¡Horror! ¡Si mañana estamos ya en marzo! De repente me ha entrado mucho estrés mental, y es que tengo uans semanas llenas de cosas que hacer por delante. Bueno, como dirían en El País del Fin del Mundo, calma y tranquilidad.
La semana pasada mi buena amiga Ana cumplió años y se merecía unos buenos regalos. Por supuesto, tenía que añadir alguna cosilla dulce horneada en casa; me encanta aprovechar los cumpleaños y fiestas varias para preparar cosas un poquito especiales, y más si se dedican a los demás.
No tenía mucho tiempo para hacer experimentos y quería ir a algo seguro para que no resultara un desastre (prefiero usar a mi familia como conejillos de indias cuando hago pruebas). La verdad que unos cupcakes siempre son un regalo genial, se hacen relativamente rápido, gustan a todo el mundo y se pueden decorar de muchas formas. Para esta ocasión utilicé unos adornos que compré en Suiza, en la maravillosa juguetería de varias plantas que está en Zürich (merece la pena una visita aunque no se tengan niños).
El paquete incluía figuritas de azúcar ambientadas en el circo, perlas plateadas, harina con su levadura, azúcar en polvo para el glaseado, moldes e instrucciones para cocinar los cupcakes. Fáciles, bonitos y ricos :-) A mí me hubiera dado mucha lástima devorar las figuras (me encantan estas cosicas), así que me alegro de que el cargo de conciencia no pesara sobre mí :P
En la próxima entrada espero ya incluir una receta (sí, también dulce, viene bien para coger energías a lo largo del día) y me gustaría retomar el tema del arte que ya ha pasado demasiado desde la última entrega. Disculpadme si en las próximas semanas estoy algo ausente!