El año pasado ya decidí iniciar una "tradición" de hacer tarta de calabaza para Halloween (el caso es buscar excusas :P para poner en marcha el horno). Esta receta es diferente, y me gusta más. La masa cuesta un poquito ponerla en el molde pero sólo hay que echarle mañana y jugar un poco a hacer un puzzle. Me gusta finita, le da el toque crujiente sin quitar el protagonismo a la calabaza. Y el relleno esta vez lo he hecho sin nada de lactosa, con nata vegetal, y ha dado un excelente resultado, nadie lo ha notado en el sabor. El sirope de arce aporta un toque de aroma diferente pero tremendamente otoñal, y decididamente va genial con mi verdura favorita. Además deja una capita como de caramelo en la superficie que, aunque al quedarse tostada deja un aspecto algo feucho, es delicioso!.
Con cositas como esta da gusto recibir el frío por fin, que al menos yo iba aún con tirantes y sandalias hasta hace un par de días.
Para la masa:
- 2/3 taza de copos de avena
- 1/3 taza de harina integral
- 1/3 taza de harina
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de canela
- 85 gr de mantequilla fría
- 3 cucharadas de leche de soja
Con un robot de cocina, triturar los copos de avena. Mezclar con todos los ingredientes secos en un bol y añadir la mantequilla fría cortada en dados. Con un tenedor, chafarla hasta incorporarla bien con las harinas, más fácil si se termina con las manos, hasta tener una textura como de migas de pan. Añadir la leche y formar una masa no demasiado pegajosa. Formar un disco y envolver en papel film. Dejar reposar en la nevera como mínimo una hora.
Dejar templar un poco al sacarla. Engrasar un molde redondo de unos 25 cm de diámetro y unos 3 de profundidad con el borde rizado (bueno, no es necesario :P). Aplastar y estirar bien la masa con un rodillo sobre una superficie enharinada y forrar el molde. Si se resquebrajan trozos no pasa nada, se pueden ir pegando las piezas hasta cubrir toda la superficie, presionando bien las juntas.
Para el relleno:
- 3 huevos
- 1 taza de nata (vegetal en mi caso)
- 2 tazas + 2 cucharadas de puré de calabaza
- 1/2 taza de azúcar
- 1/3 taza de sirope de arce
- 1 cucharadita de canela
- 1 cucharadita de jengibre
- 1/2 cucharadita de clavo
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de sal
Precalentar el horno a 220ºC.
Batir los huevos con el azúcar; añadir las especias y la sal. Incorporar la nata y la calabaza. Batir bien hasta conseguir una mezcla homogénea. Distribuir encima del molde y colocar en la parte baja del horno. Tras 10 minutos, poner a media altura y bajar la temperatura a 175ºC. Hornear unos 50 minutos más, hasta que al pinchar la tarta el palillo salga limpio. Dejar enfriar totalmente antes de servir.
29 octubre, 2008
27 octubre, 2008
Galletas de Halloween
Se acerca Halloween un año más, lo que generalmente por aquí significa decoración y venta de chorradillas varias en las tiendas, fiestas de disfraces en bares, y algún especial en la televisón. Puede que sea otra cosa más importada desde EEUU, pero anda que no es una fietsa divertida, sobretodo si eres un niño: decoración con temática de monstruos y brujas, disfraces y chuches. A mí me gusta porque es una excusa más para dejar patas arriba la cocina (bueno, y porque en general me encantan estas tonterías y me lo paso bien), y además supone un paréntesis de tregua antes de la Navidad... porque la tenemos ya encima! Que yo he visto ya varias tiendas que parecen la casa de Papá Noel (desde primeros de octubre!). Por no decir nada de los turrones y polvorones que ya se ven en muchos supermercados...
Ufff, mejor pensemos por el momento sólo en calabazas, brujas, murciélagos y noches fantasmales.
Estas son unas galletas simples con formas de temática halloweeniana y un poquito decoradas (los colores que tenía ^^U), muy ricas con el té/café de la tarde, y también un regalito genial para tener un detalle con los amigos :)
Usando mis moldes, me salieron 42 galletas.
- 105 gr de mantequilla (los 5 gr extra se deben a que era justo la mantequilla que me quedaba)
- 150 gr de azúcar
- 250-300 gr de harina de repostería
- 1 huevo mediano
- 1/2 cucharadita de levadura
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de jengibre
- 1/4 cucharadita de canela
- 1/8 cucharadita de clavo
- 1 pizca de pimienta negra
Para el glaseado:
- 1 clara de huevo
- unos 150 gr de azúcar glas
- 1 cucharadita de zumo de limón
- colorantes alimentarios
Colocar en un bol la clara con el limón; tamizar encima el azúcar. Batir bien hasta obtener una mezcla homogénea, blanca y suave, densa pero no demasiado. Dividirla en pequeños recipientes para hacer las distintas mezclas de colores y pintar las galletas con pinceles o lo que se tenga a mano. Hay que usarlo en el momento porque se seca pronto, así que es mejor tener tapados los distintos colores que no se estén usando en el momento.
Dejar secar totalmente las galletas antes de guardarlas.
Ufff, mejor pensemos por el momento sólo en calabazas, brujas, murciélagos y noches fantasmales.
Estas son unas galletas simples con formas de temática halloweeniana y un poquito decoradas (los colores que tenía ^^U), muy ricas con el té/café de la tarde, y también un regalito genial para tener un detalle con los amigos :)
Usando mis moldes, me salieron 42 galletas.
- 105 gr de mantequilla (los 5 gr extra se deben a que era justo la mantequilla que me quedaba)
- 150 gr de azúcar
- 250-300 gr de harina de repostería
- 1 huevo mediano
- 1/2 cucharadita de levadura
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de jengibre
- 1/4 cucharadita de canela
- 1/8 cucharadita de clavo
- 1 pizca de pimienta negra
Con una batidora de varillas, batir la mantequilla con el azúcar. Añadir el huevo y seguir batiendo hasta tener una mezcla esponjosa homogénea y clara. Aparte tamizar el resto de ingredientes juntos e incorporar a la primera mezcla; trabajar con una espátula hasta conseguir una textura homogénea sin rastros de harina. Recomiendo terminar con las manos, se trabaja mejor y así se ve la textura más fácilmente. Si está muy muy pegajosa, poner la masa sobre una superficie limpia y amasar añadiendo poco a poco más harina, hasta conseguir un resultado manejable; blanda y húmeda, pero que se deje domar. Envolver en papel film y guardar en la nevera como mínimo una hora.
Precalentar el horno a 175ºC y preparar unas bandejas. Sacar la mitad de la masa y estirar con un rodillo hasta dejar un grosor de entre 3-5 mm (al gusto de como se prefiera la galleta). Cortar con cortapastas de formas terroríficas (:P) y disponer las galletas en las bandejas (se las puede apretujar, lo justo para que no se toquen). Hornear unos 8 minutos, hasta que los bordes empiecen a dorarse, o hasta que alcancen el tono tostado que más guste.
Dejar enfriar sobre una rejilla antes de decorarlas (o comerlas!).
Precalentar el horno a 175ºC y preparar unas bandejas. Sacar la mitad de la masa y estirar con un rodillo hasta dejar un grosor de entre 3-5 mm (al gusto de como se prefiera la galleta). Cortar con cortapastas de formas terroríficas (:P) y disponer las galletas en las bandejas (se las puede apretujar, lo justo para que no se toquen). Hornear unos 8 minutos, hasta que los bordes empiecen a dorarse, o hasta que alcancen el tono tostado que más guste.
Dejar enfriar sobre una rejilla antes de decorarlas (o comerlas!).
Para el glaseado:
- 1 clara de huevo
- unos 150 gr de azúcar glas
- 1 cucharadita de zumo de limón
- colorantes alimentarios
Colocar en un bol la clara con el limón; tamizar encima el azúcar. Batir bien hasta obtener una mezcla homogénea, blanca y suave, densa pero no demasiado. Dividirla en pequeños recipientes para hacer las distintas mezclas de colores y pintar las galletas con pinceles o lo que se tenga a mano. Hay que usarlo en el momento porque se seca pronto, así que es mejor tener tapados los distintos colores que no se estén usando en el momento.
Dejar secar totalmente las galletas antes de guardarlas.
24 octubre, 2008
La dulce Francia
Un año más, el trabajo ha llevado a mi padre a tierras francesas, a localidades cercanas a Orleans y a Lyon, lugares que dice preciosos, pero que no ha podido disfrutar lógicamente ya que se ha pasado los días por allí de reunión en reunión. Menos mal que siempre le da tiempo a traer algún souvenir gastronómico a su querida familia :P
La bonita bolsa de tela contiene 150 gr de Herbes de Provence, y os aseguro que si la sostienes en las manos y cierras los ojos te teletransportas realmente a la Proveza; el olor que desprende es increíblemente profundo, y eso que no la hemos abierto aún.
Una cajita de coussins, que ya enseñé hace un año. Me gustaron tantísimo que le pedí por favor por favor que trajera más (una vez al año no hace daño).
La caja grande metálica, con una imagen del castillo de Chambord , contiene Palets Solognots unas galletas de mantequilla y pasas maceradas en ron, crujientes, súper aromáticas... demasiado (demasiado) buenas.
La otra cajita (monísima ^^) guarda caramelos de los llamados toffees, hechos con mantequilla y azúcar con un toque de flor de sal, blanditos, buenísimos.
Y por último la fila de botecitos son secuestrados de los desayunos del hotel; mi padre sabe que estas pijaditas me encantan así que me suele traer algo cuando viaja ^^ Pero no son las típicas mermeladas, contienen miel espesa (estupenda para untar en pan) y crema de chocolate! Una especie de Nutella (o Nocilla, para los herejes :P) con otro toque, para hacer el desayuno un poco más pecaminoso.
La bonita bolsa de tela contiene 150 gr de Herbes de Provence, y os aseguro que si la sostienes en las manos y cierras los ojos te teletransportas realmente a la Proveza; el olor que desprende es increíblemente profundo, y eso que no la hemos abierto aún.
Una cajita de coussins, que ya enseñé hace un año. Me gustaron tantísimo que le pedí por favor por favor que trajera más (una vez al año no hace daño).
La caja grande metálica, con una imagen del castillo de Chambord , contiene Palets Solognots unas galletas de mantequilla y pasas maceradas en ron, crujientes, súper aromáticas... demasiado (demasiado) buenas.
La otra cajita (monísima ^^) guarda caramelos de los llamados toffees, hechos con mantequilla y azúcar con un toque de flor de sal, blanditos, buenísimos.
Y por último la fila de botecitos son secuestrados de los desayunos del hotel; mi padre sabe que estas pijaditas me encantan así que me suele traer algo cuando viaja ^^ Pero no son las típicas mermeladas, contienen miel espesa (estupenda para untar en pan) y crema de chocolate! Una especie de Nutella (o Nocilla, para los herejes :P) con otro toque, para hacer el desayuno un poco más pecaminoso.
23 octubre, 2008
Tarta de higos con masa de panecillos Buchty
Hoy se celebra la fiesta de Bienvenida Universitaria así que no tengo clase, está lloviendo y mañana voy al concierto de Queen en Murcia (aún no me lo creo... QUEEN!! Me temo que voy a llorar mucho); aunque ahora tenga que irme al médico me he levantado feliz ^_^
He aquí otra receta que he sacado de mi librito de cocina checa (¿colgaré algún día las fotos de aquel viaje?). Se trata de una especie de tarta de frutas hecha con masa de pan, de bollo más bien, similar al pan de leche. En el libro indica cómo hacer los tradicionales Buchty, bollitos semidulces que se suelen rellenar con mermelada, crema de queso y semillas de amapola... pero también sugiere usar la masa ya levada como base para tarta. Se puede poner la fruta que se quiera, yo opté por los últimos higos de la higuera de mi campo. El resultado es estupendo, la masa es muuuuy tierna y se come perfectamente sola (así que dejar un borde gordo es buena idea). Crece bastante así que hay que usar un molde amplio, pero como aún así yo vi demasiada masa, quité un trozo para hacer un par de bollitos (que se convirtieron en señores bollos dentro del horno). No estamos como para desperdiciar nada (y menos una masa tan rica).
- 400 gr de harina de fuerza
- 30 gr de levadura fresca
- 250 ml de leche
- 40 gr de azúcar glas
- una pizca de sal
- 60 gr de mantequilla
- 2 yemas de huevo
- harina extra para amasar
- mantequilla o aceite para engrasar el molde
- Higos lavados y cortados en cuartos (si son grandes) o por la mitad.
- Toppig al gusto: mezcla de mantequilla, azúcar, algo de harina, especias...
Tener todos los ingredientes a temperatura ambiente. Calentar la leche un poco. Tamizar la harina en un bol amplio, formar un hueco en el centro y colocar dentro la levadura troceada. Añadir el azúcar, dos cucharadas de la leche templada, un poco de la harina de alrededor y mezclar gasta formar una pasta. Tapar el bol y dejar entre 15-30 minutos fermente.
Mientras, fundir la mantequilla en un cazo a fuego muy bajo y dejar enfriar un poco.
Cuando la levadura ya haya hecho de las suyas, echar la sal en la harina e ir incorporando poco a poco todos los ingredientes restantes: las yemas, la mantequilla y el resto de leche (quizás no haga falta echarla toda). Trabajar la mezcla hasta tener una masa homogénea, húmeda y pegajosa pero que se deje manosear sin ser un pringue. Cubrir con papel film (para darle más calor), tapar el bol con un paño y dejar reposar hasta que doble su volumen. A mí me bastó con una hora, aún no hace demasiado frío.
Preparar un molde redondo de bastante diámetro y pared baja.
Espolvorear una superficie lisa con harina y amasar un poco, desinchando la masa y buscando una textura lisa y elástica. Si se pega demasiado, añadir algo de harina. Formar una bola y aplanar en círculo con un rodillo. Quizás es conveniente separar una porción de la masa para hacer uno o dos bollitos, ya que sale mucha cantidad para un molde de tamaño normal.
Colocar la masa en el molde, distribuirla bien y formar los bordes presionándolos.
Rellenar con los higos cortados y cubrir con el streusel. Dejar reposar 5 minutos mientras precalentamos el horno a 200ºC. Cocer hasta que los bordes se hayan dorado, unos 20 minutos aproximadamente.
He aquí otra receta que he sacado de mi librito de cocina checa (¿colgaré algún día las fotos de aquel viaje?). Se trata de una especie de tarta de frutas hecha con masa de pan, de bollo más bien, similar al pan de leche. En el libro indica cómo hacer los tradicionales Buchty, bollitos semidulces que se suelen rellenar con mermelada, crema de queso y semillas de amapola... pero también sugiere usar la masa ya levada como base para tarta. Se puede poner la fruta que se quiera, yo opté por los últimos higos de la higuera de mi campo. El resultado es estupendo, la masa es muuuuy tierna y se come perfectamente sola (así que dejar un borde gordo es buena idea). Crece bastante así que hay que usar un molde amplio, pero como aún así yo vi demasiada masa, quité un trozo para hacer un par de bollitos (que se convirtieron en señores bollos dentro del horno). No estamos como para desperdiciar nada (y menos una masa tan rica).
- 400 gr de harina de fuerza
- 30 gr de levadura fresca
- 250 ml de leche
- 40 gr de azúcar glas
- una pizca de sal
- 60 gr de mantequilla
- 2 yemas de huevo
- harina extra para amasar
- mantequilla o aceite para engrasar el molde
- Higos lavados y cortados en cuartos (si son grandes) o por la mitad.
- Toppig al gusto: mezcla de mantequilla, azúcar, algo de harina, especias...
Tener todos los ingredientes a temperatura ambiente. Calentar la leche un poco. Tamizar la harina en un bol amplio, formar un hueco en el centro y colocar dentro la levadura troceada. Añadir el azúcar, dos cucharadas de la leche templada, un poco de la harina de alrededor y mezclar gasta formar una pasta. Tapar el bol y dejar entre 15-30 minutos fermente.
Mientras, fundir la mantequilla en un cazo a fuego muy bajo y dejar enfriar un poco.
Cuando la levadura ya haya hecho de las suyas, echar la sal en la harina e ir incorporando poco a poco todos los ingredientes restantes: las yemas, la mantequilla y el resto de leche (quizás no haga falta echarla toda). Trabajar la mezcla hasta tener una masa homogénea, húmeda y pegajosa pero que se deje manosear sin ser un pringue. Cubrir con papel film (para darle más calor), tapar el bol con un paño y dejar reposar hasta que doble su volumen. A mí me bastó con una hora, aún no hace demasiado frío.
Preparar un molde redondo de bastante diámetro y pared baja.
Espolvorear una superficie lisa con harina y amasar un poco, desinchando la masa y buscando una textura lisa y elástica. Si se pega demasiado, añadir algo de harina. Formar una bola y aplanar en círculo con un rodillo. Quizás es conveniente separar una porción de la masa para hacer uno o dos bollitos, ya que sale mucha cantidad para un molde de tamaño normal.
Colocar la masa en el molde, distribuirla bien y formar los bordes presionándolos.
Rellenar con los higos cortados y cubrir con el streusel. Dejar reposar 5 minutos mientras precalentamos el horno a 200ºC. Cocer hasta que los bordes se hayan dorado, unos 20 minutos aproximadamente.
21 octubre, 2008
Berlin II - alimentándonos
En realidad no puedo mostrar cosas muy interesantes sobre la comida berlinesa, viajar en plan low cost y con poco tiempo no permite búsquedas de grandes restaurantes. Eso sí, se puede comer bien y bastante barato si se opta por las opciones más turísticas, y desde luego es el paraíso si gusta la comida internacional; hay restaurantes de todo tipo.
La cadena Maredo por ejemplo tiene muchos locales y ofrece una solución sencilla para parejas formadas por carnívoro-amante de lo verde (como nosotros): carta de carnes de inspiracón argentina y variado buffet de ensaladas y verduras cocinadas. Y un Apfelstrudel tremendo.
Restaurante Josty en el Sony Center; merece la pena pasar por este sitio aunque sólo sea para cruzarlo. Con una carta no muy extensa pero variadita, típica selección de pizzas y pastas (no falta la cocina italiana donde abundan los turistas) y cosas más típicas como los Currywurst o Bratwurst. Yo tenía frío, así que la Kürbiscremesuppe (sopa de calabaza) riquísima, me sentó de muerte. Y para rematar una Schokoladentarte con chocolate negro Varlhona deliciosa.
Otra cadena suiza, Marché también funciona como buffet y ofrece amplia variedad de platos cocinados de buena calidad (y bollería deliciosa). En el aeropuerto también tienen algunos locales, y se puede ver cómo preparan sin cesar panes de todo tipo, Bretzels, bollos y muffins bastante buenos.
Cuidado por cierto con los horarios, que a las 20.00 ya hay muchos sitios que ya no sirven comida. Menos mal que hay localitos de currywurst y variantes salpicados por toda la ciudad y no tienen horarios tan restringidos.
Yo disfruté sobretodo la pastelería berlinesa :-)
Y por cierto, para tomar un café decente es mejor pedir Espresso, que una Tasse Kafee es más bien café aguado en taza grande (aunque yo lo prefiero cuando pido una porción de Kuchen, cunde más). Las cervezas no las comento porque yo no bebo alcohol casi nunca ^_^U Pero en cuanto al agua, como en Suiza, les encanta con gas y casi siempre la sirven o venden así. Si queréis agua normal se puede pedir Wasser ohne Kohlensäure o Still Mineralwasser, porque sino os la darán con gas por defecto. Yo me aficioné mucho al Apfelsaft (zumo de manzana) y al Apfelschorle (refresco con zumo de manzana), muy típico también por estas zonas.
La cadena Maredo por ejemplo tiene muchos locales y ofrece una solución sencilla para parejas formadas por carnívoro-amante de lo verde (como nosotros): carta de carnes de inspiracón argentina y variado buffet de ensaladas y verduras cocinadas. Y un Apfelstrudel tremendo.
Parada rápida para calmar el estómago en el Zoo.
Tentempiés variados para reponer fuerzas. No hay que renunciar nunca a los helados :P
La cadena Mövenpick es suiza, por cierto.
La cadena Mövenpick es suiza, por cierto.
Otra cadena suiza, Marché también funciona como buffet y ofrece amplia variedad de platos cocinados de buena calidad (y bollería deliciosa). En el aeropuerto también tienen algunos locales, y se puede ver cómo preparan sin cesar panes de todo tipo, Bretzels, bollos y muffins bastante buenos.
Cuidado por cierto con los horarios, que a las 20.00 ya hay muchos sitios que ya no sirven comida. Menos mal que hay localitos de currywurst y variantes salpicados por toda la ciudad y no tienen horarios tan restringidos.
Yo disfruté sobretodo la pastelería berlinesa :-)
Y por cierto, para tomar un café decente es mejor pedir Espresso, que una Tasse Kafee es más bien café aguado en taza grande (aunque yo lo prefiero cuando pido una porción de Kuchen, cunde más). Las cervezas no las comento porque yo no bebo alcohol casi nunca ^_^U Pero en cuanto al agua, como en Suiza, les encanta con gas y casi siempre la sirven o venden así. Si queréis agua normal se puede pedir Wasser ohne Kohlensäure o Still Mineralwasser, porque sino os la darán con gas por defecto. Yo me aficioné mucho al Apfelsaft (zumo de manzana) y al Apfelschorle (refresco con zumo de manzana), muy típico también por estas zonas.
18 octubre, 2008
Retazos de Berlín
Ahh, Berlín... otra ciudad que me ha enamorado un poquito (y van...). A pesar de la mala llegada que tuvimos y de que cada jornada acabamos totalmente agotados de tanto andar, me encantó la visita. Eso sí, es uan ciudad muy grande que ofrece muchísimas cosas, y en una semana apenas da tiempo para apreciarla de verdad. Así que hay que ser selectivos y guardar cosas para futuros viajes.
Volamos con una de las famosas low cost desde Barajas pero el vuelo se retrasó unas 3 horas (eso sí, amablemente nos regalaron un cutre-sandwich para amenizar la espera). Embarcamos a las 00.30 así que llegamos a las tantas al pequeño aeropuerto de Schönefeld. A esas horas sólo queríamos llegar al hotel así que cogimos un taxi... barato no es desde luego, pero el taxista, muy amable, nos llevó al hotel enseguida y nos costó curiosamente casi lo mismo que el taxi que nos había llevado a Barajas en Madrid la tarde anterior.
Volamos con una de las famosas low cost desde Barajas pero el vuelo se retrasó unas 3 horas (eso sí, amablemente nos regalaron un cutre-sandwich para amenizar la espera). Embarcamos a las 00.30 así que llegamos a las tantas al pequeño aeropuerto de Schönefeld. A esas horas sólo queríamos llegar al hotel así que cogimos un taxi... barato no es desde luego, pero el taxista, muy amable, nos llevó al hotel enseguida y nos costó curiosamente casi lo mismo que el taxi que nos había llevado a Barajas en Madrid la tarde anterior.
Por lo que pude ver, Berlín tiene un poco de todo. Me llamó la atención el gran cambio que ha experimentado desde los tiempos del fin de la Guerra y el Muro, y la actualidad, conjugando el recuerdo del pasado y lo más moderno. Tiene edificios antiguos preciosos bien conservados y otros totalmente nuevos y modernísimos, pero curiosamente no me dio sensación general de que chocaran entre sí. Lo viejo y lo nuevo en armonía.
Aunque había oído que los berlineses tienen fama de secos y algo ariscos, me encontré con gente muy amable y dispuesta a ayudar, sin ningún problema en usar inglés si hacía falta (y no se rieron de mí ante mi alemán chapucero, que ya es decir ^^U).
El transporte público sin quejas, hay muchos autobuses que pasan con mucha frecuencia y conectan sin problemas con los sitios más turísticos. Muy interesantes las líneas 100 y 200, tienen dos pisos y se pueden usar como autobuses turísticos ya que hacen una ruta ideal para una toma de contacto con los must-see de la ciudad. Hay bastantes estaciones de trenes o S-Bahn (la del Zoologischer Garten es un punto clave para el turista) unas cuantas más de metro o U-Bahn (de hecho a veces no sabía muy bien si iba en metro o tren, porque el primero tiene muchos tramos a cielo descubierto), travías y ferries por el río. Eso sí, conviene estudiar las posibilidades de billetes y bonos para que no se vaya el presupuesto en los traslados.
Museos, tropecientos. Recomiendo sacarse el abono para museos (si eres estudiante, mejor que mejor, unos 9€ me costó a mi) que te permite entrar sin pagar más entradas durante 3 días a los museos que elijas de la lista (muchísimos). Inevitable visita a la Isla de los Museos; personalmente el Altar de Pérgamo me hizo temblar un poquito de la emoción ^^ Para los que les guste dejarse las piernas admirando pinturas recomiendo especialmente dos : la Alte Nationalgalerie (recién restaurado, el edifico en sí es muy bonito de recorrer, y abajo tiene una pequeña tienda que sirve café y dulces) y la Gemäldegalerie (edificio muy nuevo, lleno de auténticas maravillas del arte).
Otras recomendaciones: el Zoo, la tremenda Postdamer Platz, acercarse al Charlottenburg, el museo de Historia Natural (algo apartado) y si se es aficionado al deporte, una visita al Olympiastadion, muy bonito por dentro (la tienda del Hertha también merece un vistazo, al menos por la cantidad de merchandising que tiene como curiosidad). Contemplar los curiosos, enormes y originales edificos de las decenas de embajadas es también interesante, así como ver el contraste que hay con la antigua zona del Berlín Este.
Y por supuesto, alejarse un poco de lo más turístico y perderse por los jardines, parques y callejuelas, adentrándose en los patios interiores que guardan muchos edificios; hay rincones muy bonitos y tiendecitas que merecen la pena.
PD. Cuidado con las avispas en verano; son auténticos depredadores y no dudarán en atosigarte para quitarte un trozo de tarta o de salchicha. Y aviso: sus picaduras no tienen nada que ver con las de las avispas ibéricas.
Y por supuesto, alejarse un poco de lo más turístico y perderse por los jardines, parques y callejuelas, adentrándose en los patios interiores que guardan muchos edificios; hay rincones muy bonitos y tiendecitas que merecen la pena.
PD. Cuidado con las avispas en verano; son auténticos depredadores y no dudarán en atosigarte para quitarte un trozo de tarta o de salchicha. Y aviso: sus picaduras no tienen nada que ver con las de las avispas ibéricas.
16 octubre, 2008
World Bread Day 08 - Pan de centeno y semillas
Llegó de nuevo el día 16 de octubre, ya por todos conocidos como el Día Mundial del Pan gracias al maravilloso evento de tremenda repercusión internacional que organiza nuestra amiga Laollasuiza desde su blog en alemán! No puedo esperar a ver el roundup, seguro que va a estar llenísimo de panes increíbles de todo el globo ^^
Todo el mundo a honrar este día con ricos panes! :D
Este es un pan sencillo de corteza crujiente y miga compacta pero tierna, de sabor profundo. Se lleva especialmente bien con mermeladas otoñales, mieles densas y queso de cabra con algo salado encima. Soy una apasionada del centeno :)
- 350 gr de harina de centeno
- 200 gr de harina de fuerza
- 2 cucharaditas de sal
- 1 sobre de levadura seca
- 200 ml de leche tibia
- 125 ml de agua tibia
- 2 cucharas de melaza
- 3 cucharaditas de semillas de amapola
- 3 cucharaditas de semillas de linaza
En un recipiente amplio mezclar las harinas con la sal, la levadura y las semillas. Formar un volcán y añadir la leche, la melaza y el agua. Comenzar a amasar sobre una superficie lisa algo enharinada, trabajando con firmeza la masa un buen rato hasta que tenga una textura firme y elástica. Puede que la masa sea algo dura y difícil de domar, pero al cabo de un rato se entrega :P
Formar una bola y colocarla en un recipiente untado con aceite y harina. Pintar un poco con aceite el pan y tapar, dejándolo que crezca un par de horas en un lugar cálido sin corrientes. Después, deshinchar, amasar un poco más y darle forma ovalada. Volver a pintar con aceite y esparcir unas semillas por encima. Se le pueden practicar ahora unos cortes con un buen cuchillo a la corteza. Tapar y dejar crecer de nuevo, 1 o 2 horas más.
Tener el horno precalentado a 200ºC. Pulverizar algo de agua en el horno para crear humedad y hornear el pan durante una hora aproximadamente, hasta que la corteza esté bien dorada y suene hueco al golpear su base. Dejar enfriar totalmente antes de cortar.
Todo el mundo a honrar este día con ricos panes! :D
Este es un pan sencillo de corteza crujiente y miga compacta pero tierna, de sabor profundo. Se lleva especialmente bien con mermeladas otoñales, mieles densas y queso de cabra con algo salado encima. Soy una apasionada del centeno :)
- 350 gr de harina de centeno
- 200 gr de harina de fuerza
- 2 cucharaditas de sal
- 1 sobre de levadura seca
- 200 ml de leche tibia
- 125 ml de agua tibia
- 2 cucharas de melaza
- 3 cucharaditas de semillas de amapola
- 3 cucharaditas de semillas de linaza
En un recipiente amplio mezclar las harinas con la sal, la levadura y las semillas. Formar un volcán y añadir la leche, la melaza y el agua. Comenzar a amasar sobre una superficie lisa algo enharinada, trabajando con firmeza la masa un buen rato hasta que tenga una textura firme y elástica. Puede que la masa sea algo dura y difícil de domar, pero al cabo de un rato se entrega :P
Formar una bola y colocarla en un recipiente untado con aceite y harina. Pintar un poco con aceite el pan y tapar, dejándolo que crezca un par de horas en un lugar cálido sin corrientes. Después, deshinchar, amasar un poco más y darle forma ovalada. Volver a pintar con aceite y esparcir unas semillas por encima. Se le pueden practicar ahora unos cortes con un buen cuchillo a la corteza. Tapar y dejar crecer de nuevo, 1 o 2 horas más.
Tener el horno precalentado a 200ºC. Pulverizar algo de agua en el horno para crear humedad y hornear el pan durante una hora aproximadamente, hasta que la corteza esté bien dorada y suene hueco al golpear su base. Dejar enfriar totalmente antes de cortar.
13 octubre, 2008
Brochetas de pollo con aire marroquí
Desde que me agencié las olvidadas brochetas metálicas de mi madre sólo las he usado para comprobar la cocción de muffins y bizcochos, pero la verdad que tenía ganas de utilizarlas en un fin más adecuado a su naturaleza. La compra hace poco de una plancha antiadherente (no eléctrica, para poner sobre el fuego) me ha terminado de convencer así que he preparado unas simples pero estupendas brochetas de pollo.
Soy poco de carnes y casi que sólo tolero el pollo y el pavo; sé que muchos los acusan de ser carnes sosas e insípidas, pero si se sazonan o marinan bien no tiene porqué ser tal cosa cierta. Inspirándome en un libro de cocina marroquí dejé la carne macerando en una mezcla de sabores tremendamente aromática (y amarillenta); la cocina olía a gloria cuando se estaban haciendo. Y para acompañar, un poco de fusión de culturas, polenta al tartufo que mi padre trajo de Italia en uno de sus viajes.
Ah, los sabores del mundo, qué maravilla ^^
- 2 buenas pechugas de pollo
- 1 cucharada de cilantro fresco picado
- 2 cebolletas picadas
- 2 cucharaditas de ajo molido
- 2 cucharaditas de Ras el Hanout
- el zumo de 2 limones
- la piel rallada de 1 limón
- un poco de azafrán
- pimienta negra
- sal
Cortar en trozos regulares, ni muy grandes ni muy pequeños, las pechugas. En un recpiente mezclar todos los ingredientes y poner dentro el pollo, embadurnando bien cada trozo. Tapar con film y dejar macerar en la nevera 24 o 12 horas, removiendo de vez en cuando.
Secar ligeramente cada trozo de carne antes de insertarlo en las brochetas. Calentar una plancha o parrilla antiadherente con algo de aceite y cocinar cada brocheta, girándolas, hasta que alcancen el punto deseado. Y acompañarlas con lo que se prefiera :)
Soy poco de carnes y casi que sólo tolero el pollo y el pavo; sé que muchos los acusan de ser carnes sosas e insípidas, pero si se sazonan o marinan bien no tiene porqué ser tal cosa cierta. Inspirándome en un libro de cocina marroquí dejé la carne macerando en una mezcla de sabores tremendamente aromática (y amarillenta); la cocina olía a gloria cuando se estaban haciendo. Y para acompañar, un poco de fusión de culturas, polenta al tartufo que mi padre trajo de Italia en uno de sus viajes.
Ah, los sabores del mundo, qué maravilla ^^
- 2 buenas pechugas de pollo
- 1 cucharada de cilantro fresco picado
- 2 cebolletas picadas
- 2 cucharaditas de ajo molido
- 2 cucharaditas de Ras el Hanout
- el zumo de 2 limones
- la piel rallada de 1 limón
- un poco de azafrán
- pimienta negra
- sal
Cortar en trozos regulares, ni muy grandes ni muy pequeños, las pechugas. En un recpiente mezclar todos los ingredientes y poner dentro el pollo, embadurnando bien cada trozo. Tapar con film y dejar macerar en la nevera 24 o 12 horas, removiendo de vez en cuando.
Secar ligeramente cada trozo de carne antes de insertarlo en las brochetas. Calentar una plancha o parrilla antiadherente con algo de aceite y cocinar cada brocheta, girándolas, hasta que alcancen el punto deseado. Y acompañarlas con lo que se prefiera :)
10 octubre, 2008
Streusel cake con melocotón
¿Hay algo mejor que el olor de un pastel de fruta cociéndose en el horno mientras se lee un buen libro en pijama, con el sonido de la lluvia en la calle de fondo? Vale sí, hay muchas cosas mejores, pero yo estas tardes tranquilas las difruto como nadie :)
Es la primera vez que horneo algo con streusel, y no sé porqué, teniendo en cuenta lo delicioso que es. En Berlín tomé bastantes kuchen de este estilo: una base de tierno bizcocho, fruta y esa crujiente y pecaminosa cobertura. Ahh, las kuchen... tomé muchas sí, pero no las suficientes como para hartarme, así que he intentado emularlas con lo que había por casa.
Por cierto, a ver si saco tiempo y subo algunas fotos de Berlín aprovechando que el lunes es fiesta (al menos por aquí). Este curso lo tengo cargado de trabajo...
Para el bizcocho:
- 2 tazas de harina de repostería
- 3/4 tazas de azúcar
- 2 huevos medianos + 1 clara
- 80 ml de aceite de girasol
- 1 yogur de soja + leche de soja suficiente hasta tener 200 ml
- 1 cucharadita de levadura
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de sal
Para el melocotón:
- 1 melocotón bien gordo o 2 medios
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- un poquito de agua
Para el streusel:
- 1/3 taza de harina (un poco menos)
- 1/3 taza de azúcar moreno
- 1/3 taza de mantequilla fría cortada en cubos
- 2-3 cucharadas de copos de avena
- 1/8 cucharadita de jengibre
Lavar, pelar y trocear el melocotón. Colocar en un cazo con el azúcar y dejar reposar unos minutos. Luego añadir un chorrito de agua y cocer a fuego bajo hasta que la fruta esté blanda.
Mientras preparar un molde desmontable redondo y precalentar el horno a 200ºC.
Batir los huevos con el azúcar hasta que quede bien esponjoso. Añadir el aceite y la vainilla.
Aparte tamizar la harina con la sal, la levadura y el bicarbonato. Incorporar a los huevos esta mezcla y la leche (mezclada con el yogur) de forma alternativa. Trabajar todo con una espátula en movimientos envolventes y suaves, hasta obtener una masa homogénea.
Verter sobre el molde y colocar encima el melocotón. Por último, cubrir con el streusel dejándolo caer con manos, distribuyéndolo bien.
Hornear a media altura y a 180º C unos 45-50 minutos, o hasta que al pincharlo con un palillo o brocheta salga limpio, y el streusel se haya dorado. Dejar enfriar antes de desmoldar.
Para hacer el streusel sólo hay que colocar en un recipiente todos los ingredientes, añadiendo en último lugar la mantequilla. Con los dedos se estruja todo bien hasta que se forme una textura homogénea que no sea pegajosa (pero tampoco seca), como de migas de pan.
Es la primera vez que horneo algo con streusel, y no sé porqué, teniendo en cuenta lo delicioso que es. En Berlín tomé bastantes kuchen de este estilo: una base de tierno bizcocho, fruta y esa crujiente y pecaminosa cobertura. Ahh, las kuchen... tomé muchas sí, pero no las suficientes como para hartarme, así que he intentado emularlas con lo que había por casa.
Por cierto, a ver si saco tiempo y subo algunas fotos de Berlín aprovechando que el lunes es fiesta (al menos por aquí). Este curso lo tengo cargado de trabajo...
Para el bizcocho:
- 2 tazas de harina de repostería
- 3/4 tazas de azúcar
- 2 huevos medianos + 1 clara
- 80 ml de aceite de girasol
- 1 yogur de soja + leche de soja suficiente hasta tener 200 ml
- 1 cucharadita de levadura
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de sal
Para el melocotón:
- 1 melocotón bien gordo o 2 medios
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- un poquito de agua
Para el streusel:
- 1/3 taza de harina (un poco menos)
- 1/3 taza de azúcar moreno
- 1/3 taza de mantequilla fría cortada en cubos
- 2-3 cucharadas de copos de avena
- 1/8 cucharadita de jengibre
Lavar, pelar y trocear el melocotón. Colocar en un cazo con el azúcar y dejar reposar unos minutos. Luego añadir un chorrito de agua y cocer a fuego bajo hasta que la fruta esté blanda.
Mientras preparar un molde desmontable redondo y precalentar el horno a 200ºC.
Batir los huevos con el azúcar hasta que quede bien esponjoso. Añadir el aceite y la vainilla.
Aparte tamizar la harina con la sal, la levadura y el bicarbonato. Incorporar a los huevos esta mezcla y la leche (mezclada con el yogur) de forma alternativa. Trabajar todo con una espátula en movimientos envolventes y suaves, hasta obtener una masa homogénea.
Verter sobre el molde y colocar encima el melocotón. Por último, cubrir con el streusel dejándolo caer con manos, distribuyéndolo bien.
Hornear a media altura y a 180º C unos 45-50 minutos, o hasta que al pincharlo con un palillo o brocheta salga limpio, y el streusel se haya dorado. Dejar enfriar antes de desmoldar.
Para hacer el streusel sólo hay que colocar en un recipiente todos los ingredientes, añadiendo en último lugar la mantequilla. Con los dedos se estruja todo bien hasta que se forme una textura homogénea que no sea pegajosa (pero tampoco seca), como de migas de pan.
03 octubre, 2008
Pastel otoñal de manzana
Me encanta la cocina estacional. Disponer de unos productos durante un determinado periodo de tiempo sabiendo que es mejor disfrutarlos cuanto antes o de pronto volverán a desaparecer; asociar sabores a momentos concretos del año; Ayudar a nuestro organismo a adaptarse a cada etapa con olores que te reconfortan y traen buenos recuerdos...
Yo ya me he despedido por ejemplo del melón y mis adoradas higueras pronto dejarán de agasajarme con sus frutos, pero no me quejo porque el verano quedó atrás y hay mucho por delante :)
Yo ya me he despedido por ejemplo del melón y mis adoradas higueras pronto dejarán de agasajarme con sus frutos, pero no me quejo porque el verano quedó atrás y hay mucho por delante :)
Y si tuviera que definir el otoño con un olor/sabor concreto, creo que la unión de la manzana con especias (canela principalmente) sería mi opción más probable.
Este pastel-bizcocho está definitivamente hecho para esta época. Para volver a casa en una tarde lluviosa y ser recibido por el olorcito que sale del horno. Para sentarse con una mantita y/o gato (complemento opcional) con una taza humeante enorme de-lo-que-sea delante de una buena película (por ejemplo, recordando a mi adorado Paul). Y permitirnos ponernos un poco meláncolicos, que a veces no viene del todo mal.
- 1 taza de harina de repostería
- 1 y 1/2 tazas de harina integral
- 3 huevos medianos
- 3/4 taza de azúcar moreno
- 1/4 taza de aceite de girasol
- 1 taza de compota de manzana
- 250 ml de leche de soja
- 1 bolsita de infusión de manzana y canela
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de levadura
- 1/2 cucharadita de canela y algo más
- 1/8 cucharadita de clavo
- 1/8 cucharadita de nuez moscada
- 1 manzana golden
- zumo de medio limón
Pelar la manzana. Cortarla en gajos finos y reservar rociada con zumo de limón, canela y algo de azúcar moreno. Forrar o engrasar un molde redonde desmontable y precalentar el horno a 200º.
Calentar la leche y dejar reposar con la infusión.
Tamizar las harinas con la sal, levadura y especias. Aparte, batir el azúcar con los huevos y el aceite, mejor con batidora de varillas, hasta obtener una mezcla espumosa. Tamizar los ingredientes secos por encima y poco a poco, alternando con la leche infusionada. Incorporar todo bien con una espátula con movimientos suaves. Añadir la compota de manzana.
Verter la masa en el molde de forma homogénea. Colocar los gajos de manzana con cuidado (la masa es bastante líquida) y espolvorear con algo más de azúcar y canela.
Colocar a media altura en el horno bajando la temperatura a 180º C. Hornear alrededor de una hora, hasta que al pincharlo por el centro la brocheta salga limpia. Dejar templar unos 10 minutos antes de desmoldarlo y enfriar totalmente sobre una rejilla.
La receta la he inventado sobre la marcha, así que no hay que ser muy riguroso con los ingredientes. La compota de manzana aporta muchísimo sabor, jugosidad y además trocitos dulces a la masa; se puede hacer casera o comprar una ya hecha (ojo: no en puré). La leche (en mi caso de soja) la dejé infusionar con una mezcla de manzanas y especias que compré el año pasado en algún super extranjero, simplemente para potenciar aún más la otoñosidad final :P
02 octubre, 2008
La sencillez de un pimiento
Elemento básico de la gastronomía murciana y parte esencial de su (cada vez más mítica) huerta, el gran pimiento rojo me vuelve loca. Crudo picadito da un toque fresco y crujiente a ensaladas y muchos más platos, pero creo que lo prefiero asado.
Algo tan simple como tenerlo entero en el horno a temperatura media o fuerte el tiempo suficiente para que nos ofrezca su carne tan jugosa. Una vez templado, la piel chamuscada y arrugadita se despega ella sola, y ya tenemos una delicia de sabor penetrante para disfrutarla sola, en frío o caliente, encima de un buen pan o como guarnición de lo que sea.
No hace falta siempre complicarse la vida para disfrutar de pequeñas cosas :)
Algo tan simple como tenerlo entero en el horno a temperatura media o fuerte el tiempo suficiente para que nos ofrezca su carne tan jugosa. Una vez templado, la piel chamuscada y arrugadita se despega ella sola, y ya tenemos una delicia de sabor penetrante para disfrutarla sola, en frío o caliente, encima de un buen pan o como guarnición de lo que sea.
No hace falta siempre complicarse la vida para disfrutar de pequeñas cosas :)
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