Últimamente veo muchas series y películas con planteamientos postapocalípticos, y me divierte imaginar qué haría yo si viviera alguna de esas situaciones -aunque si fuera así no será nada divertido, ejem-. El tema de la comida es el más complicado, claro, pero me he dado cuenta de que los frutos secos serían un producto fundamental en un mundo invadido por zombies o algo semejante.
Son un regalo de árboles hermosos, muy energéticos pero llenos de nutrientes saludables, la mayoría se pueden comer crudos, aguantan bien sin pudrirse y son fáciles de llevar. ¿Qué más se puede pedir? Ah claro, están riquísimos!
Creo que alguna vez he comentado que el sabor de las nueces lo asocio a las mandarinas, a tardes frías de chimenea y a la Navidad. Es por asociación de ideas y recuerdos, ya que eran dos productos típicos que se dan a los niños cuando llega San Nicolás en Suiza, y mi padre nos transmitió esa costumbre. Por eso pelar y comer nueces me trae buenos recuerdos, casi de la misma forma que las castañas. El olor de una castañera por la calle es tan reconfortante! Sin embargo, las almendras podrían ser el fruto seco que más utilizo todo el año... Bueno, ya sabéis que hay variedades para todos los gustos.
Me apetecía preparar un postre algo diferente a lo que suelo hacer, sencillo pero atractivo, ya pensand un poco en la Navidad, así que mi propuesta para este mes es una copa de persimón y yogur con frutos secos y miel, un postre fresco, nada pesado, con ingredientes otoñales. He descubierto además que el persimón está buenísimo con un puntito de miel.
Copa de persimón y yogur con frutos secos a la miel
Ingredientes por persona
- 1 Kaki Persimón madurito
- 150 g de yogur natural cremoso (o 1 yogur + un par de cucharadas de queso fresco batido)
- 2 castañas
- 2 nueces
- 2 avellanas
- unos pistachos picados
- miel al gusto
Lavar bien el persimón, quitar el extremo superior y cortar en cuartos. Cortar en láminas finas.
Batir bien el yogur y picar todos los frutos secos. Poner unos pocos frutos en el fondo de una copa o cuenco con un poco de miel. Llenar con el queso fresco. Disponer encima el persimón cortado y echar el resto de frutos secos.
Terminar añadiendo miel al gusto y servir inmediatamente o tapar y reservar en la nevera, aunque procurando que no pasen demasiadas horas. ¡Facilísimo!