Creo que a algunas personas hay que explicarles el concepto "primavera". Que se alarguen los días y hayan subido las temperaturas no quiere decir que nos hayamos despedido de posibles frentes fríos y lluvias, de hecho, es más que frecuente que los meses de abril y mayo tengan presencia de borrascas. Ya estoy harta de la tontería de los medios de comuniación; si hace unas semanas afirmaban alegremente que teníamos "verano en abril", ahora resulta que estamos en un "otoño primaveral". Pues no, es primavera y punto.
Mientras los cítricos nos van dejando poco a poco (ay, mis naranjas, os echaré de menos estos meses), van apareciendo las frutas típicas del cambio de estación. Y las primeras protagonistas son sin duda las fresas, o fresones. Llevan ya varias semanas con nosotros, pero yo siempre las asocio más al mes de abril, seguramente por ser el mes de mi cumpleaños. No recuerdo ningún cumpleaños que no tuviera fresas implicadas de algunna manera :).
Patri, desde su delicioso blog A mi manera, ha iniciado un nuevo evento culinario mensual que ha bautizado como Club Bakery. Me invitó a participar, y aunque tengo poco tiempo para comprometerme con demasiadas cosas de este tipo últimamente, no pude dejar pasar la oportunidad. Me encanta hornear y me encantan las fresas, que son el tema del primer reto, así que aquí está mi humilde propuesta: un cake integral de fresas con buttermilk.
Ya sabéis, el buttermilk es una especie de suero, una
leche fermentada que venden ya preparada en algunos comercios
(normalmente bajo marca alemana, como Buttermilch) pero que se puede
hacer casera añadiendo 1 cucharada de limón o vinagre por cada taza de
leche. No es imprescindible, pero os aseguro que da un toque genial a la
repostería, sobre todo con fruta fresca. Podría haber añadido más fresones a la masa, pero al elfo no le convence demasiado el exceso de trocitos de "cosas" en los bizcochos, así que fui cautelosa. No os cortéis en doblar la cantidad de fresas si os apetece :).
En cuanto a las harinas: podéis usar sólo trigo normal o cambiar la mitad por harina blanca, si no os gusta demasiado el sabor de lo 100% integral. Además, no es demasiad dulce, pero con el toque de las fresas y el aroma del buttermilk en mi opinión no le hace falta más.
Cake integral de fresas con buttermilk
Receta adaptada de Super natural every day
Para un molde redondo bajo de unos 28 cm
150 gr de harina integral
150 gr de harina integral de espelta
1/2 cucharadita de sal
1 cucharada de levadura química (impulsor)
80 gr de panela o azúcar moreno
2 huevos L
355 ml de buttermilk (o leche más una cucharada colmada de limón o vinagre)
50 gr mantequilla (en mi caso, vegetal sin grasas hidrogenada)
ralladura de 1 naranja
fresas al gusto
azúcar moreno para el acabado
Precalentar el horno a 200ºC y preparar el molde. Yo cubro la base con papel sulfurizado y engraso ligeramente los bordes. Lavar las fresas y quitarles el tallo. Derretir la mantequilla y dejar enfriar un poco.
En un recipiente amplio, mezclar la harina integral, la harina integral de espelta, la sal, la levadura y la panela o azúcar moreno. En otro cuenco, batir ligeramente los huevos con el buttermilk. Añadir la mantequilla y la ralladura de naranja, batiendo un poco con las varillas.
Echar los ingredientes húmedos a la primera mezcla y trabajar hasta que se integren bien, con movimientos suaves. Repartir en el molde, igualando la superficie con ayuda de una espátula o cuchara. Trocear las fresas y distribuirlas al gusto por encima. Cubrir con un poco azúcar moreno.
Hornear sobre una rejilla durante unos 25-30 minutos. Dejar enfriar o servir ligeramente templado.
25 abril, 2013
Yogur casero de leche de cabra {Ventanas Verdes}
Yogur, kéfir y otras leches fermentadas con Ventanas Verdes
Me encanta el yogur, desde bien pequeñita. Recuerdo cómo hace ya tiempo, cuando no había estallado el boom de los sabores y variedades de yogur en España, me fascinaba la cantidad de tipos diferentes que había en Suiza. Todavía hoy me sorprendo con sabores por allá que no se suelen encontrar aquí, aunque ya tenemos por aquí una oferta tan amplia que para muchos resulta excesiva. Mi padre se indigna cuando se pierde delante de los kilométricos estantes de supermercados, "¡Yo sólo quiero un yogur con sabor a yogur, sin bífidus ni fibra ni calcio ni desnatado ni con cereales ni nada!".
¿Intolerante a la lactosa y amante del yogur? Sí, y es que los fermentos que son los encargados de crear el yogur, los "bichitos", son los que se transforman la lactosa de la leche, ahorrando el mal trago a mi sistema digestivo carente de lactasa. Por eso el yogur natural es tan digestivo y sienta tan bien :-).
En el grupo de Ventanas Verdes hemos decidido dedicar el mes de abril al yogur casero, porque es un producto muy saludable y porque queremos reivindicar su elaboración casera. Mis compañeras saben mucho más de todo esto, y es que hasta se han atrevido a elaborar yogures vegetales a partir de leche de frutos secos. Yo, por mi parte, he aprendido un montón con ellas, y sobre todo me han animado a lanzarme a probar a hacer yogur sin yogurtera.
Mi madre nos hacía yogur en su aparatito (que tiene más años que yo) cuando éramos más pequeños, y le quedaba fantástico. Yo he querido probar para esta primera vez con leche de cabra, ya que me gusta mucho el sabor del yogur de este animal y además es más suave que la leche de vaca.
Bien, para ser la primera vez, he quedado bastante satisfecha con el resultado. Problemas: no encontré leche de cabra fresca a tiempo (y eso hasta ahora siempre la había visto en la tienda ecológica de mi barrio), y no tengo modo casero de mantener el calor durante varias horas. A ver si consigo una manta eléctrica (que me vendría bien para la espalda) y sigo experimentando con este mundillo de los yogures caseros en el futuro próximo.
Yogur casero de leche de cabra
Para 4-6 yogures, dependiendo del tamaño de los tarros
- 1 litro de leche de cabra
- 100 gr de yogur de leche de cabra
Poner la leche en un cazo y calentar hasta alcanzar casi el punto de ebullición, unos 80ºC. Mantener la temperatura unos 30 minutos, sin que llegue a hervir. Mientras tanto, precalentar el horno a 50ºC.
Dejar que se enfríe hasta unos 40ºC. Añadir el yogur, mezclando bien. Retirar la película de nata que habrá salido en la superficie de la leche. Apagar el horno. Tapar el recipiente, envolver en una toalla o varios paños de cocinar y colocar en el horno apagado y cerrado. Dejar reposar como mínimo unas 8 horas. Mezclar con suavidad y repartir en tarros. Tapar y guardar en la nevera.
Hace tiempo que aprendí a disfrutar del yogur natural, sin ningún edulcorante, me encanta el sabor a yogur-yogur, y apreciar los distintos matices según la leche y el fabricante. Tampoco soy muy tiquismiquis en cuanto a la textura, aunque me encantan cremosos, más líquidos también están muy buenos, y son ideales para mezclar con cereales o fruta.
¿Vosotros consumís yogur a menudo?
No os perdáis los fantásticos yogures de mis compañeras:
23 abril, 2013
Mi 27 cumpleaños, un fin de semana completo
Ayer, en clase de alemán, comentaba antes de que llegara el profesor que durante el fin de semana había celebrado mi cumpleaños. Una de mis compañeras, una madre chilena casada con un alemán que es un encanto, me comentó cómo hace tiempo conoció a un libanés que le contó que en su tierra le daban mucha importancia a la madre del cumpleañero, y la verdad es que, bien pensado, no podía tener más razón. Es el segundo cumpleaños que paso lejos de mi madre y todavía se hace extraño, aunque su regalo llegó por mensajería puntual y hablamos de sobra por teléfono :).
Cumplí años el sábado, perfecto para organizar celebraciones durante el fin de semana, aunque al final ha sido agotador! Madrugamos como de costumbre ese día, abrí mis primeros regalos y mientras el elfo estaba en clase me dediqué a terminar unas tareas en casa. Por la tarde aprovechamos la entrada de cine gratis que dan en Kinépolis por ser tu cumpleaños yendo a ver Stand Up Guys, y luego dimos un laaaaargo paseo en el parque de la Dehesa de la Villa, cerca de casa. Hacía un día espléndido, y con tantas lluvias Madrid está refulgente de verde y flores por todas partes. Terminamos la jornada con una cenita en un restaurante cercano, que ya casi es "nuestro" restaurante :P.
El domingo de nuevo madrugón, el elfo tenía partido y yo quedé con mi suegra para ir al mercadillo a primera hora. Tenía dos horas para preparar mi tarta de cumple, así que improvisé un poquito pero con la base de mi tarta favorita: bizcocho genovés con fresas y nata. Por suerte, fui previsora y preparé la base el sábado por la mañana, sólo quedaba cortar, preparar el relleno y la cobertura, y montar.
Y es que a mediodía, con el elfo ya duchado, nos recogió mi suegra con los niños de su prima para ir al zoo :). Hacía tiempo que yo quería volver, y como ha nacido hace poco un elefantito teníamos una excusa. Además, volvió a hacer un día primaveral magnífico, y los peques siempre están entusiasmados por ir a ver animales. Eso sí, estaba llenísimo de gente y nos dimos una buena caminata todo el día, zoo para arriba, zoo para abajo. Pero lo pasamos bien :).
Y ya por la tarde-noche, recogimos mi tarta y terminamos las celebraciones con una merienda-cena en el jardín de la casa de los padres de los niños, con algunos regalitos más y sobre todo buena compañía. Regresamos a casa rendidos, pero fue un fin de semana estupendo. A pesar de estar lejos de mi tierra, ya no me sale tanto decir "lejos de casa"; Madrid ya es mi segundo hogar. ¡Así da gusto cumplir años!
El bizcocho de la tarta es el mismo que hice el año pasado, un genovés a base de huevos, harina y azúcar, esponjoso y alto, estupendo para tartas más ligeras. Lo corté en tres discos y los mojé con un sencillo. Luego cocí unas cuantas fresas troceadas con algo de azúcar, puse un poco de gelatina y monté nata sin lactosa. Rellené cada capa con nata y fresas, y cubrí el exterior con el resto de la nata montada. A la nevera, y listo! Una tarta sencilla pero deliciosa :).
Cumplí años el sábado, perfecto para organizar celebraciones durante el fin de semana, aunque al final ha sido agotador! Madrugamos como de costumbre ese día, abrí mis primeros regalos y mientras el elfo estaba en clase me dediqué a terminar unas tareas en casa. Por la tarde aprovechamos la entrada de cine gratis que dan en Kinépolis por ser tu cumpleaños yendo a ver Stand Up Guys, y luego dimos un laaaaargo paseo en el parque de la Dehesa de la Villa, cerca de casa. Hacía un día espléndido, y con tantas lluvias Madrid está refulgente de verde y flores por todas partes. Terminamos la jornada con una cenita en un restaurante cercano, que ya casi es "nuestro" restaurante :P.
El domingo de nuevo madrugón, el elfo tenía partido y yo quedé con mi suegra para ir al mercadillo a primera hora. Tenía dos horas para preparar mi tarta de cumple, así que improvisé un poquito pero con la base de mi tarta favorita: bizcocho genovés con fresas y nata. Por suerte, fui previsora y preparé la base el sábado por la mañana, sólo quedaba cortar, preparar el relleno y la cobertura, y montar.
Y es que a mediodía, con el elfo ya duchado, nos recogió mi suegra con los niños de su prima para ir al zoo :). Hacía tiempo que yo quería volver, y como ha nacido hace poco un elefantito teníamos una excusa. Además, volvió a hacer un día primaveral magnífico, y los peques siempre están entusiasmados por ir a ver animales. Eso sí, estaba llenísimo de gente y nos dimos una buena caminata todo el día, zoo para arriba, zoo para abajo. Pero lo pasamos bien :).
Y ya por la tarde-noche, recogimos mi tarta y terminamos las celebraciones con una merienda-cena en el jardín de la casa de los padres de los niños, con algunos regalitos más y sobre todo buena compañía. Regresamos a casa rendidos, pero fue un fin de semana estupendo. A pesar de estar lejos de mi tierra, ya no me sale tanto decir "lejos de casa"; Madrid ya es mi segundo hogar. ¡Así da gusto cumplir años!
El bizcocho de la tarta es el mismo que hice el año pasado, un genovés a base de huevos, harina y azúcar, esponjoso y alto, estupendo para tartas más ligeras. Lo corté en tres discos y los mojé con un sencillo. Luego cocí unas cuantas fresas troceadas con algo de azúcar, puse un poco de gelatina y monté nata sin lactosa. Rellené cada capa con nata y fresas, y cubrí el exterior con el resto de la nata montada. A la nevera, y listo! Una tarta sencilla pero deliciosa :).
16 abril, 2013
Navettes - barquitas francesas de azahar
Pues ya está aquí el calorcito, finalmente. Me alegro porque por fin puedo guardar toda la ropaza de invierno y puedo salir a la calle con chaquetas primaverales que en Murcia son ya imposibles de llevar. Pero yo que había cogio costumbre de salir a correr un poco por las tardes, el domingo hice la prueba con las nuevas temperaturas y no me gustó nada la experiencia. Poca hidratación y achicharramiento de la cabeza; tendré que volver a salir temprano por la mañana.
Llevo unos días de desubicación interna difíciles de explicar, pero supongo que se deben al cambio de tiempo y a la proximidad de mi cumpleaños, que no me apetece nada celebrar, pero bueno. Algo habrá que hacer... Y algo habrá que hornear, es seguro :P.
El fin de semana pasado, mientras desayunaba con mi costumbre de curiosear por la red, me encontré con una receta que hacía tiempo que quería probar. Son las llamadas navettes, unas galletas francesas deliciosas que me encantaron desde que las probé por primera vez en La Cure Gourmande. Es una tienda especializada en dulces de la provenza que tiene locales ya por medio mundo, algo carilla. pero es difícil resistirse a entrar y comprar algo cuando te cruzas con ella. En el catálogo tienen navettes de varios sabores, pero yo me quedo con las más ricas de todas, las aromatizadas con azahar.
Son galletas duritas, crujientes, muy aromáticas, caracterizadas por esa forma de barquito. Tengo que perfeccionar la técnica pero de sabor quedaron deliciosas, y realmente son fáciles de hacer. Animáos a darle uso a esas botellitas de aroma de azahar, que no sólo sirven para el roscón ;). Aunque bueno, si no os apasiona ese sabor podéis añadir ralladura de naranja o limón, vainilla, canela... a vuestro gusto.
Navettes de azahar
Receta adaptada de Cakes in the city
Para unas 30- 35 unidades
380 gr de harina de repostería
150 gr de azúcar glasé
1 pizca de sal
50 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
2 huevos L
1 cucharada de aroma de azahar
leche para pincelar
Mezclar en un recipiente la harina con la sal y el azúcar glasé. Añadir los huevos y batir ligeramente con unas varillas. Incorporar la mantequilla ablandada cortada en cubos y batir todo junto hasta formar una especie de migas. Añadir el aroma de azahar y mezclar, estrujando bien la masa para que se integre. Debe quedar una masa ligeramente pegajosa y suave, sin grumos. Añadir más azahar o una cucharadita de agua si estuviera muy seca. Dividir en dos porciones, envolver en film y dejar enfriar en la nevera mínimo media hora.
Tomar una de las porciones, dividir de nuevo en dos partes y estirar cada una de ellas formando rollitos cilíndricos de uno 2,5 cm de ancho. Cortar porciones de unos 6 o 7 cm de largo. Apretar los extremos para darles la forma característica, como de un barquito. Colocarlos en una o dos bandejas de horno y continuar hasta terminar con la masa. Practicar un corte en el centro con ayuda de un cuchillo bien afilado. Dejar reposar una o dos horas a temperatura ambiente.
Precalentar el horno a 180ºC. Pintar cada navette con un poco de leche y hornearlas durante unos 15-25 minutos (depende del tamaño), hasta que se hayan dorado al gusto. Dejar enfriar un par de minutos fuera del horno, trasladar a una rejilla y dejar enfriar completamente. Guardar en recipiente hermético.
Llevo unos días de desubicación interna difíciles de explicar, pero supongo que se deben al cambio de tiempo y a la proximidad de mi cumpleaños, que no me apetece nada celebrar, pero bueno. Algo habrá que hacer... Y algo habrá que hornear, es seguro :P.
El fin de semana pasado, mientras desayunaba con mi costumbre de curiosear por la red, me encontré con una receta que hacía tiempo que quería probar. Son las llamadas navettes, unas galletas francesas deliciosas que me encantaron desde que las probé por primera vez en La Cure Gourmande. Es una tienda especializada en dulces de la provenza que tiene locales ya por medio mundo, algo carilla. pero es difícil resistirse a entrar y comprar algo cuando te cruzas con ella. En el catálogo tienen navettes de varios sabores, pero yo me quedo con las más ricas de todas, las aromatizadas con azahar.
Son galletas duritas, crujientes, muy aromáticas, caracterizadas por esa forma de barquito. Tengo que perfeccionar la técnica pero de sabor quedaron deliciosas, y realmente son fáciles de hacer. Animáos a darle uso a esas botellitas de aroma de azahar, que no sólo sirven para el roscón ;). Aunque bueno, si no os apasiona ese sabor podéis añadir ralladura de naranja o limón, vainilla, canela... a vuestro gusto.
Navettes de azahar
Receta adaptada de Cakes in the city
Para unas 30- 35 unidades
380 gr de harina de repostería
150 gr de azúcar glasé
1 pizca de sal
50 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
2 huevos L
1 cucharada de aroma de azahar
leche para pincelar
Mezclar en un recipiente la harina con la sal y el azúcar glasé. Añadir los huevos y batir ligeramente con unas varillas. Incorporar la mantequilla ablandada cortada en cubos y batir todo junto hasta formar una especie de migas. Añadir el aroma de azahar y mezclar, estrujando bien la masa para que se integre. Debe quedar una masa ligeramente pegajosa y suave, sin grumos. Añadir más azahar o una cucharadita de agua si estuviera muy seca. Dividir en dos porciones, envolver en film y dejar enfriar en la nevera mínimo media hora.
Tomar una de las porciones, dividir de nuevo en dos partes y estirar cada una de ellas formando rollitos cilíndricos de uno 2,5 cm de ancho. Cortar porciones de unos 6 o 7 cm de largo. Apretar los extremos para darles la forma característica, como de un barquito. Colocarlos en una o dos bandejas de horno y continuar hasta terminar con la masa. Practicar un corte en el centro con ayuda de un cuchillo bien afilado. Dejar reposar una o dos horas a temperatura ambiente.
Precalentar el horno a 180ºC. Pintar cada navette con un poco de leche y hornearlas durante unos 15-25 minutos (depende del tamaño), hasta que se hayan dorado al gusto. Dejar enfriar un par de minutos fuera del horno, trasladar a una rejilla y dejar enfriar completamente. Guardar en recipiente hermético.
10 abril, 2013
Crema ligera de tomate asado
Esta vez conseguí regresar de Murcia sin romperme la espalda en el tren (Paula estaría orgullosa de mí). Ir en preferente ayuda, la verdad, me encanta poder estar solita en mi sillón sin nadie raro al lado (he tenido compañeros de tren MUY raros). No voy de ricachona por la vida, no os creáis, pero por esas cosas raras de Renfe el día que fui a sacarme el billete estaba más barata la oferta de clase preferente que la de turista, y tonta no soy :P.
Pero después de varios días en Madrid ciertos dolores sospechosos habituales han regresado, así que empiezo a creer que la clave está en la cama. Más bien en la almohada... Y es que cuando amueblamos nuestro pequeño apartamento, siguiendo el sabio consejo de mi suegra, invertimos en una cama decente que no nos rompiera la espalda cada noche, pero luego cometimos el error en recurrir a almohadas más bien baratas. Bueno, han cumplido su función este tiempo, pero me temo que va siendo hora de jubilarlas. Ay, cuando eres joven no eres consciente de lo que pueden fastidiar los dolores de espalda, cuello y cervicales cuando se llega a cierta edad...
Esta crema de tomate la preparé antes de ir a Murcia, con los últimos de esos tomates maravillosos que me había traído mi padre. Estaban ya muy maduritos pero tirarlos no era en absoluto una opción, así que busqué qué podía cocinar con ellos. Hacía tiempo que quería hacer una crema o sopa caliente donde el tomate fuera el protagonista, y esta era la ocasión perfecta. Pronto el gazpacho hará su gloriosa entrada en mis cenas habituales, pero mientras tanto sigo disfrutando de platos calientes de cuchara. Aunque no descarto preparar este verano cremas parecidas pero servidas fresquitas, pues gracias a los buenos tomates salió deliciosa.
Crema de tomate asado
Receta inspirada en Sprouted Kitchen
Ingredientes para unas 4 raciones
- 1 kg de buenos tomates maduros
- 2 chalotas
- 1 diente de ajo
- tomillo y romero
- 500 ml de caldo de verduras (o pollo)
- aceite de oliva virgen extra
- una pizca de azúcar
- sal
- pimienta negra
- nata espesa, crème fraîche o yogur
- albahaca fresca o perejil
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja o fuente. Lavar bien los tomates y partirlos en cuartos, procurando no desperdiciar los jugos que puedan soltar. Trocear las chalotas y pelar del diente de ajo. Repartirlo todo en la bandeja, regar con un poco de aceite de oliva y sazonar con pimienta negra y tomillo y romero al gusto. Hornear durante unos 30 minutos, o hasta que los tomates estén prácticamente desechos. Dejar enfriar un poco.
Calentar el caldo de verduras o de pollo. Añadir todo el contenido de la bandeja, aprovechando bien esos gloriosos jugos. Cocinar unos minutos a fuego suave y triturar. Se puede colar para retirar los restos de piel y semillas si se prefiere una textura más fina, aunque con estos tomates para mí no fue necesario. Corregir la posible acidez con un poco de azúcar y añadir sal al gusto. Servir con un poco de nata, yogur, crème fraîche o queso, pimienta negra recién molida y albahaca fresca o perejil picado.
Y no os olvidéis de un buen pan al lado, que en esta casa no tenemos miedo a los hidratos de carbono ;P.
Pero después de varios días en Madrid ciertos dolores sospechosos habituales han regresado, así que empiezo a creer que la clave está en la cama. Más bien en la almohada... Y es que cuando amueblamos nuestro pequeño apartamento, siguiendo el sabio consejo de mi suegra, invertimos en una cama decente que no nos rompiera la espalda cada noche, pero luego cometimos el error en recurrir a almohadas más bien baratas. Bueno, han cumplido su función este tiempo, pero me temo que va siendo hora de jubilarlas. Ay, cuando eres joven no eres consciente de lo que pueden fastidiar los dolores de espalda, cuello y cervicales cuando se llega a cierta edad...
Esta crema de tomate la preparé antes de ir a Murcia, con los últimos de esos tomates maravillosos que me había traído mi padre. Estaban ya muy maduritos pero tirarlos no era en absoluto una opción, así que busqué qué podía cocinar con ellos. Hacía tiempo que quería hacer una crema o sopa caliente donde el tomate fuera el protagonista, y esta era la ocasión perfecta. Pronto el gazpacho hará su gloriosa entrada en mis cenas habituales, pero mientras tanto sigo disfrutando de platos calientes de cuchara. Aunque no descarto preparar este verano cremas parecidas pero servidas fresquitas, pues gracias a los buenos tomates salió deliciosa.
Crema de tomate asado
Receta inspirada en Sprouted Kitchen
Ingredientes para unas 4 raciones
- 1 kg de buenos tomates maduros
- 2 chalotas
- 1 diente de ajo
- tomillo y romero
- 500 ml de caldo de verduras (o pollo)
- aceite de oliva virgen extra
- una pizca de azúcar
- sal
- pimienta negra
- nata espesa, crème fraîche o yogur
- albahaca fresca o perejil
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja o fuente. Lavar bien los tomates y partirlos en cuartos, procurando no desperdiciar los jugos que puedan soltar. Trocear las chalotas y pelar del diente de ajo. Repartirlo todo en la bandeja, regar con un poco de aceite de oliva y sazonar con pimienta negra y tomillo y romero al gusto. Hornear durante unos 30 minutos, o hasta que los tomates estén prácticamente desechos. Dejar enfriar un poco.
Calentar el caldo de verduras o de pollo. Añadir todo el contenido de la bandeja, aprovechando bien esos gloriosos jugos. Cocinar unos minutos a fuego suave y triturar. Se puede colar para retirar los restos de piel y semillas si se prefiere una textura más fina, aunque con estos tomates para mí no fue necesario. Corregir la posible acidez con un poco de azúcar y añadir sal al gusto. Servir con un poco de nata, yogur, crème fraîche o queso, pimienta negra recién molida y albahaca fresca o perejil picado.
Y no os olvidéis de un buen pan al lado, que en esta casa no tenemos miedo a los hidratos de carbono ;P.
07 abril, 2013
Mi Semana Santa 2013
A pesar de que regresé a Madrid el pasado miércoles, es hoy cuando siento de verdad que ha terminado la Semana Santa, porque en mi cabeza sigo asociando la Pascua con las Fiestas de Primavera que se celebran en Murcia inmediatamente después. Ha sido el primer año que no he vivido prácticamente nada de esos festejos, y me he dado cuenta de que, a pesar de que a veces me queje del follón que se monta, he echado de menos estar allí.
Pero han sido unos días estupendos en casa con una primavera murciana ideal, ya que mientras el resto del país se inundaba en la ciudad apenas chispeó un poco algún día. En Madrid he vuelto a los jerséis mientras que en Murcia había que salir en manga corta durante el día y con crema solar para no acabar con el mismo tono rojo-gamba que cogió mi hermano en apenas una mañana al sol.
Curiosamente, ha sido el primer año que recuerdo haber asistido en vivo y directo a algunas de las procesiones murcianas. Normalmente aprovechaba la Semana Santa para irme de la ciudad, y de pequeña jamás me llevaron a ver ninguna, así que casi siempre me las perdía. No es que me apasionen, pero me gusta el componente cultural y artístico que tienen, sobre todo los pasos realmente bonitos y coherentes con la liturgia. Porque esas procesiones en las que parece que se haga una fiesta paseando pasos que no tienen ningún sentido con la Pasión de Cristo no los puedo comprender.
El martes, el día del Bando de la Huerta, me uní a mis padres para escapar del follón que paraliza la ciudad. Pasamos la noche del lunes en el campo escapando de un concierto y salimos al día siguiente hacia Albacete. Con tanta lluvia, mi campo estaba precioso, con verde por todas partes y muchas flores. ¡Ojalá durara así hasta verano!
Nuestro plan era visitar la zona del Nacimiento del Río Mundo, un paraje precioso que esperábamos rebosante de agua. Pero había demasiada agua. Apenas pudimos avanzar ya que había corrientes cortando los caminos y encima se puso a llover, por lo que dimos un paseíto tomándonos el chasco con algo de humor y regresamos a Murcia cambiando los planes.
Cambiamos la ruta para pasar por Calasparra, en una zona de la Región que reconozco conocer poco. También por allí ha llovido mucho en las últimas semanas y el entorno estaba precioso. Comimos muy bien en un restaurante del centro de la localidad y luego fuimos a la zona del Santuario a pasear un poco. Es un espacio muy bien acondicionado y la verdad es que nos sorprendió la cantidad de gente que había pasando allí el día, con comidas al aire libre y descansando entre la vegetación. Eso sí, el río había inundado la parte más baja del paseo, generando un entorno de corrientes realmente curioso.
Calasparra es famosa por su arroz, que tiene la categoría de producto con Denominación de Origen. No era la mejor época para disfrutar del paisaje de sus arrozales pero desde un mirador pudimos admirar una buena panorámica del entorno, con esos campos tan característicos rodeados de los meandros del río que riegan los cultivos.
El miércoles cogí el tren que me trajo de vuelta a Madrid con el tiempo justo para comer algo en casa e ir corriendo a clase de alemán. La capital me recibió gris y lluviosa, aunque hoy por fin ha amanecido soleado y tranquilo.
Abril y mayo se presentan algo ajetreados, pero ya me temo que sin darme cuenta el verano se nos echará encima. Por el momento, hoy toca comida familiar, a ver si aprovecho para llevar algún postre para compartir.
Buen domingo a todos!
Pero han sido unos días estupendos en casa con una primavera murciana ideal, ya que mientras el resto del país se inundaba en la ciudad apenas chispeó un poco algún día. En Madrid he vuelto a los jerséis mientras que en Murcia había que salir en manga corta durante el día y con crema solar para no acabar con el mismo tono rojo-gamba que cogió mi hermano en apenas una mañana al sol.
Curiosamente, ha sido el primer año que recuerdo haber asistido en vivo y directo a algunas de las procesiones murcianas. Normalmente aprovechaba la Semana Santa para irme de la ciudad, y de pequeña jamás me llevaron a ver ninguna, así que casi siempre me las perdía. No es que me apasionen, pero me gusta el componente cultural y artístico que tienen, sobre todo los pasos realmente bonitos y coherentes con la liturgia. Porque esas procesiones en las que parece que se haga una fiesta paseando pasos que no tienen ningún sentido con la Pasión de Cristo no los puedo comprender.
El martes, el día del Bando de la Huerta, me uní a mis padres para escapar del follón que paraliza la ciudad. Pasamos la noche del lunes en el campo escapando de un concierto y salimos al día siguiente hacia Albacete. Con tanta lluvia, mi campo estaba precioso, con verde por todas partes y muchas flores. ¡Ojalá durara así hasta verano!
Nuestro plan era visitar la zona del Nacimiento del Río Mundo, un paraje precioso que esperábamos rebosante de agua. Pero había demasiada agua. Apenas pudimos avanzar ya que había corrientes cortando los caminos y encima se puso a llover, por lo que dimos un paseíto tomándonos el chasco con algo de humor y regresamos a Murcia cambiando los planes.
Cambiamos la ruta para pasar por Calasparra, en una zona de la Región que reconozco conocer poco. También por allí ha llovido mucho en las últimas semanas y el entorno estaba precioso. Comimos muy bien en un restaurante del centro de la localidad y luego fuimos a la zona del Santuario a pasear un poco. Es un espacio muy bien acondicionado y la verdad es que nos sorprendió la cantidad de gente que había pasando allí el día, con comidas al aire libre y descansando entre la vegetación. Eso sí, el río había inundado la parte más baja del paseo, generando un entorno de corrientes realmente curioso.
Calasparra es famosa por su arroz, que tiene la categoría de producto con Denominación de Origen. No era la mejor época para disfrutar del paisaje de sus arrozales pero desde un mirador pudimos admirar una buena panorámica del entorno, con esos campos tan característicos rodeados de los meandros del río que riegan los cultivos.
El miércoles cogí el tren que me trajo de vuelta a Madrid con el tiempo justo para comer algo en casa e ir corriendo a clase de alemán. La capital me recibió gris y lluviosa, aunque hoy por fin ha amanecido soleado y tranquilo.
Abril y mayo se presentan algo ajetreados, pero ya me temo que sin darme cuenta el verano se nos echará encima. Por el momento, hoy toca comida familiar, a ver si aprovecho para llevar algún postre para compartir.
Buen domingo a todos!
02 abril, 2013
Apple turnovers - Empanadillas dulces de manzana inspiradas en Blancanieves
Merle, desde su fantástico y delicioso blog bilingüe, Sobre Dulce y Salado, tuvo una idea fantástica hace unas semanas para un evento blog muy original. Se trata de crear recetas inspiradas en cuentos y canciones infantiles tradicionales, y tuve la suerte de que pensara en mí para participar. Me hizo mucha ilusión la invitación y por supuesto acepté, porque me parecía un evento muy original, porque me encantan los cuentos de toda la vida y porque Merle es un encanto :).
¿Y qué cuento me tocó? ¡Blancanieves!
Creo que es de los cuentos más conocidos en todo el mundo y por todas las generaciones, en parte gracias a la película de Disney (su primer largometraje, por cierto). Merle da más detalles de la historia en su entrada :).
Para la receta tenía claro que tenía que ser algo con manzanas. Y dulce. Sabréis que me encantan los postres con manzanas, y que cada vez que veo una receta de bizcocho o pastel de manzana la tengo que probar, pero quería aprovechar para hacer algo diferente. Y se me ocurrió coger como inspiración la serie de televisión Once Upon a Time.
La serie (literalmente, Érase una vez) es una producción del canal ABC, que pertenece a Disney, y que está terminando ahora la emisión de su segunda temporada. En ella, aparecen muchos de los personajes típicos de cuentos infantiles, la mayoría ya versionados por Disney, pero con una vuelta de tuerca más o menos interesante para adecuarlos a la historia general de la serie. No es que sea una maravilla, tienen poco presupuesto y los actores dejan mucho que desear, pero la serie es entretenidilla (a pesar del bajón en esta segunda temporada). El punto de partida es que los personajes de cuento han sido trasladados por una maldición al mundo real, a vivir en un pueblo encantado donde han perdido sus recuerdos.
Dos de los personajes principales son Mary Margaret, Blancanieves (Snow White), y Regina, la malvada reina que ha encantado a todo el pueblo porque... bueno, porque es malvada :P. Regina tiene un árbol de manzanas en su jardín y se dedica a cocinar con ellas. Su especialidad parecen ser los apple turnovers, que cuando tiene un nuevo malvado plan les da un toque de veneno.
Hacía tiempo que quería probar a hacer unos turnovers y esta ha sido la ocasión perfecta. Se trata de una receta muy sencilla, que consiste en elaborar una masa estilo la de la base de las "pies" (ver esta receta para más detalles), dividirla en pequeñas porciones y usarla como si fuera una empanadilla, rellenándolas normalmente con fruta. ¡Son una delicia! :)
Apple turnovers - Empanadillas dulces de manzana
Receta inspirada en Technicolor Kitchen
Para 6 unidades
Ingredientes para la masa
- 113 gr de mantequilla sin sal muy fría
- 210 gr de harina de repostería
- 3 cucharaditas de azúcar
- 1 pizca de sal
- 2-4 cucharadas de agua muy fría
Trocear en cubitos pequeños la mantequilla. Mezclar en un cuenco la harina con el azúcar y la sal. Añadir la mantequilla y trabajar la masa estrujándolas con las manos. Añadir el agua poco a poco, mezclando cada vez, hasta conseguir una textura a la que se pueda dar forma, pero no demasiado pegajosa. Se hace muy fácilmente usando una picadora o procesador de alimentos. Amasar hasta tener una masa homogénea y dividir en seis porciones iguales. Formar bolas y envolver cada una en film. Guardar en la nevera como mínimo una hora.
Ingredientes para el relleno
- 3 manzanas Granny Smith, u otra variedad buena para asar
- 50 gr de azúcar moreno
- 1 cucharadita de azúcar vainillado
- 1 pizquita de sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de clavo molido
- 1/4 cucharadita de nuez moscada molida
- zumo de 1/2 limón
- 1 chorrito de brandy u otro licor oloroso, o algún zumo sin alcohol
Pelar y descorazonar las manzanas. Trocearlas en cubitos pequeños y colocarlas en un cuenco. Añadir el azúcar moreno, el azúcar vainillado, la sal y las especias, y dar remover. Regar con el zumo de limón y el brandy y mezclar bien. Dejar que macere como mínimo media hora.
Montaje final
- 2 cucharadas de mantequilla extra, derretida
- azúcar moreno al gusto
Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja.
Trabajar una porción de masa cada vez. Sacarla de la nevera y estirarla hasta formar un círculo ligeramente ovalado de unos 20 cm de diámetro. Colocar un montoncito del relleno de manzana, escurrido de líquido, en una de las mitades, dejando un par de centímetros de borde. Cubrir con la otra mitad de masa y presionar los bordes usando un tenedor húmedo. Pintar con la mantequilla derretida, espolvorear con azúcar moreno al gusto y practicar unos pequeños cortes diagonales en la parte superior. Repetir con el resto de masa. Hornear duante unos 25-30 minutos, hasta que se hayan dorado bien.
No os olvidéis de leer la entrada de Merle con más información del evento y Blancanieves :).
¿Y qué cuento me tocó? ¡Blancanieves!
Creo que es de los cuentos más conocidos en todo el mundo y por todas las generaciones, en parte gracias a la película de Disney (su primer largometraje, por cierto). Merle da más detalles de la historia en su entrada :).
Para la receta tenía claro que tenía que ser algo con manzanas. Y dulce. Sabréis que me encantan los postres con manzanas, y que cada vez que veo una receta de bizcocho o pastel de manzana la tengo que probar, pero quería aprovechar para hacer algo diferente. Y se me ocurrió coger como inspiración la serie de televisión Once Upon a Time.
La serie (literalmente, Érase una vez) es una producción del canal ABC, que pertenece a Disney, y que está terminando ahora la emisión de su segunda temporada. En ella, aparecen muchos de los personajes típicos de cuentos infantiles, la mayoría ya versionados por Disney, pero con una vuelta de tuerca más o menos interesante para adecuarlos a la historia general de la serie. No es que sea una maravilla, tienen poco presupuesto y los actores dejan mucho que desear, pero la serie es entretenidilla (a pesar del bajón en esta segunda temporada). El punto de partida es que los personajes de cuento han sido trasladados por una maldición al mundo real, a vivir en un pueblo encantado donde han perdido sus recuerdos.
Dos de los personajes principales son Mary Margaret, Blancanieves (Snow White), y Regina, la malvada reina que ha encantado a todo el pueblo porque... bueno, porque es malvada :P. Regina tiene un árbol de manzanas en su jardín y se dedica a cocinar con ellas. Su especialidad parecen ser los apple turnovers, que cuando tiene un nuevo malvado plan les da un toque de veneno.
Hacía tiempo que quería probar a hacer unos turnovers y esta ha sido la ocasión perfecta. Se trata de una receta muy sencilla, que consiste en elaborar una masa estilo la de la base de las "pies" (ver esta receta para más detalles), dividirla en pequeñas porciones y usarla como si fuera una empanadilla, rellenándolas normalmente con fruta. ¡Son una delicia! :)
Apple turnovers - Empanadillas dulces de manzana
Receta inspirada en Technicolor Kitchen
Para 6 unidades
Ingredientes para la masa
- 113 gr de mantequilla sin sal muy fría
- 210 gr de harina de repostería
- 3 cucharaditas de azúcar
- 1 pizca de sal
- 2-4 cucharadas de agua muy fría
Trocear en cubitos pequeños la mantequilla. Mezclar en un cuenco la harina con el azúcar y la sal. Añadir la mantequilla y trabajar la masa estrujándolas con las manos. Añadir el agua poco a poco, mezclando cada vez, hasta conseguir una textura a la que se pueda dar forma, pero no demasiado pegajosa. Se hace muy fácilmente usando una picadora o procesador de alimentos. Amasar hasta tener una masa homogénea y dividir en seis porciones iguales. Formar bolas y envolver cada una en film. Guardar en la nevera como mínimo una hora.
Ingredientes para el relleno
- 3 manzanas Granny Smith, u otra variedad buena para asar
- 50 gr de azúcar moreno
- 1 cucharadita de azúcar vainillado
- 1 pizquita de sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1/4 cucharadita de clavo molido
- 1/4 cucharadita de nuez moscada molida
- zumo de 1/2 limón
- 1 chorrito de brandy u otro licor oloroso, o algún zumo sin alcohol
Pelar y descorazonar las manzanas. Trocearlas en cubitos pequeños y colocarlas en un cuenco. Añadir el azúcar moreno, el azúcar vainillado, la sal y las especias, y dar remover. Regar con el zumo de limón y el brandy y mezclar bien. Dejar que macere como mínimo media hora.
Montaje final
- 2 cucharadas de mantequilla extra, derretida
- azúcar moreno al gusto
Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja.
Trabajar una porción de masa cada vez. Sacarla de la nevera y estirarla hasta formar un círculo ligeramente ovalado de unos 20 cm de diámetro. Colocar un montoncito del relleno de manzana, escurrido de líquido, en una de las mitades, dejando un par de centímetros de borde. Cubrir con la otra mitad de masa y presionar los bordes usando un tenedor húmedo. Pintar con la mantequilla derretida, espolvorear con azúcar moreno al gusto y practicar unos pequeños cortes diagonales en la parte superior. Repetir con el resto de masa. Hornear duante unos 25-30 minutos, hasta que se hayan dorado bien.
No os olvidéis de leer la entrada de Merle con más información del evento y Blancanieves :).
Etiquetas
Adviento
Arroz y verduras
Bebidas
Bizcochos y tartas
Brownies y otros
Carne
Cereales
Chocolate
Cocina internacional
Cocina murciana
Cocina suiza
Ensaladas
Entrantes
Especias
Fruta
Galletas
Guisos
Halloween
Helados
Legumbres
Madrid
Mermeladas y conservas
Muffins y cupcakes
Navidad
Ocasiones especiales
Otros
Otros dulces
Panadería
Pascua
Pasta
Personal
Pescado y marisco
Pizzas y focaccias
Postres
Recetas ligeras
Snacks
Sopas
Suiza
Tartas
Verduras
Viajando
Wok
Archivo del blog
-
►
2019
(18)
- ► septiembre (1)
-
►
2018
(27)
- ► septiembre (1)
-
►
2017
(31)
- ► septiembre (3)
-
►
2016
(52)
- ► septiembre (4)
-
►
2015
(76)
- ► septiembre (9)
-
►
2014
(65)
- ► septiembre (5)
-
►
2012
(96)
- ► septiembre (5)
-
►
2011
(122)
- ► septiembre (10)
-
►
2010
(114)
- ► septiembre (5)
-
►
2009
(99)
- ► septiembre (9)
-
►
2008
(100)
- ► septiembre (5)
-
►
2007
(74)
- ► septiembre (4)
Categorías
- Aperitivos
- Arroz y verduras
- Bebidas
- Bizcochos y tartas
- Brownies y otros
- Carne
- Cereales
- Chocolate
- Cocina internacional
- Cocina murciana
- Cocina suiza
- Desayunos
- Ensaladas
- Entrantes
- Especias
- Fruta
- Galletas
- Guisos
- Halloween
- Helados
- Huevos
- Legumbres
- Mermeladas y conservas
- Muffins y cupcakes
- Murcia
- Navidad
- Otros
- Otros dulces
- Panadería
- Pasta
- Personal
- Pescado y marisco
- Pizzas y focaccias
- Postres
- Probando productos
- Recetas ligeras
- Snacks
- Sopas
- Tartas
- Verduras
- Viajando