Ayer fue el cumpleaños de mi madre, así que como parte de sus regalos quise hacerle una tarta o un pastel especial, ya que un cumpleaños sin dulce no es un cumpleaños completo :P Fue la ocasión ideal para atreverme al fin con una receta estadounidense que llevo viendo desde hace tiempo por la blogosfera angloparlante, llamada Angel Food Cake, Pastel Comida de Ángeles. ¿Por qué ese curioso nombre? Porque es un pastel muy esponjoso, ligero, de dulce miga blanca y muy delicado; parece una nube (y no me refiero a las golosinas del mismo nombre). Ha resultado ser una delicia además que no provoca remordimientos: no tiene nada de grasa y muy pocos ingredientes. Sólo requiere un poquito de cuidado al hacerla, pero poniéndole cariño siempre saldrá bien :)
La receta que he seguido está tomada del blog Baking Bites. Como era mi primera prueba no me he atrevido a tunearla (sólo he prescindido de un ingrediente por no tenerlo), pero ya probaré variaciones en el futuro ^_^
- 1 y 1/2 tazas de claras de huevo (375 ml)
- 1 y 1/2 tazas de azúcar en polvo
- 1 taza de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de vinagre (la receta original usa cremor tártato)
- 1/4 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de extracto de almendra
Precalentar el horno a 180º C. Engrasar un molde desmontable redondo con agujero en medio.
Tamizar juntos la harina y 3/4 taza del azúcar. Tener las claras a temperatura ambiente. Colocarlas en otro bol limpio y empezar a batirlas con una batidora de varillas. Cuando estén esponjosas, añadir la sal y el vinagre. Batir un poco más y añadir el azúcar restante, tamizándolo, en unas 4 veces, sin dejar de batir tras cada adición. Continuar batiendo hasta montar las claras, que tenga consistencia de merengue y forme "picos". Añadir los aromas batiendo un poco más.
Entonces incorporar la mezcla de harina, tamizándolo, en pequeñas cantidades cada vez, usando una lengüeta para incorporarlo a la masa con movimientos muy suaves y envolventes (no ser impacientes, ir con cuidaaado). Una vez esté todo bien incorporado y homogéneo, volcar la masa en el molde, distribuyéndola bien. Usar la espátula para igualar toda la superficie y pinchar las posibles burbujas que se hayan formado. Poner a media altura en el horno y cocer a 160º C durante unos 50-60 minutos, hasta que al presionar con el dedo el pastel éste recupere su forma.
Dar la vuelta al molde y colocar sobre una botella de vino (al menos el agujero de mi molde se ajusta perfectamente). Tiene que quedarse en el aire boca abajo toda la noche o varias horas hasta haberse enfriado totalmente.
Para desmoldar, pasar un cuchillo con suavidad por los bordes del molde. Tratar con cuidado el pastel a la hora de cortarlo; mejor usar un cuchillo de pan que sierre bien, sin hacer mucha presión. Recomiendo servirlo con alguna salsa de fruta, por ejemplo con mermelada de arándanos calentada y tamizada.
Un postre divino :)
La receta que he seguido está tomada del blog Baking Bites. Como era mi primera prueba no me he atrevido a tunearla (sólo he prescindido de un ingrediente por no tenerlo), pero ya probaré variaciones en el futuro ^_^
- 1 y 1/2 tazas de claras de huevo (375 ml)
- 1 y 1/2 tazas de azúcar en polvo
- 1 taza de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de vinagre (la receta original usa cremor tártato)
- 1/4 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de extracto de almendra
Precalentar el horno a 180º C. Engrasar un molde desmontable redondo con agujero en medio.
Tamizar juntos la harina y 3/4 taza del azúcar. Tener las claras a temperatura ambiente. Colocarlas en otro bol limpio y empezar a batirlas con una batidora de varillas. Cuando estén esponjosas, añadir la sal y el vinagre. Batir un poco más y añadir el azúcar restante, tamizándolo, en unas 4 veces, sin dejar de batir tras cada adición. Continuar batiendo hasta montar las claras, que tenga consistencia de merengue y forme "picos". Añadir los aromas batiendo un poco más.
Entonces incorporar la mezcla de harina, tamizándolo, en pequeñas cantidades cada vez, usando una lengüeta para incorporarlo a la masa con movimientos muy suaves y envolventes (no ser impacientes, ir con cuidaaado). Una vez esté todo bien incorporado y homogéneo, volcar la masa en el molde, distribuyéndola bien. Usar la espátula para igualar toda la superficie y pinchar las posibles burbujas que se hayan formado. Poner a media altura en el horno y cocer a 160º C durante unos 50-60 minutos, hasta que al presionar con el dedo el pastel éste recupere su forma.
Dar la vuelta al molde y colocar sobre una botella de vino (al menos el agujero de mi molde se ajusta perfectamente). Tiene que quedarse en el aire boca abajo toda la noche o varias horas hasta haberse enfriado totalmente.
Para desmoldar, pasar un cuchillo con suavidad por los bordes del molde. Tratar con cuidado el pastel a la hora de cortarlo; mejor usar un cuchillo de pan que sierre bien, sin hacer mucha presión. Recomiendo servirlo con alguna salsa de fruta, por ejemplo con mermelada de arándanos calentada y tamizada.
Un postre divino :)