Debemos haber cruzado ya el ecuador de la temporada de fresas (o mejor dicho, fresones), en cuanto me descuide desaparecerán de los mercados. Sí vale, después vienen los melocotones, las nectarinas, más ciruelas, melones... pero las fresas son las fresas, y las volveré a echar de menos durante los largos meses de su ausencia. No sólo están riquísimas solas, tal cual, sino que dan muchísimo juego en la cocina. Por supuesto, la mermelada es obligatoria, también batidos, sorbetes o helados; con zumo de naranja están muy buenas, también con yogur y algo de muesli o avena en el desayuno; funcionan como un genial añadido a la masa de bizcochos, muffins y similares; oh, como ingrediente de ensaladas son una delicia también. Y por supuesto, se pueden preparar miles de variedades de tartas con ellas :)
Para el postre del domingo preparé esta especie de tarta, que en realidad es una base similar al bizcocho pero más compacta, y con la dulce, roja y maravillosa cubierta de fresones cocinada aparte.
Para el postre del domingo preparé esta especie de tarta, que en realidad es una base similar al bizcocho pero más compacta, y con la dulce, roja y maravillosa cubierta de fresones cocinada aparte.
- 1 y 3/4 tazas de harina de repostería
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1/4 cucharadita de levadura
- 1/2 cucharadita de sal
- 3/4 tazas de azúcar blanco
- 2 claras de huevo
- 1 yogur natural de soja
- 1/4 taza de leche de soja
- 80 ml de zumo de naranja recién exprimido
- 1 cucharada (15 ml) de aceite de girasol
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde redondo desmontable.
Mezclar bien el yogur con la leche. Batir en un bol las claras con el aceite y el azúcar; añadir el zumo y el yogur hasta tener una masa homogénea. Aparta mezclar la harina con el bicarbonato, levadura y sal, y tamizar todo junto sobre la primera masa. Trabajar la mezcla con una espátula con movimientos suaves hasta que forme una masa homogénea, sin grumos secos. Verter sobre el molde, dejando su superficie igualada, y hornear durante unos 30 minutos, hasta que al pinchar un palillo en el centro salga limpio. Dejar enfriar unos minutos antes de desmoldar; enfriar totalmente sobre una rejilla.
Mezclar bien el yogur con la leche. Batir en un bol las claras con el aceite y el azúcar; añadir el zumo y el yogur hasta tener una masa homogénea. Aparta mezclar la harina con el bicarbonato, levadura y sal, y tamizar todo junto sobre la primera masa. Trabajar la mezcla con una espátula con movimientos suaves hasta que forme una masa homogénea, sin grumos secos. Verter sobre el molde, dejando su superficie igualada, y hornear durante unos 30 minutos, hasta que al pinchar un palillo en el centro salga limpio. Dejar enfriar unos minutos antes de desmoldar; enfriar totalmente sobre una rejilla.
- 450 gr de fresas
- 100-150 gr de azúcar blanco (al gusto)
- 1 cucharada de maizena
- gelificante en polvo
Lavar las fresas, quitarles el rabito y trocear. Poner en una sartén al fuego bajo con el azúcar, removiendo hasta que se disuelva. Cuando empiece a soltar jugo, añadir la maizena y remover. Los trozos más pequeños de fresa empezarán a disolverse, creando más líquido. Incorporar entonces el gelificante, dependiendo del tipo y el fabricante. Yo usé un par de cucharaditas de una mezcla especial para postres con fruta roja que compré en Berlín; la gelatina en polvo normal o el agar-agar servirían igualmente. Pero la idea es que no llegue a formarse una gelatina compacta como tal, sino simplemente que espese y coexione la mezcla, creando algo similar a una compota, con trozos gordos de fresa visible. Cocinar unos minutos más, removiendo constantemente, hasta que empiece a espesar. Apartar del fuego y dejar enfriar un poco.
Si el bizcocho ha crecido demasiado por el centro creando un pequeño montículo, se puede nivelar cortándolo con un buen cuchillo de sierra. Volver a poner en el molde y verter por encima la mezcla de fresas, distribuyéndola bien. Dejar enfriar totalmente para que cuaje un poco y se asiente antes de servir. Si caen algunos chorretones rojos al cortarlo no pasa nada, incluso mejor ;) Importante: untarse bien los dedos para rebañar los restos de fresa que queden en el molde o en los platos.