San Valentín no es precisamente mi festividad favorita, pero me da mucha rabia la gente que dirige todo su odio y cinismo hacia el 14 de febrero porque es "un invento de la publicidad/grandes almacenes/americanos/...". Pues no, los orígenes de San Valentín se remontan a la antigua Roma y el culto del santo -que probablemente eran dos mártires distintos- empezó en la Alta Edad Media. Claro que antes era sobre todo el protector de los epilépticos, su relación con los enamorados llegaría un pelín más tarde cuando a Geoffrey Chaucer se le ocurrió meter en un poema que este día las aves se emparejan para anidar. Pero esa es otra historia, yo venía hoy a compartir este pastel húmedo de chocolate y calabaza porque... sí, siempre aprovecho San Valentín para traer tentaciones chocolateadas.
Fue una prueba que improvisé hace un par de semanas cuando me entró un antojo de los míos. Lo llamo antojo aunque sé que es pura gula por el sabor intenso del chocolate negro, que es el único que realmente me gusta y disfruto. Quería preparar algún postre no demasiado pecaminoso en el que el chocolate fuera el gran protagonista, con una textura húmeda y jugosa, sin empalagar. Mirando el calendario pensé que era ya hora de volver a sacar los moldes de corazón y jugué un poco con recetas ya probadas, pero reduciendo mucho el azúcar y cambiando la mantequilla tradicional por calabaza.
Todavía tengo raciones de calabaza asada en el congelador, y antes de que se terminen los ejemplares que tengo en el trastero -a modo de despensa, allí están estupendamente bien, al fresco y sin contacto con luz solar- volveré a preparar una tanda para no quedarme sin reservas antes de la próxima cosecha. En realidad podéis usar otro sustituto vegetal/sanote que prefiráis: boniato asado, calabacín rallado, puré/compota de manzana, yogur natural, mantequilla de cacahuete pura -más sano pero más calórico, claro-, alubias trituradas... No pongo la mano en el fuego para estas alternativas porque no las he probado, pero intuyo que mal no puede salir.
La receta es bien simple y no tiene gluten porque no lleva ningún tipo de harina, ni siquiera frutos secos molidos. Además he usado azúcar de abedul o xilitol, que se supone que no sube los niveles de azúcar en sangre y no produce caries. Que sea más "sano" ya lo pongo en duda, pero eh, me regalaron el bote y habrá que darle salida. Podéis usar azúcar normal o el endulzante que más os guste y os funcione; aviso de todas formas que es una receta poco dulce, ya que buscaba el sabor intenso del chocolate. Si luego os parece soso podéis servirlo con una ganaché o con un buen cargamento de azúcar glasé, no os voy a juzgar por ello.
Solo queda compartirlo con quien más queráis, sea hoy, mañana o dentro de dos meses. Y es perfectamente válido dedicárselo a uno mismo ;). Ahora en invierno aguanta bien a temperatura ambiente, cubierto, pero si va a durar más de un par de días es mejor guardarlo en la nevera.
Fue una prueba que improvisé hace un par de semanas cuando me entró un antojo de los míos. Lo llamo antojo aunque sé que es pura gula por el sabor intenso del chocolate negro, que es el único que realmente me gusta y disfruto. Quería preparar algún postre no demasiado pecaminoso en el que el chocolate fuera el gran protagonista, con una textura húmeda y jugosa, sin empalagar. Mirando el calendario pensé que era ya hora de volver a sacar los moldes de corazón y jugué un poco con recetas ya probadas, pero reduciendo mucho el azúcar y cambiando la mantequilla tradicional por calabaza.
Todavía tengo raciones de calabaza asada en el congelador, y antes de que se terminen los ejemplares que tengo en el trastero -a modo de despensa, allí están estupendamente bien, al fresco y sin contacto con luz solar- volveré a preparar una tanda para no quedarme sin reservas antes de la próxima cosecha. En realidad podéis usar otro sustituto vegetal/sanote que prefiráis: boniato asado, calabacín rallado, puré/compota de manzana, yogur natural, mantequilla de cacahuete pura -más sano pero más calórico, claro-, alubias trituradas... No pongo la mano en el fuego para estas alternativas porque no las he probado, pero intuyo que mal no puede salir.
La receta es bien simple y no tiene gluten porque no lleva ningún tipo de harina, ni siquiera frutos secos molidos. Además he usado azúcar de abedul o xilitol, que se supone que no sube los niveles de azúcar en sangre y no produce caries. Que sea más "sano" ya lo pongo en duda, pero eh, me regalaron el bote y habrá que darle salida. Podéis usar azúcar normal o el endulzante que más os guste y os funcione; aviso de todas formas que es una receta poco dulce, ya que buscaba el sabor intenso del chocolate. Si luego os parece soso podéis servirlo con una ganaché o con un buen cargamento de azúcar glasé, no os voy a juzgar por ello.
Receta de pastel húmedo de chocolate y calabaza sin gluten
Inspiración: lejanamente basado en el mejor pastel de chocolate suizo
Ingredientes para un molde mediano o unos 10 pastelitos
- 200 g de chocolate negro de buena calidad
- 200 g de puré de calabaza asada escurrida
- 5 huevos
- 50 g de azúcar de abedul o azúcar normal
- 1 cucharadita de cacao puro en polvo
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de canela molida
- 5 ml de esencia de vainilla
Precalentar el horno a 175ºC y preparar el molde deseado. Yo lo engraso con un poco de aceite y luego añado cacao en polvo tamizado. Dependiendo del tamaño nos saldrán las porciones más gorditas y más jugosas por dentro, eso depende ya del gusto.
Derretir el chocolate al baño maría y dejar enfriar un poco. Separar las yemas de las claras en recipientes distintos.
Batir las yemas con el azúcar hasta que espesen mucho y adquieran un color pálido. Añadir el chocolate derretido, la calabaza, el cacao, la sal, la canela y la vainilla, y mezclar con varillas hasta que quede una crema homogénea.
Aparte montar las claras de huevo hasta que queden a punto de nieve. Añadir en varias tantas a la primera mezcla, con movimientos envolventes, hasta conseguir una masa homogénea sin grumos. Verter en el molde o moldes, igualando bien la superficie, y hornear unos 20-25 minutos, hasta que al pinchar el centro salga el palillo casi-casi limpio.
Dejar enfriar dentro del molde antes de sacar porciones. Servir con azúcar glasé tamizado, helado de vainilla, frutos rojos, crema inglesa, nata, salsa de yogur, ganaché de chocolate caliente... ¡imaginación al poder!
Inspiración: lejanamente basado en el mejor pastel de chocolate suizo
Ingredientes para un molde mediano o unos 10 pastelitos
- 200 g de chocolate negro de buena calidad
- 200 g de puré de calabaza asada escurrida
- 5 huevos
- 50 g de azúcar de abedul o azúcar normal
- 1 cucharadita de cacao puro en polvo
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de canela molida
- 5 ml de esencia de vainilla
Precalentar el horno a 175ºC y preparar el molde deseado. Yo lo engraso con un poco de aceite y luego añado cacao en polvo tamizado. Dependiendo del tamaño nos saldrán las porciones más gorditas y más jugosas por dentro, eso depende ya del gusto.
Derretir el chocolate al baño maría y dejar enfriar un poco. Separar las yemas de las claras en recipientes distintos.
Batir las yemas con el azúcar hasta que espesen mucho y adquieran un color pálido. Añadir el chocolate derretido, la calabaza, el cacao, la sal, la canela y la vainilla, y mezclar con varillas hasta que quede una crema homogénea.
Aparte montar las claras de huevo hasta que queden a punto de nieve. Añadir en varias tantas a la primera mezcla, con movimientos envolventes, hasta conseguir una masa homogénea sin grumos. Verter en el molde o moldes, igualando bien la superficie, y hornear unos 20-25 minutos, hasta que al pinchar el centro salga el palillo casi-casi limpio.
Dejar enfriar dentro del molde antes de sacar porciones. Servir con azúcar glasé tamizado, helado de vainilla, frutos rojos, crema inglesa, nata, salsa de yogur, ganaché de chocolate caliente... ¡imaginación al poder!
Solo queda compartirlo con quien más queráis, sea hoy, mañana o dentro de dos meses. Y es perfectamente válido dedicárselo a uno mismo ;). Ahora en invierno aguanta bien a temperatura ambiente, cubierto, pero si va a durar más de un par de días es mejor guardarlo en la nevera.