29 septiembre, 2017

Soy intolerante a la lactosa y me encantan los lácteos: mi experiencia con LactoJoy

No están puestas las calles aún y ya llevo un buen rato levantada, porque me he despertado con calor y totalmente desvelada. Como siempre, el otoño se hace mucho de rogar y seguimos con temperaturas demasiado altas, pero es lo de siempre. Me espera un viernes intenso así que voy a aprovechar para compartir, por fin, mi experiencia probando LactoJoy, comprimidos de lactasa para intolerantes a la lactosa.

LactoJoy

He perdido la cuenta de los años que llevo sabiendo que soy intolerante a la lactosa. Sí recuerdo a mi madre hacerse las pruebas cuando yo andaba empezando el instituto, y lo que le costaba encontrar una leche sin lactosa por entonces. Ella tiene una intolerancia leve, normalmente solo le sienta mal la leche tal cual, que suele tomar con el café. Yo dejé de tomar leche hace mucho tiempo porque me dejaba mal estómago, aunque pensaba que era solo porque el sabor no me gustaba. Porque si has probado leche de vacas suizas recién ordeñada en la misma granja en plenos alpes... digamos que ese líquido blancuzco de tetrabrick te sabe a demonios. Pero ese es otro tema.

En una de mis rondas de médicos por los problemas que arrastro de salud me tocó chequeo general en Digestivo, incluyendo pruebas de intolerancia a la lactosa y fructosa. ¡Menos mal que solo dio positivo la primera! El médico fue bastante, digamos, escueto en sus recomendaciones. Pero para entonces el mercado de la intolerancia a la lactosa ya empezaba a florecer, aunque aún no había el boom que tenemos ahora. De todas formas, yo tomaba leche de soja desde hacía ya tiempo, así que solo me quedó aceptar que eran otros de mis adorados productos lácteos los que me dejaban el cuerpo para el arrastre.

Cow in Niederbauen
Bonitas vacas suizas que dan rica leche gracias a esos pastos


Lo peor es salir a comer fuera. Eso no es ningún secreto para nadie. Los postres son territorio enemigo para los que tenemos alergias o intolerancias, y aunque ahora haya conciencia sobre la celiaquía y se ofrezcan opciones sin gluten, la lactosa se suele olvidar. Yo lo entiendo, los lácteos son casi un ingrediente básico en los dulces, a pesar de que hay alternativas vegetales. Y otro problema son las salsas y preparaciones cremosas, parmentiers, cremas, purés, bechameles, rellenos y demás. Me he pasado años sin probar croquetas. Un simple toque de leche o nata en una salsa ya me sienta como un tiro, y por eso salir a comer o cenar, o los grandes eventos como bodas y bautizos, son un riesgo.

Los suplementos de lactasa se presentan como una solución estupenda para darse caprichos y despreocuparse casi por completo. Había probado alguna marca de venta en farmacias y me había ido más o menos bien, pero cuando me contactaron de LactoJoy me entró mucha curiosidad por su producto. Recibí una muestra antes del verano y después de probarlo durante varios meses, con un par de bodas en medio, ya puedo dar una buena opinión sobre el producto.

LactoJoy

Si curioseáis su web veréis rápidamente cuál es la filosofía y el estilo de la gente que hay detrás de LactoJoy. Huyen de la idea de que sea un "medicamento" y quieren que la intolerancia la lactosa no nos afecte en la vida cotidiana ni estropee nuestra calidad de vida. LactoJoy es el producto de una empresa muy joven alemana, better foods GmbH, que apuesta por quitar drama al asunto para simplemente disfrutar cuando salimos a tomar algo fuera.

El envase es genial: una cajita metálica que se desliza para extraer fácilmente cada comprimido, unas pastillas muy chiquitinas redondas que solo hay que tragar. Me recordó mucho a cajas de caramelos que he visto con frecuencia en Suiza y Alemania, y me gusta que no parezcan medicinas. Los blister de medicamentos los odios y se rompen solos cuando los llevas en el bolso. El diseño con la vaquita también me ganó, claro, quizá por mi corazoncito suizo.

LactoJoy

Cada comprimido contiene 14500 FCC de lactasa, una dosis muy alta en comparación con otros productos del mercado; no tienen gluten ni fructosa y son aptos para veganos. La dosis máxima recomendada al día son 10 pastillas, que me parece una barbaridad innecesaria, la verdad. Los comprimidos se pueden partir por la mitad fácilmente, ya que muchas veces será suficiente con media dosis para suplir la intolerancia en ciertos platos. Mi envase contenía 45 unidades pero tienen otros formatos más grandes.

Como ya he dicho, he llevado LactoJoy conmigo encima estos meses y lo puse a prueba sobre todo en dos bodas. Aunque pude pedir platos sin lácteos en el menú, el postre siempre suele ser un triste plato de fruta, y ahí me reservaba mis comprimidos. Volví un poco locos a los camareros pero disfruté de los postres sin sufrir consecuencias desagradables después :).

LactoJoy

No soy partidaria de ir tomando suplementos de lactasa todo el día; se pueden evitar los lácteos con cierta facilidad y tampoco son imprescindibles. Además, no todos los lácteos son incompatibles: el yogur no me da problemas, tampoco los quesos muy curados o la mozzarella de verdad. Pero hay que reconocer que disfrutar de un buen helado o poder ir de invitada a algún sitio sin complicar la vida al anfitrión se agradece, y mucho.

Croquetas
Croquetas que casi me hacen llorar de la emoción

La intolerancia a la lactosa no es una tragedia y las consecuencias de tomar lactosa son más incómodas que peligrosas, eso no lo vamos a negar. Pero quien la sufre sabe las molestias que da en el día a día, y a veces es desesperante. LactoJoy es una buena solución para llevar siempre encima, muy cómodo y práctico, además de discreto. Y funciona de maravilla :).
¡Casi me cae una lagrimilla cuando pude compartir un platazo de croquetas en un restaurante de los buenos después de una década sin catarlas!

¿Algún intolerante a la lactosa más en la sala? ¿Habéis probado suplementos de lactasa, o simplemente evitáis la lactosa al comer fuera?


LactoJoy me ofreció probar el producto sin compromiso y esta es mi opinión personal totalmente libre basada en mi experiencia.
22 septiembre, 2017

Bizcocho de calabaza, avena y espelta integral con almendras - Bienvenido otoño

¡Otoño! Pocas palabras me reconfortan tanto solo con leerlas, en el idioma que sea - Herbst es bonito, no me digáis que no-. Bueno, vale, realmente el otoño no entra oficialmente en España hasta las 22.00 de hoy día 22 de septiembre, pero yo tengo la barrera psicológica fijada en el día 21. Y el otro día me entró un antojazo enorme de recetas otoñales, así que saqué una porción de puré de calabaza del congelador, busqué un poco de inspiración al tuntún, y encendí el horno. Un nuevo bizcocho de calabaza para sumar a la colección, esta vez con avena, espelta integral y unas almendras.

Oat spelt pumpkin bread

Estoy un poco molesta porque nuestro nuevo hogar sigue con cosas pendientes de rematar. Ya no hablo de lo típico -cuadros por colgar, algún mueble o accesorio que comprar, armarios que organizar...-, es que los obreros fueron unos chapuceros y seguimos encontrando meteduras de pata que nos dejaron de regalo de despedida. Iba a utilizar otra expresión pero prefiero no ser muy desagradable.

A veces te toca la negra en estas cosas, no queda más que tener paciencia y ser firme reclamando a lo que tienes derecho. Pero uf, es que ha sido una detrás de otra, y encima molestando a los vecinos de abajo. La pesadilla de la ducha que perdía agua ya pasó, pero ahora tenemos mal puesta la caldera porque fueron unos inútiles colocándola. Está tan "bien" encajada en su hueco, que no se puede sacar la carcasa para conectar el termostato ni hacer revisión ¬¬. Eso es la última gota que ha colmado el vaso de otras chapucillas, pero quiero ser positiva y cruzar los dedos para que en octubre ya tengamos todo finiquitado.

Oat spelt pumpkin bread

En otro orden de cosas, nuestro gatito Lito ya es todo un señor gato -precioso, por cierto-, y le tocó pasar por las manos del veterinario esta semana. Castración y chip, es lo que toca, aunque me dio penica cuando empezó a atontarse con el primer calmante. Claro que cuando volvió a casa, medio drogado y algo molesto por la jugarreta que le hicimos, ya no me dio tanta lástima. Menuda nochecita nos dio el muy cabrito :P. Ahora está a mi lado durmiendo como un angelito, parece que se le ha pasado el disgusto :).

Oat spelt pumpkin bread

Volviendo a la cocina, este bizcocho es todo lo que mi antojo quería. Tierno y jugoso, de miga rústica con esa textura de las harinas integrales pero sin ser mazacote, lleno de especias y un toque tostado-acaramelado gracias al endulzante, que esta vez ha sido Golden Syrup. En su lugar podéis usar miel de caña -melaza, muy recomendable-, sirope de arce o cualquier miel que os guste. Las almendras las puse por encima para darle el toque crujiente, y así el elfo no se queja tanto; ya sabéis que odia los tropezones en las masas, salvo que sea chocolate.

Oat spelt pumpkin bread

Receta de bizcocho de calabaza, avena y espelta integral con almendras
Inspiración: mis bizcochos favoritos otoñales
Ingredientes para un molde de unos 20-22 cm de largo

- 60 g de copos de avena
- 110 g de harina de espelta integral
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de levadura química
- 1 cucharadita de canela molida
- 3/4 cucharadita de jengibre molido
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1 pizca de allspice (pimienta de Jamaica) o de clavo molido
- 210 g de puré de calabaza asada y bien escurrida
- 55 ml de aceite neutro (girasol va bien)
- 120 ml de Golden Syrup, melaza o miel (usar 150 si lo preferimos más dulce)
- 2 huevos L

- almendras crudas peladas (laminadas, en bastones o cubitos)
- azúcar moreno mezclado con canela

Precalentar el horno a 175ºC y forrar o engrasar un molde de tipo plumcake. Podemos usar uno más pequeño o más grande, simplemente el bizcocho saldrán más gordito o más finito, variando el tiempo de horneado.

Triturar en una picadora o molinillo los copos de avena hasta dejarlos en una textura algo más gruesa que la harina integral. No es un paso imprescindible, pero sí recomendable. Mezclar en un recipiente mediano con la harina de espelta integral, la sal, el bicarbonato, la levadura y las especias.

Aparte batir con unas varillas el puré de calabaza con el aeite, el endulzante elegido y los huevos. Incorporar a los secos y mezclar con movimientos suaves hasta que no queden grumos secos. Llenar el molde, añadir almendras al gusto y espolvorear un poco de azúcar moreno con canela (opcional), o solo con canela.

Hornear durante unos 50-55 minutos o hasta que al pinchar el centro con un palillo salga prácticamente limpio. Empezar a vigilar a los 45 minutos, por si acaso. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Oat spelt pumpkin bread

Tengo que reconocer una pega del cambio de estación; en pleno calorazo veraniego me había acostumbrado a salir a correr al alba, bien temprano, ¡pero ya no hay nada de luz hasta pasadas las 7.30! Me da un poco de cosica salir yo sola en plena oscuridad, sobre todo porque hay zonas en mi circuito muy mal iluminadas y alejadas de zonas de viviendas. Bueno, cuando cambien la hora tendremos otro drama montado pero es lo que toca.

¡Buen fin de semana otoñal!
09 septiembre, 2017

El mejor bizcocho de chocolate para tartas - Celebrando un 90 cumpleaños

Pensadlo bien por un momento. ¡90 años! ¿Os imagináis cumpliendo casi un siglo de edad? Es cierto que el tiempo vuela pero... Son muchos años. Muchas décadas. Muchos recuerdos. Quién pueda llegar a cumplirlos, y sobre todo, hacerlo con ilusión, con relativa buena salud, y especialmente con la cabeza en su sitio. Y rodeado de familia y amigos que te quieren, claro :). ¡Y con tarta! Eso que no falte, y, en mi humilde opinión, el chocolate es imprescindible.

 Chocolate buttermilk cake

Me enteré un poco tarde de que la abuela del elfo cumplía 90 años el viernes, y no pude planificar nada muy especial. Mi suegra había montado una pequeña-gran fiesta en la residencia, invitando a muchos familiares, amigos, con puertas abiertas para que todos los inquilinos/trabajadores/visitantes del centro pudieran unirse. Al final quedó un cumpleaños más que apañado, en un patio interior muy bonito, con merendola salada y dulce, y actuación en directo musical y todo de la mano del grupo de unos amigos. Tocaron grandes éxitos como 'María Isabel' de Los Payos, 'Resistiré' del Dúo Dinámico o 'Mi gran noche', himno de Rapahel. El público, con una media edad de unos 80 años, enloquecía :D.

Chocolate buttermilk cake

Decía que me vino un poco mal porque el jueves llegaron mis padres en su camino de vuelta hacia Murcia. Han estado una semana de vacaciones en Asturias y han dormido en casa para no pegarse la paliza del tirón de regreso, y así se ahorraban hotel. Tuve un montón de lío poniendo la casa a punto, lidiando con problemillas que nos está dando nuestro gato Lito -está en una edad descontrolada, pero el maldito es un amor y una preciosidad- y montando por primera vez la cama nido que no habíamo probado todavía. Pero la visita fue bien, salimos a cenar -en Nitty Gritty, muy recomendable!- y ya el viernes siguieron su camino.

Chocolate buttermilk cake

Mi suegra había encargado mini bollitos y mini pastelitos pensados para la gente más mayor, golosa pero no muy comilona, y con dentaduras delicadas. Así que la tarta era pequeña y optó por una San Marcos, porque el chocolate no gusta a todo el mundo. Peeeero ya digo que un cumpleaños sin chocolate no es lo mismo, así que me ofrecí a llevar aunque fuera un bizcocho.

Chocolate buttermilk cake

Al final me compliqué un poco -soy así de inútil- con una receta que nunca había probado antes, y lo disfracé un pelín para que tuviera apariencia más de tarta. El resultado final fue un éxito y la tarta voló, especialmente entre los peques y la gente más joven: es un bizcocho fantástico, de miga jugosa, muy aromático y tierno, que se corta sin desmoronarse y aguanta genial cualquier relleno o cobertura. Se queda en mi recetario como bizcocho base para futuras tartas y pasteles de chocolate.

Chocolate buttermilk cake

Receta de bizcocho de chocolate para tartas
Inspiración: adaptada de 'Tea with Bea'
Ingredientes para un gran bizcocho de 22-26 cm de diámetro, o 2 discos de unos 18-20 cm

- 225 g de buen chocolate negro de calidad
- 55 g de cacao puro en polvo sin azúcar
- 175 g de mantequilla sin sal
- 4 huevos L a temperatura ambiente
- 225 g de azúcar (si puede ser caster, mejor)
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de café descafeinado soluble
 - 175 g de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1/2 cucharadita de sal
- 240 ml de buttermilk (235 ml de leche + 1 cucharadita de vinagre)

 Precalentar el horno a 170ºC y engrasar o forrar uno o dos moldes redondos desmontables. Yo usé un molde redondo de unos 24 cm de diámetro, forrando la base y engrasando con mantequilla y harina tamizada los laterales.

Mezclar la leche con el vinagre o limón y dejar reposar unos 15 minutos, en caso de no tener buttermilk. Yo he usado leche sin lactosa.

 Derretir la mantequilla y colocar el chocolate troceado, el caco y el café soluble en otro recipiente. Echar la mantequilla y mezclar bien hasta que se derrita todo y se forma una crema homogénea.

Aparte tamizar o mezclar con varillas la harina con el bicarbonato y la sal. En un recipiente más grande, batir el azúcar con los huevos, a mano, sin necesidad de dar demasiado volumen. Añadir la vainilla y la mezcla de chocolate, y batir un poco más.

Incorporar de forma alterna la harina y el buttermilk/leche, echando un tercio cada vez y removiendo con suavidad. Mezclar suavemente pero asegurándonos de que tenemos una masa bien homogéneay sin grumos secos.

Verter en el molde o los moldes y hornear durante unos 50-60 minutos. En la receta original el tiempo máximo que se indica son 45 minutos, pero a esa temperatura baja y con mi molde necesité bastante más tiempo, creo que incluso un poco más de 1 hora. Lo mejor es vigilar y pinchar el centro con un palillo hasta que salga solo con algunas miguitas.

Esperar 10 minutos fuera del horno, pasar un cuchillo por el molde y abrir. Desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla antes de cortar o decorar. Yo corté el bizcocho por la mitad y puse una capa de mermelada de melocotón. Una buena capa de azúcar glasé tamizado para dar contraste, y listo. Tarta de chocolate para muy chocolateros, sin más exquisiteces.

Chocolate buttermilk cake

Qué alegría el fresquete con el que hemos amanecido hoy. ¡10 grados menos a la misma hora esta mañana! Salir a correr con menos de 20ºC es un placer que hacía tiempo que no disfrutaba. Ojalá ya sí, de verdad, esto vaya encaminado hacia el otoño. Tengo muchas ganas de hornear con calabaza y manzanas, sin sentir que estoy fuera de contexto.

¡Feliz fin de semana!
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