El domingo pasado se dio el pregón de las Fiestas de San Blas y la Virgen de la Candelaria en el barrio de Santa Eulalia, al ladito de mi casa. Durante esta semana de finales de enero, cada año la pequeña plaza de Santa Eulalia se llena de pequeñas atracciones para niños, puestos con juguetes tradicionales, dulces y otros productos típicos. Desde que era bien pequeña mi madre se pasaba horas conmigo allí (al parecer me encantaban "los caballitos") y aunque no sea gran cosa, es una fiesta que me gusta. Es agradable pasar por allí de noche y encontrarse muchos niños riendo, con música y luces, que animan por una vez la plaza (que la pobre no tiene mucho interés el resto del año).
Además mi padre mantiene desde el primer año que vinieron a vivir aquí una tradición: comprar orejones de albaricoque y dátiles al mismo puesto, regentado por un matrimonio encantador que siempre te ofrecen de todo para que lo pruebes.
A mí los dátiles no me entusiasman, pero los orejones me encantan, y éstos son estupendos, tiernos, nada resecos, llenos de sabor... un vicio peligroso.
Cuando acompañé este año a mi padre en su compra casi me da algo al ver que tenían más cosas aparte de los tradicionales orejones, dátiles, ciruelas pasas, higos y sultanas; toda una variedad de frutas secas y confitadas que no se suelen ver por esta zona: manzana, fresa, plátano, piña, papaya, cerezas, arándanos, tomate, jengibre... Tomate seco dulce! Riquísimo. Y el jengibre confitado, oh, llevaba tiempo buscándolo. Así que nos hicimos con un buen arsenal de fruta :D No sólo para comerla tal cual (que es lo mejor) porque tengo intención en usarla en alguna receta horneable. A ver qué sale próximamente ^^
Además mi padre mantiene desde el primer año que vinieron a vivir aquí una tradición: comprar orejones de albaricoque y dátiles al mismo puesto, regentado por un matrimonio encantador que siempre te ofrecen de todo para que lo pruebes.
A mí los dátiles no me entusiasman, pero los orejones me encantan, y éstos son estupendos, tiernos, nada resecos, llenos de sabor... un vicio peligroso.
Cuando acompañé este año a mi padre en su compra casi me da algo al ver que tenían más cosas aparte de los tradicionales orejones, dátiles, ciruelas pasas, higos y sultanas; toda una variedad de frutas secas y confitadas que no se suelen ver por esta zona: manzana, fresa, plátano, piña, papaya, cerezas, arándanos, tomate, jengibre... Tomate seco dulce! Riquísimo. Y el jengibre confitado, oh, llevaba tiempo buscándolo. Así que nos hicimos con un buen arsenal de fruta :D No sólo para comerla tal cual (que es lo mejor) porque tengo intención en usarla en alguna receta horneable. A ver qué sale próximamente ^^