¿Listos para despedir el año? Que no la década, por mucho que estemos viendo infinidad de listas y recopilatorios de lo mejor/más significativo obviando que aún queda un año más para empezar la segunda del milenio. En realidad cada uno es libre de considerar las décadas como quiera, pero que no vengan la Navidad que viene otra vez dando la turra con nuevas listas, por favor. Se me aturullan.
Por suerte yo no tengo que hacer listados de ningún tipo y ni voy a seleccionar mis recetas favoritas de 2019. Cada año las fronteras temporales se me relativizan y confunden más y más, volviéndose difusas y permeables. Si no fuera por el punto de inflexión que sigue marcando el verano, y la ilusión que aún me despiertan las navidades, perdería totalmente la cuenta de los años que pasan.
De nuevo no tengo nada planeado especial para despedir el año ya viejo, y mucho menos para recibir al inminente 2020. Correré la San Silvestre de Murcia disfrutando todo lo que pueda -siempre es divertida a pesar de la marabunta-, y, por segundo año, nos iremos al campo a montar allí la cena. Esperemos que esta vez no nos quedemos sin luz y me vuelva a perder las campanadas; además me he propuesto por todos los medios evitar al máximo cualquier discusión absurda familiar.
No sé qué nos deparará el año nuevo, si es que nos traerá algo interesante. De hecho, casi prefiero que no destaque demasiado, visto lo visto. Ojalá las cosas mejoren un poquito en general para todos, en muchos aspectos. Y para invocar las buenas energías, me despido con chocolate.
Me gustan mucho los postres frescos en vasitos, más ligeros que pasteles o tartas y mucho más fáciles de preparar y servir. Esta receta es una "mousse" falsa, porque no lleva aire de clara de huevo ni de nata batida; da igual. Al combinar el chocolate con yogur griego, pero griego de verdad, 100% natural, obtenemos una crema melosa pero algo esponjosa, suave y muy rica, deliciosa con el toque de naranja. Y, como siempre en estas cosas, permite personalizarla y tunearla de mil formas diferentes.
Receta de mousse de chocolate, yogur griego y naranja
Inspiración: esta receta y porque el chocolate es lo mejor para empezar el año con buen pie
Ingredientes aproximados para 6 vasitos
- 170 g de chocolate negro de buena calidad
- 100 g de leche o bebida vegetal
- 1/4 cucharadita de vainilla o 1/2 vaina
- 250 g de yogur griego natural de buena calidad
- 1 pizca de sal
- 20 ml de licor de naranja o zumo
- nata montada, crema o más yogur para servir
- mermelada de naranja amarga o normal para servir
- ralladura de naranja para servir
- frutos secos crujientes para servir
Picar a cuchillo a lo bruto (pero con cuidado) el chocolate; cuanto más pequeñas sean las piezas, mejor. Hay que usar un buen cuchillo, grande, en una buena tabla. Reservar.
Calentar la leche a fuego suave con la vainilla. Cuando entre en ebullición, apagar el fuego y echar el chocolate. Se suele recomendar tener el chocolate en un recipiente y verter encima la leche, pero yo me ahorro manchar otro cacharro.
Remover con suavidad hasta que el chocolate se funda por completo y se forme una crema homogénea. Agregar una pizca de sal y reservar, dejando que se enfríe un poco.
Batir aparte con unas varillas el yogur griego, bien escurrido de su líquido, para montarlo un poco. Añadir en dos o tres tandas el chocolate, mezclando cada vez con movimientos envolventes. Incorporar el licor o zumo y mezclar.
Repartir en vasitos o cuencos y dejar enfriar en la nevera como mínimo una hora. Servir con una cucharada de nata, crema o yogur, un poco de mermelada, ralladura fina de naranja y frutos secos o crocanti crujiente al gusto. También se puede depositar una cucharada de mermelada en el fondo de los vasos antes de llenar con el chocolate.
Inspiración: esta receta y porque el chocolate es lo mejor para empezar el año con buen pie
Ingredientes aproximados para 6 vasitos
- 170 g de chocolate negro de buena calidad
- 100 g de leche o bebida vegetal
- 1/4 cucharadita de vainilla o 1/2 vaina
- 250 g de yogur griego natural de buena calidad
- 1 pizca de sal
- 20 ml de licor de naranja o zumo
- nata montada, crema o más yogur para servir
- mermelada de naranja amarga o normal para servir
- ralladura de naranja para servir
- frutos secos crujientes para servir
Picar a cuchillo a lo bruto (pero con cuidado) el chocolate; cuanto más pequeñas sean las piezas, mejor. Hay que usar un buen cuchillo, grande, en una buena tabla. Reservar.
Calentar la leche a fuego suave con la vainilla. Cuando entre en ebullición, apagar el fuego y echar el chocolate. Se suele recomendar tener el chocolate en un recipiente y verter encima la leche, pero yo me ahorro manchar otro cacharro.
Remover con suavidad hasta que el chocolate se funda por completo y se forme una crema homogénea. Agregar una pizca de sal y reservar, dejando que se enfríe un poco.
Batir aparte con unas varillas el yogur griego, bien escurrido de su líquido, para montarlo un poco. Añadir en dos o tres tandas el chocolate, mezclando cada vez con movimientos envolventes. Incorporar el licor o zumo y mezclar.
Repartir en vasitos o cuencos y dejar enfriar en la nevera como mínimo una hora. Servir con una cucharada de nata, crema o yogur, un poco de mermelada, ralladura fina de naranja y frutos secos o crocanti crujiente al gusto. También se puede depositar una cucharada de mermelada en el fondo de los vasos antes de llenar con el chocolate.
Sin más, nos seguiremos leyendo un año más en 2020, sin propósitos ni retos. Con seguir teniendo pequeñas ilusiones cada día ya me voy contenta.
¡Feliz Año Nuevo!