- Me despierto sudando en mitad de la noche (hora de cambiar el edredón).
- Dormir con mi gato supone sentir una bola de fuego en la espalda.
- Imprescindible abrir la ventana.
- Las terrazas se llenan (aún más) de gente casi a todas horas.
- La plaza de toros empieza a acoger conciertos.
- Las hormigas invaden mi cocina.
- Ya no me apetecen cremitas calentitas de verduras para cenar (hora del gazpacho).
- Vuelven los agobios por el final de curso y la incertidumbre del año que viene.
Pero bueno, como bien aprendió a decir Rincewind, calma y tranquilidad. Y qué mejor manera que tomarse las cosas con calma que dedicar un ratico a hornear algo dulce, mientras encender el horno aún no suponga una actividad de alto riesgo.
Esta receta es sencillamente la de un bizcocho, al que he intentado no sumar demasiada grasa, con una capa de mermelada casera de fresas dentro. Es una idea tremendamente sencilla pero que no se me había ocurrido usar hasta que lo vi en alguna parte hace unas semanas. El resultado es genial, da un toque diferente a cualquier bizcocho o pan rápido, y se pueden combinar muchos sabores distintos. Incluso se podría usar una compota de fruta para no sumar demasiadas calorías. La mermalada además da más jugosidad a la miga, aunque en este caso el resultado de la masa en sí misma me ha gustado mucho, resultando en un bizcocho jugoso de miga firme y con mucho aroma; lo repetiré como base para otras recetas.
- 1/3 taza (80 ml) de mermelada casera de fresas
- 1 y 1/2 tazas de harina de repostería
- 1 cucharadita de levadura química
- 1/4 cucharadita de bicarbonato
- 1/8 cucharadita de sal
- 1/2 taza de azúcar
- 2 cucharadas (30 ml) de puré de manzana
- 2 cucharadas (30 ml) de aceite de girasol
- 2 claras grandes
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- ralladura de un limón grande
- 3/4 taza de yogur natural
Precalentar el horno a 175ºC y preparar un molde rectangular.
Tamizar en un recipiente la harina con la levadura, el bicarbonato y la sal. Aparte, batir con batidora de varillas las claras de huevo con el azúcar, el aceite, el puré de manzana, la vainilla y la ralladura de limón, hasta que quede homogéneo. Añadir de forma alternativa, empezando y terminando con harina, la primera mezcla de ingredientes secos y el yogur, mezclando con movimientos suaves hasta que quede una masa homogénea. Repartir un poco más de la mitad sobre el molde, dejándolo uniforme. Colocar la mermelada encima, dejando un poco de hueco en los bordes. Cubrir con el resto de la masa. Hornear a media altura durante unos 50-55 minutos, hasta que al pincharlo con un palillo o brocheta salga limpio. Esperar unos 10 minutos fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.