues mi pequeño homenaje de despedida no podía ser otro que unirme, en la distancia, a esa fantástica celebración del Mardi Gras, el Martes de Carnaval. Y cómo no, a través de la cocina, preparando un delicioso King Cake -más o menos- tradicional.
El King Cake puede recordarnos a nuestro Roscón de Reyes, porque ese es su origen. Supongo que sabéis que España no tiene la exclusiva del típico pan dulce dedicado a la Epifanía, y es que es una tradición que se sigue en muchos países. Pero en Nueva Orleans, el King Cake se ha convertido en un dulce típico de Mardi Gras.


He leído que hoy en día se puede encontrar relleno, normalmente con una crema de queso o con mantequilla y canela, y que suele llevar un muñequito de un bebé en sustitución del haba típica, pero yo he preferido prepararlo sin rellenar. Lo que sí distingue sobre todo al King Cake son los colores del azúcar que lo cubre: violeta, verde y amarillo dorado, los colores del Mardi Gras que simbolizan, respectivamente, la Justicia, la Fe y el Poder.
He creado esta receta adaptando varias que he podido encontrar, y el resultado nos ha encantado en casa. Es muy similar al Roscón, pero menos dulce porque ya tenemos suficiente con la cobertura. Acabé con azúcar por todas partes y la mitad de quedaba en el plato, pero eh, queda festivo :).

King Cake

Receta de King Cake
Ingredientes para un rosco grande

- 250+60 ml de leche
- 55 g de mantequilla
- 25 g de levadura fresca
- 500 g de harina de fuerza
- 55 g de azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
- ralladura de lima y naranja
- 3/4 cucharadita de nuez moscada
- 1 yema L

Para la decoración

- 1 huevo batido para pintar
- azúcar glasé y leche para el glaseado
- azúcar, agua y colorantes para la decoración

Calentar 60 ml de leche hasta dejarla tibia. Desmenuzar en ella la levadura, añadir una pizca de azúcar y una cucharada de harina, batir bien y dejar fermentar unos 20-30 minutos. Derretir mientras tanto la mantequilla con el resto de leche. Mezclar en un recipiente grande la harina con la sal, la ralladura de los cítricos y la nuez moscada. Hacer un hueco en el centro y echar el resto de ingredientes.

Mezclar todo bien, dejar reposar 15 minutos y luego empezar a amasar hasta conseguir una masa lisa, elástica y suave. Formar una bola, colocar en un recipiente ligeramente engrasado y tapar. Dejar fermentar hasta que doble su tamaño, alrededor de un par de horas.

King Cake

Deshinchar con suavidad, amasar ligeramente de nuevo y formar un rosco. Colocar en una bandeja de horno, pintar con la yema de huevo, tapar y dejar levar. Precalentar el horno a 180ºC. Cuando casi haya doblado su tamaño, dar otra pasada de huevo y hornear unos 30 minutos, hasta que se haya dorado bien.

Mientras se hornea, preparar en tres cuencos el azúcar de colores. Echar unas 3-4 cucharadas colmadas y mezclar con una cucharada de agua teñida con colorante alimentario. Mezclar muy bien hasta tener el color deseado, añadiendo más azúcar o más colorante. Hacer también un glaseado ligero con azúcar glasé y leche o agua.

King Cake

Una vez frío el rosco, pintar primero con el glaseado y repartir luego el azúcar de colores antes de que se seque del todo, alternando los colores al gusto. Dejar secar del todo y servir, preferiblemente rodeados de confeti, con una máscara en la cara y con buena música de Mardi Gras de fondo.

Nota: Si se escucha esto mientras se prepara, probablemente salga más rico ;).


Muchas gracias Treme por regalarnos tantos momentos maravillosos.
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