¿Por qué las llamo pastas en lugar de usar el más genérico galletas? Realmente no lo sé, quizá tengo tendencia a denominarlas pastas cuando la receta no incluye ningún tipo de grasa (mantequilla/aceite).
Esta receta está adaptada del libro Las Tentaciones de Eva Arguiñano. Salen unas galletas duritas y crujientes que piden a gritos ser mojadas en leche, café o chocolate :)
Ahora que dentro de nada estamos otra vez de exámenes (¿he dicho alguna vez que el tiempo vuela?) voy a procurar tener siempre algo hecho para la merienda, que hay que alimentar el cerebro de cosas buenas :P
- 450 g de harina para repostería
- 225 g de azucar glas
- 150 g de almendra molida
- 3 huevos
- 1 chorrito de leche
- 1 limón exprimido
- 1/2 cucharadita extracto de vainilla
- 1 clara
- un poco más de azúcar glas
En un recipiente amplio mezclamos con una espátula primero el azúcar con la almendra y después con la harina tamizada. Batimos los tres huevos aparte y los vamos añadiendo poco a poco, mezclando todo bien hasta que quede una masa homogénea. Añadimos la vainilla y el zumo reservando un poco (que el limón no sea muy grande). Ahora podemos echar un poco de leche, aunque si la masa ya está muy pegajosa (casi intratable) mejor la obviamos. Amasamos un poco manualmente sobre una superficie enharinada antes de envolver la masa en papel film. La dejamos en la nevera unas tres horas.
Precalentamos el horno a 180º. Volvemos a amasar ligeramente y extendemos con un rodillo, pero sin dejarla muy fina. Recomiendo trabajar en este punto la masa por partes, es más sencillo. Usamos un cortapastas para darles forma y vamos colocando las pastas sobre una bandeja engrasada o con papel de hornear; no hace falta que estén muy separadas ya que apenas van a crecer. Con un pincel las pintamos con una mezcla de clara de huevo, zumo de limón y azúcar. Bajamos un poco la temperatura y horneamos a media altura entre 15 y 20 minutos, dependiendo como siempre del tamaño de las galletas y de cada tipo de horno. Lo mejor es ir controlándolas hasta que los bordes comiencen a dorarse ligeramente. Dejamos unos minutos fuera antes de pasarlas a una rejilla donde se deben enfriar del todo antes de guardarlas.
Feliz Puente a todo el mundo! Acueducto más bien para los madrileños ;)
28 abril, 2007
24 abril, 2007
Risotto con calabaza
Me encanta el risotto desde que lo probé por primera vez en el restaurante de un hotel en Suiza a los pies del lago Lucerna un día de mucha lluvia; era de setas con queso gorgonzola, y estaba delicioso :P
Aunque ya probamos en casa un risotto con arroz preparado para inexpertos, tenía ganas de hacer yo sola un risotto más "de verdad", ganas que iban en aumento con cada receta nueva que ha ido publicando Cannella en la Zuccheriera :) Teniendo presentes sus consejos encontré un arroz Carnaroli de la marca italiana Risogallo (me costó escoger, no sabía si llevarme mejor el Arborio). Bien, sólo faltaba decidir con qué prepararlo... y para eso también fue fundamental la influencia de Cannella porque desde que vi su receta de risi e súcca me he guardado las ganas de preparar un arroz con calabaza (amada y adorada calabaza). No es temporada de calabazas pero bueno, yo tenía mi antojo así que me conformé con las que hay ahora en el mercado ^^U.
Seguí -más o menos- una receta del libro Cocinas del mundo: Italia, un estupendo Risotto alla zucca que ahora que comparo, es muy similar a la receta de Cannella. Según el libro, es un plato típico del Piamonte e incluye speck, pero como yo no tenía cogí lo que había a mano.
Para 2-3 personas:
- 200 g de arroz Carnaroli
- 400 g de calabaza bien troceada
- 1 litro de caldo de pollo
- 1/2 vaso de vino blanco
- 100 g de jamón de pavo cortado en taquitos
- 1 cebolla
- aceite de oliva virgen
- sal
- algunas hierbas
- queso parmesano/provola
Sofreímos en una sartén en el aceite la cebolla bien picada y antes de que esté totalmente transparente se añade el jamón y la calabaza, junto con sal y hierbas al gusto. Se deja cocinar un buen rato hasta que la calabaza se empiece a ablandar (aunque yo esta vez no quería que se deshaciera mucho) y entonces agregamos el arroz para saltearlo uno o dos minutos. Ponemos el vino y dejamos que se evapore. Después
vamos añadiendo el caldo (caliente) poco a poco mientras se cocina a fuego no muy fuerte, dejando que el arroz vaya absorbiendo el líquido a medida que se cuece y suelta el almidón. Tardará en hacerse entre 15 y 18 minutos. Antes de servir se espolvorea con el queso y listo.
Hubo alguna leve complicación durante el proceso (me entraron prisas, tenía hambre!) pero al final salió muy rico. Ya les tengo hechado el ojo a más recetas de la Zuccheriera ;) Gracias Cannella por acercarnos la maravillosa cocina italiana!
Aunque ya probamos en casa un risotto con arroz preparado para inexpertos, tenía ganas de hacer yo sola un risotto más "de verdad", ganas que iban en aumento con cada receta nueva que ha ido publicando Cannella en la Zuccheriera :) Teniendo presentes sus consejos encontré un arroz Carnaroli de la marca italiana Risogallo (me costó escoger, no sabía si llevarme mejor el Arborio). Bien, sólo faltaba decidir con qué prepararlo... y para eso también fue fundamental la influencia de Cannella porque desde que vi su receta de risi e súcca me he guardado las ganas de preparar un arroz con calabaza (amada y adorada calabaza). No es temporada de calabazas pero bueno, yo tenía mi antojo así que me conformé con las que hay ahora en el mercado ^^U.
Seguí -más o menos- una receta del libro Cocinas del mundo: Italia, un estupendo Risotto alla zucca que ahora que comparo, es muy similar a la receta de Cannella. Según el libro, es un plato típico del Piamonte e incluye speck, pero como yo no tenía cogí lo que había a mano.
Para 2-3 personas:
- 200 g de arroz Carnaroli
- 400 g de calabaza bien troceada
- 1 litro de caldo de pollo
- 1/2 vaso de vino blanco
- 100 g de jamón de pavo cortado en taquitos
- 1 cebolla
- aceite de oliva virgen
- sal
- algunas hierbas
- queso parmesano/provola
Sofreímos en una sartén en el aceite la cebolla bien picada y antes de que esté totalmente transparente se añade el jamón y la calabaza, junto con sal y hierbas al gusto. Se deja cocinar un buen rato hasta que la calabaza se empiece a ablandar (aunque yo esta vez no quería que se deshaciera mucho) y entonces agregamos el arroz para saltearlo uno o dos minutos. Ponemos el vino y dejamos que se evapore. Después
vamos añadiendo el caldo (caliente) poco a poco mientras se cocina a fuego no muy fuerte, dejando que el arroz vaya absorbiendo el líquido a medida que se cuece y suelta el almidón. Tardará en hacerse entre 15 y 18 minutos. Antes de servir se espolvorea con el queso y listo.
Hubo alguna leve complicación durante el proceso (me entraron prisas, tenía hambre!) pero al final salió muy rico. Ya les tengo hechado el ojo a más recetas de la Zuccheriera ;) Gracias Cannella por acercarnos la maravillosa cocina italiana!
21 abril, 2007
Tarta de fresas en cumpleaños
Ayer viernes fue mi cumpleaños (madre mía, el tiempo vuela, y cada vez más rápido) así que aproveché la excusa para hacer una pequeña tarta ^^
No me apetecía meterme en muchos follones en la cocina y además las tartas-tartas (varias planchas de bizcocho, distintos rellenos, cremas, cubriciones, etc.) se me hacen algo pesadas, así que preferí algo mucho más sencillo y rápido, aprovechando además los deliciosos fresones que tenemos ahora. Sólo requiere un rato de horno para hacer la masa, el relleno simplemente hay que dejarlo enfriar.
Para la masa:
- 1 taza de harina de repostería
- 1/3 taza de margarina
- 2 y 1/2 cucharadas de azúcar glas
- 1 yema de huevo
- 1 cucharada de agua muy fría
Batimos en un recipiente la harina con la margarina y el azúcar hasta que queden los tres ingredientes impregnados formando como migas. Entonces agregamos la yema y el agua y seguimos batiendo; una vez quede homogéneo lo amasamos un poco y dejamos en la nevera entre 20 y 30 minutos tapado con papel film. Después amasamos un poco más, la estiramos con el rodillo y cubrimos un molde redondo engrasado (no muy grande, sale una tarta más bien pequeña). Pinchamos la masa para que no suba y horneamos a media altura unos 15-20 minutos, se tiene que dorar un poco. Sacamos y dejamos enfriar.
Para el relleno:
- 1 taza de leche
- 1 cucharada de harina
- 3 yemas de huevo
- vainilla en polvo/extracto de vainilla
- 3 cucharadas soperas de azúcar
- fresones/fresas para decorar
Ponemos la leche a calentar (que no hierva) mientras batimos las yemas con el azúcar y la harina. Añadimos la leche gradualmente sin dejar de batir para después poner toda la mezcla al fuego, cociendo muy lento y removiendo constantemente con una cuchara de madera. Cuando empiece a hervir ya estará espesando; pueden salir algunos grumos, pero luego no se notan. Añadimos la vainilla y seguimos removiendo hasta que quede con consistencia de crema. Apartamos del fuego para que enfríe un poco y luego ya la podemos verter sobre la masa. Pasados unos minutos podremos colocar encima las fresas u otra fruta que prefiramos. Espolvorear con azúcar glas en el momento de servir.
No me apetecía meterme en muchos follones en la cocina y además las tartas-tartas (varias planchas de bizcocho, distintos rellenos, cremas, cubriciones, etc.) se me hacen algo pesadas, así que preferí algo mucho más sencillo y rápido, aprovechando además los deliciosos fresones que tenemos ahora. Sólo requiere un rato de horno para hacer la masa, el relleno simplemente hay que dejarlo enfriar.
Para la masa:
- 1 taza de harina de repostería
- 1/3 taza de margarina
- 2 y 1/2 cucharadas de azúcar glas
- 1 yema de huevo
- 1 cucharada de agua muy fría
Batimos en un recipiente la harina con la margarina y el azúcar hasta que queden los tres ingredientes impregnados formando como migas. Entonces agregamos la yema y el agua y seguimos batiendo; una vez quede homogéneo lo amasamos un poco y dejamos en la nevera entre 20 y 30 minutos tapado con papel film. Después amasamos un poco más, la estiramos con el rodillo y cubrimos un molde redondo engrasado (no muy grande, sale una tarta más bien pequeña). Pinchamos la masa para que no suba y horneamos a media altura unos 15-20 minutos, se tiene que dorar un poco. Sacamos y dejamos enfriar.
Para el relleno:
- 1 taza de leche
- 1 cucharada de harina
- 3 yemas de huevo
- vainilla en polvo/extracto de vainilla
- 3 cucharadas soperas de azúcar
- fresones/fresas para decorar
Ponemos la leche a calentar (que no hierva) mientras batimos las yemas con el azúcar y la harina. Añadimos la leche gradualmente sin dejar de batir para después poner toda la mezcla al fuego, cociendo muy lento y removiendo constantemente con una cuchara de madera. Cuando empiece a hervir ya estará espesando; pueden salir algunos grumos, pero luego no se notan. Añadimos la vainilla y seguimos removiendo hasta que quede con consistencia de crema. Apartamos del fuego para que enfríe un poco y luego ya la podemos verter sobre la masa. Pasados unos minutos podremos colocar encima las fresas u otra fruta que prefiramos. Espolvorear con azúcar glas en el momento de servir.
16 abril, 2007
De barracas, degustando Murcia
Ayer finalmente terminaron para mi las vacaciones U.U Aunque como siempre se hacen cortas, lo cierto es que en Murcia no nos podemos quejar (al menos los estudiantes), tenemos dos semanas de fiesta ya que después de la Semana Santa se celebran en nuestra ciudad las Fiestas de Primavera, una semana que se ha convertido en todo un signo de identidad murciano.
A lo largo de estos siete días se suceden distintos eventos y acontecimientos más señalados (destacando el Bando de la Huerta y el Entierro de la Sardina), pero a mí lo que más me gustan son las barracas de las muchas Peñas Huertanas que se instalan por toda la ciudad.
Estos recintos recrean esa tradicional arquitectura y forma de vida de la huerta y ofrecen por un precio muy asequible muchos de los platos más típicos de Murcia. Puede que no sean nada sofisticado ni sorprendente, se basan (como es lógico) en los productos de la (casi difunta) huerta y animales de granja, pero os aseguro que ir a una barraca es ir a ponerse las botas porque todo está delicioso y resulta difícil no parar de pedir más raciones y platos.
Esto es una lista casi completa de lo que puedes pedir; ojo, por supuesto no hay carta, allí tienes que ir sabiendo lo que vas a querer de entrada ya que los camareros (que además suelen ser gente muy joven (muchos niños) atienden con asombrosa rapidez.
Zarangollo, berengenas fritas, butifarra, cabeza de cerdo, chiquillo, chorizo, ensalda murciana, ensalada de pimientos, huevo cocido, pisto, morcón, michirones, patatas asadas con ajo, caracoles en salsa, pelotas, tortillas (de ajetes, de habas...), morcillas, lomo, longaniza, salchichas, sobrasada sola o con queso, queso a la plancha, tocino, jamón, perdices, olivas, manos de cerdo en salsa, guisos, arroces (con costillejas, verduras...), paparajotes, café de olla y otros postres. Todo acompañado de buenas raciones de pan de pueblo, glorioso pan que vuela al mojarlo en todas las salsas o simplemente untándolo con ese pecaminoso ajo.
Y no podían faltar mis fotos :P De algunas de las cosas que he tomado en las barracas últimamente.
Empezando por arriba en el sentido de las agujas del reloj: patatas asadas, pan con sobrasada y queso, michirones, zarangollo, pan con salchichas y más pan (y extrañamente, luego apenas sobra). Aquí dos de mis favoritos: las patatas, con el ajo aparte, y el zarangollo. Puede tener un aspecto poco apetitoso pero es uno de los platos que me pierden. Es algo simple: básicamente consiste en freír cebolla con calabacines y dejándolo cocer en agua en olla tapada a fuego lento; luego se agregan huevos batidos y se cuaja la mezcla, normalmente se le añade también patata. Los michirones son un guiso con consistencia a base de habas, jamón, panceta, chorizo, ajo, laurel, guindilla y pimentón
Ensalada murciana, o cómo lo más sencillo del mundo se puede convertir en algo delicioso: tomate pelado en conserva, atún de lata, aceitunas negras, cebolla tierna, huevo cocido, aceite y sal. Bien fresquita cuando hace calor sienta tremendamente bien, y esa tremenda salsita o jugo que deja en el plato es para mojar pan y no parar.
Paparajotes. No puedes ir a una barraca sin terminar con uno de estos. Y mejor si está acompañado de café de olla (no el mexicano, lleva anís). Con este nombre peculiar (vale, muy glamoroso no suena) se define un original dulce ya icónico simple, barato y sobretodo delicioso.
Consiste en una hoja limpia de limonero empapada en una masa dulce y posteriormente frita, como los buñuelos. Se termina sirviendo espolvoreados con azúcar y canela. Por cierto, la hoja no se come :P
Bueno, no sé si conociais ya la existencia de las barracas o los platos tradicionales que sirven durante estas fiestas, pero en cualquier caso espero no haber aburrido demasiado. Os animo a acercaros por mi ciudad el año que viene que, aunque tenga muchas cosas criticables, también tiene sus cosas buenas, como demuestra la comida ;)
En Septiembre hay otra semana festiva en la también, pero sólo en los jadines del Malecón, se instalan unas cuantas barracas. De todas formas, se puede venir en cualquier momento del año y buscar por la zona del centro esos bares y tascas cuyos menús se basan en estos platos típicos, aunque no sea lo mismo (y es difícil encontrar paparajotes). Bueno, digo esto porque a mí me encanta cuando viajo probar la gastronomía característica, se descubren muchos sabores nuevos, y además también forma parte de la cultura y la historia de cada lugar, ¿no?
A lo largo de estos siete días se suceden distintos eventos y acontecimientos más señalados (destacando el Bando de la Huerta y el Entierro de la Sardina), pero a mí lo que más me gustan son las barracas de las muchas Peñas Huertanas que se instalan por toda la ciudad.
Estos recintos recrean esa tradicional arquitectura y forma de vida de la huerta y ofrecen por un precio muy asequible muchos de los platos más típicos de Murcia. Puede que no sean nada sofisticado ni sorprendente, se basan (como es lógico) en los productos de la (casi difunta) huerta y animales de granja, pero os aseguro que ir a una barraca es ir a ponerse las botas porque todo está delicioso y resulta difícil no parar de pedir más raciones y platos.
Esto es una lista casi completa de lo que puedes pedir; ojo, por supuesto no hay carta, allí tienes que ir sabiendo lo que vas a querer de entrada ya que los camareros (que además suelen ser gente muy joven (muchos niños) atienden con asombrosa rapidez.
Zarangollo, berengenas fritas, butifarra, cabeza de cerdo, chiquillo, chorizo, ensalda murciana, ensalada de pimientos, huevo cocido, pisto, morcón, michirones, patatas asadas con ajo, caracoles en salsa, pelotas, tortillas (de ajetes, de habas...), morcillas, lomo, longaniza, salchichas, sobrasada sola o con queso, queso a la plancha, tocino, jamón, perdices, olivas, manos de cerdo en salsa, guisos, arroces (con costillejas, verduras...), paparajotes, café de olla y otros postres. Todo acompañado de buenas raciones de pan de pueblo, glorioso pan que vuela al mojarlo en todas las salsas o simplemente untándolo con ese pecaminoso ajo.
Y no podían faltar mis fotos :P De algunas de las cosas que he tomado en las barracas últimamente.
Empezando por arriba en el sentido de las agujas del reloj: patatas asadas, pan con sobrasada y queso, michirones, zarangollo, pan con salchichas y más pan (y extrañamente, luego apenas sobra). Aquí dos de mis favoritos: las patatas, con el ajo aparte, y el zarangollo. Puede tener un aspecto poco apetitoso pero es uno de los platos que me pierden. Es algo simple: básicamente consiste en freír cebolla con calabacines y dejándolo cocer en agua en olla tapada a fuego lento; luego se agregan huevos batidos y se cuaja la mezcla, normalmente se le añade también patata. Los michirones son un guiso con consistencia a base de habas, jamón, panceta, chorizo, ajo, laurel, guindilla y pimentón
Ensalada murciana, o cómo lo más sencillo del mundo se puede convertir en algo delicioso: tomate pelado en conserva, atún de lata, aceitunas negras, cebolla tierna, huevo cocido, aceite y sal. Bien fresquita cuando hace calor sienta tremendamente bien, y esa tremenda salsita o jugo que deja en el plato es para mojar pan y no parar.
Paparajotes. No puedes ir a una barraca sin terminar con uno de estos. Y mejor si está acompañado de café de olla (no el mexicano, lleva anís). Con este nombre peculiar (vale, muy glamoroso no suena) se define un original dulce ya icónico simple, barato y sobretodo delicioso.
Consiste en una hoja limpia de limonero empapada en una masa dulce y posteriormente frita, como los buñuelos. Se termina sirviendo espolvoreados con azúcar y canela. Por cierto, la hoja no se come :P
Bueno, no sé si conociais ya la existencia de las barracas o los platos tradicionales que sirven durante estas fiestas, pero en cualquier caso espero no haber aburrido demasiado. Os animo a acercaros por mi ciudad el año que viene que, aunque tenga muchas cosas criticables, también tiene sus cosas buenas, como demuestra la comida ;)
En Septiembre hay otra semana festiva en la también, pero sólo en los jadines del Malecón, se instalan unas cuantas barracas. De todas formas, se puede venir en cualquier momento del año y buscar por la zona del centro esos bares y tascas cuyos menús se basan en estos platos típicos, aunque no sea lo mismo (y es difícil encontrar paparajotes). Bueno, digo esto porque a mí me encanta cuando viajo probar la gastronomía característica, se descubren muchos sabores nuevos, y además también forma parte de la cultura y la historia de cada lugar, ¿no?
12 abril, 2007
hemc10: Gallo con salsa de pimientos de piquillo al jengibre
Por falta de tiempo y por ir aplazándolo no pude participar en los hemc de febrero y marzo, así que me propuse que esta vez no se me pasara. Además milcolores ha elegido para este mes de abril el pescado y como es algo que me encanta no he tenido muchos problemas para improvisar una recetilla sencillísima :)
Hay muchísimos tipos de pescado, tanto azules como blancos, cada uno con sus propiedades, precios, sabores y temporadas, pero lo que es indiscutible es que es un alimento sanísimo que deberíamos tomar más a menudo sin necesidad de tener que recurrir siempre a los mismos platos. Yo personalmente prefiero el pescado blanco (algunos como el salmón me resultan excesivamente grasos -menos ahumado-); creo que mi favorito es el lenguado, pero su precio suele ser bastante elevado y no siempre encuentro, así que preferimos variar con otras especies que también son muy buenas. Para esta vez he elegido entre las opciones de la pescadería unos filetes de gallo.
Para el pescado:
- 4 filetes de gallo generosos
- estragón
- pimienta molida
- ajo en polvo
- pimentón
- sal
- salsa de soja
- zumo de limón
- vino blanco
Colocamos los filetes en una fuente para horno y vamos repartiendo sobre ellos todos los ingredientes para dejarlos marinando en la nevera una hora antes de cocinarlo. Para prepararlos precalentamos el horno a 200º y después introducimos la bandeja a media altura bajando la temperatura a 180º; en unos 25-30 minutos estarán listos.
Para la salsa:
- 1 y 1/2 latas de pimientos de piquillo
- 1 diente de ajo
- un trocito de jengibre
- 4 cucharadas de tomate triturado
- aceite de oliva virgen
- un chorro de leche
- laurel
- albahaca
- sal
- azúcar
En una sartén ponemos a calentar aceite con el diente de ajo machacado y el jengibre cortado en dos o tres trozos pequeños. Añadimos los pimientos (se pueden limpiar de semillas si llevan demasiadas) escurridos y cuando lleven un rato se añade el tomate. Incorporamos al gusto las hierbas y dejamos que se haga unos minutos a fuego no muy alto. Retiramos el jengibre y pasamos el contenido de la sartén a un recipiente para triturarlo con batidora, añadiendo a ojo más aceite y leche. Ponemos al punto de sal y azúcar y si se prefiere se cuela la salsa. La colocamos en una salsera o recipiente similar y se sirve junto el pescado.
Queda muy bien acompañado de unas patatas cocidas, y seguro que la salsa va perfecta también por ejemplo con unas almejas.
Hay muchísimos tipos de pescado, tanto azules como blancos, cada uno con sus propiedades, precios, sabores y temporadas, pero lo que es indiscutible es que es un alimento sanísimo que deberíamos tomar más a menudo sin necesidad de tener que recurrir siempre a los mismos platos. Yo personalmente prefiero el pescado blanco (algunos como el salmón me resultan excesivamente grasos -menos ahumado-); creo que mi favorito es el lenguado, pero su precio suele ser bastante elevado y no siempre encuentro, así que preferimos variar con otras especies que también son muy buenas. Para esta vez he elegido entre las opciones de la pescadería unos filetes de gallo.
Para el pescado:
- 4 filetes de gallo generosos
- estragón
- pimienta molida
- ajo en polvo
- pimentón
- sal
- salsa de soja
- zumo de limón
- vino blanco
Colocamos los filetes en una fuente para horno y vamos repartiendo sobre ellos todos los ingredientes para dejarlos marinando en la nevera una hora antes de cocinarlo. Para prepararlos precalentamos el horno a 200º y después introducimos la bandeja a media altura bajando la temperatura a 180º; en unos 25-30 minutos estarán listos.
Para la salsa:
- 1 y 1/2 latas de pimientos de piquillo
- 1 diente de ajo
- un trocito de jengibre
- 4 cucharadas de tomate triturado
- aceite de oliva virgen
- un chorro de leche
- laurel
- albahaca
- sal
- azúcar
En una sartén ponemos a calentar aceite con el diente de ajo machacado y el jengibre cortado en dos o tres trozos pequeños. Añadimos los pimientos (se pueden limpiar de semillas si llevan demasiadas) escurridos y cuando lleven un rato se añade el tomate. Incorporamos al gusto las hierbas y dejamos que se haga unos minutos a fuego no muy alto. Retiramos el jengibre y pasamos el contenido de la sartén a un recipiente para triturarlo con batidora, añadiendo a ojo más aceite y leche. Ponemos al punto de sal y azúcar y si se prefiere se cuela la salsa. La colocamos en una salsera o recipiente similar y se sirve junto el pescado.
Queda muy bien acompañado de unas patatas cocidas, y seguro que la salsa va perfecta también por ejemplo con unas almejas.
10 abril, 2007
Por Madrid: Grupo Vips
Llegó la hora de dedicar unas entradas a la capital española. Desde hace algo más de dos años la visito a menudo porque tengo un elfo encantador que vive allí así que no me queda más remedio que hacerme las más de cuatro horas de tren que lo separan de Murcia siempre que puedo; pero no me quejo, el viajecillo merece la pena ^^
Tengo que decir que al principio yo guardaba las distancias con Madrid; sólo había ido un par de veces hacía tiempo y fueron estancias muy breves. Lo que más me amedentraba era su enorme tamaño y la tremenda variedad de todo que le da vida. Pero pronto me di cuenta de que esto más que un defecto es una de sus virtudes, a pesar de que a veces tanta masa y tantas distancias me cansan, pero es que en ciudades como Madrid es difícil aburrirse.
Puesto que en mis visitas tengo alojamiento y pensión completa gratuita :P no suelo abusar de las comidas fuera, y además las veces que lo hacemos lo normal es ir a lo fácil y barato, es decir, mucha franquicia (que parecen casi una plaga). Me encantaría poder descubriros restaurantes maravillosos y cartas increíbles como hacen otros muchos blogueros, pero me temo que eso lo voy a tener que dejar para el futuro ^^U. Por ahora creo que no soy más que una turista habitual.
Pero en fin, por si a alguien le puede interesar esta es una pequeña muestra de los sitios madrileños que he visitado, y como no podía ser de otra forma, empiezo por el Grupo Vips. Es uno de los gigantes de la restauración, tiene cientos de locales y varias cadenas con distinta especialización. Sus establecimientos suelen abundar en las zonas de ocio y turismo, normalmente donde se concentran otras franquicias y fast food del tipo Burguer King. Por el momento nada más que he probado la comida de Ginos (italiano), The Wok (oriental) y el propio Vips (un poco de todo).
He estado en dos Ginos, el que hay en La Vaguada y el del Paseo de la Castellana. Tienen una carta típica de comida italiana, con algunos entrantes (sólo he probado los crostini, normalillos), antipasti (correcta melanzane con parmesano, tomate y albahaca), unas cuantas ensaladas, platos de pasta (buenos farfalle primavera con verduras salteadas y feta), algo de pasta fresca (buenísimos parpadelle al pomodoro e mozarella; son los de la foto, de penosa calidad porque está hecha con el móvil), y varias pizzas típicas. Creo que no he probado ninguna pizza del Ginos, es mi elfo quien suele pedirlas y no tiene ninguna queja. La carta se completa con algunos platos de carne (ternera básicamente), dorada y pez espada que no he llegado a probar.
También hay unos cuantos The Wok por la capital, a mí me invitaron al de La Vaguada (nos pilla cerquita). El servicio es eficiente, yo diría que demasiado. Como suele pasar en los centros comerciales, a la hora de la comida los locales se llenan y se suelen formar largas colas, por eso parecía que te iban metiendo prisa todo el rato para que dejaras tu mesa libre pronto y acabaron estresándome un poco. Como se puede deducir su carta está formada por platos orientales basándose sobretodo en el uso del wok (se puede ver a los cocineros trabajando). Algunos entrantes, satés (brochetas), platos con tallarines, otros con arroz y un par de cosas más diferentes (Nasi Goreng). Ningún postre especial. Esto es lo que tomamos:
Satés de pollo
Dos pinchitos de pollo a la plancha con salsa de cacahuete. Profundo sabor a cacahuete.
Choi Sum Wok
Arroz cocido con trocitos de tortilla y alguna hierba acompañado de un wok de ternera con verduras variadas y una mezcla de salsas.
Mao Yong Wok
Mi plato: el mismo arroz pero acompañado de un wok de pollo con más verduras, setas shiitake, bambú y creo que salsa de soja quizá con algo más.
La comida está bastante bien aunque no es nada del otro mundo que sorprenda. Además yo juraría que los platos con wok se basan en mezclar todos los ingredientes (carne, verduras) con el arroz/tallarines en dicha sartén una vez cocinado todo, al menos así lo hago yo. Quizá ponen el arroz a parte de esa manera para mejorar la presentación, quién sabe.
Ah por cierto, pedí sake y me trajeron un rácano vasito individual y nada barato ¬¬
Por último, el Restaurante-Cafetería Vips en sí mismo. He estado en el de La Vaguada, en el de Princesa y otro más que no recuerdo. Hay muchísimos por toda la ciudad. Su carta es bastante variada: sandwiches, pizzas, pasta, hamburguesas, ensaladas, pescado, carne, varios postres... Aunque no aguanto bien el aire afranquiciado y lo lleno que suele estar es una buena opción para salir del paso ya que no es difícil encontrarte con uno y la comida es bastante buena; de precio normal. Esto es parte de lo que hemos catado:
Quesadillas
De Jamón york y queso Cheddar, con guacamole y salsa mexicana. No son mi pasión (y menos con Cheddar) pero el elfo las devoró sin problemas. Tienen otras con jamón ibérico y no sé qué tipo de queso que ni a él ni a mí nos convencen.
Pizza cuatro/cinco quesos
No recuerdo el número exacto, pero era de queso seguro :P Fue comida del elfo, no dejó ni las migas aunque según él el roquefort sobraba.
Por cierto, no viene en la carta de la web de Vips, de hecho parece que no la actualizan desde hace tiempo.
Verduras a la parrilla
Sorprendentemente me parecieron mucho más buenas que unas que pedi en un restaurante de bastante mejor categoría junto a El Escorial, donde a parte de ser más caras me las sirvieron excesivamente quemadas y aceitosas. Las del Vips para mí estaban en su punto, jugosas pero no chorreando grasa, bien hechas pero sin saber a carbón.
Sandwiches
Fueron comida élfica, no recuerdo muy bien en qué consistía su relleno. Vienen con patatas fritas y tenían buena pinta, y para variar no le sobró nada :P
Dorada a la parrilla
Acompañada de verduras asadas y una pequeña ensalada de espinacas frescan con un aliño de aceite bastante bueno (y eso que odio los aliños aceitosos). La he pedido en dos Vips diferentes y no tengo quejas, salvo que la segunda vez se pasaron un poco con el aliño, pero es que yo soy un poco tiquismiquis U.U
Batido de Vainilla
Hecho a partir de helado, viene en un vaso enorme y está riquísimo; suele ser un pedido habitual del elfo-vainillanómano. Puedes pedir un batido de cualquier sabor de helado que tengan.
Según él, la tarta de queso está muy buena también (aunque le sobra la capa de pseudo-mermelada de encima).
Copa Swimming
La carta de helados es bastante variada (al menos no se quedan en el típico chocolate-fresa-vainilla), puedes hacer las combinaciones que quieras. Pero tienen una fabulosa copa que desde que la probé ha hecho que ame un poco en secreto al Vips... bola de helado de mango, bola de helado de yogur de frutos del bosque, bola de fresa, yogur natural, frutos naturales y sirope de fresa... una combinación de sabores perfecta. Uf, no sé qué me pierde más, si el chocolate o un buen helado...
Bien, esto es todo por ahora, espero no haberme pasado demasiado (aunque me temo que sí) en lo kilométrico del post. Haré algunas entregas más de Madrid, y espero mejorarlas en el futuro, que me quedan muchas visitas, y quizá en un futuro residencia perpetua :)
Tengo que decir que al principio yo guardaba las distancias con Madrid; sólo había ido un par de veces hacía tiempo y fueron estancias muy breves. Lo que más me amedentraba era su enorme tamaño y la tremenda variedad de todo que le da vida. Pero pronto me di cuenta de que esto más que un defecto es una de sus virtudes, a pesar de que a veces tanta masa y tantas distancias me cansan, pero es que en ciudades como Madrid es difícil aburrirse.
Puesto que en mis visitas tengo alojamiento y pensión completa gratuita :P no suelo abusar de las comidas fuera, y además las veces que lo hacemos lo normal es ir a lo fácil y barato, es decir, mucha franquicia (que parecen casi una plaga). Me encantaría poder descubriros restaurantes maravillosos y cartas increíbles como hacen otros muchos blogueros, pero me temo que eso lo voy a tener que dejar para el futuro ^^U. Por ahora creo que no soy más que una turista habitual.
Pero en fin, por si a alguien le puede interesar esta es una pequeña muestra de los sitios madrileños que he visitado, y como no podía ser de otra forma, empiezo por el Grupo Vips. Es uno de los gigantes de la restauración, tiene cientos de locales y varias cadenas con distinta especialización. Sus establecimientos suelen abundar en las zonas de ocio y turismo, normalmente donde se concentran otras franquicias y fast food del tipo Burguer King. Por el momento nada más que he probado la comida de Ginos (italiano), The Wok (oriental) y el propio Vips (un poco de todo).
He estado en dos Ginos, el que hay en La Vaguada y el del Paseo de la Castellana. Tienen una carta típica de comida italiana, con algunos entrantes (sólo he probado los crostini, normalillos), antipasti (correcta melanzane con parmesano, tomate y albahaca), unas cuantas ensaladas, platos de pasta (buenos farfalle primavera con verduras salteadas y feta), algo de pasta fresca (buenísimos parpadelle al pomodoro e mozarella; son los de la foto, de penosa calidad porque está hecha con el móvil), y varias pizzas típicas. Creo que no he probado ninguna pizza del Ginos, es mi elfo quien suele pedirlas y no tiene ninguna queja. La carta se completa con algunos platos de carne (ternera básicamente), dorada y pez espada que no he llegado a probar.
También hay unos cuantos The Wok por la capital, a mí me invitaron al de La Vaguada (nos pilla cerquita). El servicio es eficiente, yo diría que demasiado. Como suele pasar en los centros comerciales, a la hora de la comida los locales se llenan y se suelen formar largas colas, por eso parecía que te iban metiendo prisa todo el rato para que dejaras tu mesa libre pronto y acabaron estresándome un poco. Como se puede deducir su carta está formada por platos orientales basándose sobretodo en el uso del wok (se puede ver a los cocineros trabajando). Algunos entrantes, satés (brochetas), platos con tallarines, otros con arroz y un par de cosas más diferentes (Nasi Goreng). Ningún postre especial. Esto es lo que tomamos:
Satés de pollo
Dos pinchitos de pollo a la plancha con salsa de cacahuete. Profundo sabor a cacahuete.
Choi Sum Wok
Arroz cocido con trocitos de tortilla y alguna hierba acompañado de un wok de ternera con verduras variadas y una mezcla de salsas.
Mao Yong Wok
Mi plato: el mismo arroz pero acompañado de un wok de pollo con más verduras, setas shiitake, bambú y creo que salsa de soja quizá con algo más.
La comida está bastante bien aunque no es nada del otro mundo que sorprenda. Además yo juraría que los platos con wok se basan en mezclar todos los ingredientes (carne, verduras) con el arroz/tallarines en dicha sartén una vez cocinado todo, al menos así lo hago yo. Quizá ponen el arroz a parte de esa manera para mejorar la presentación, quién sabe.
Ah por cierto, pedí sake y me trajeron un rácano vasito individual y nada barato ¬¬
Por último, el Restaurante-Cafetería Vips en sí mismo. He estado en el de La Vaguada, en el de Princesa y otro más que no recuerdo. Hay muchísimos por toda la ciudad. Su carta es bastante variada: sandwiches, pizzas, pasta, hamburguesas, ensaladas, pescado, carne, varios postres... Aunque no aguanto bien el aire afranquiciado y lo lleno que suele estar es una buena opción para salir del paso ya que no es difícil encontrarte con uno y la comida es bastante buena; de precio normal. Esto es parte de lo que hemos catado:
Quesadillas
De Jamón york y queso Cheddar, con guacamole y salsa mexicana. No son mi pasión (y menos con Cheddar) pero el elfo las devoró sin problemas. Tienen otras con jamón ibérico y no sé qué tipo de queso que ni a él ni a mí nos convencen.
Pizza cuatro/cinco quesos
No recuerdo el número exacto, pero era de queso seguro :P Fue comida del elfo, no dejó ni las migas aunque según él el roquefort sobraba.
Por cierto, no viene en la carta de la web de Vips, de hecho parece que no la actualizan desde hace tiempo.
Verduras a la parrilla
Sorprendentemente me parecieron mucho más buenas que unas que pedi en un restaurante de bastante mejor categoría junto a El Escorial, donde a parte de ser más caras me las sirvieron excesivamente quemadas y aceitosas. Las del Vips para mí estaban en su punto, jugosas pero no chorreando grasa, bien hechas pero sin saber a carbón.
Sandwiches
Fueron comida élfica, no recuerdo muy bien en qué consistía su relleno. Vienen con patatas fritas y tenían buena pinta, y para variar no le sobró nada :P
Dorada a la parrilla
Acompañada de verduras asadas y una pequeña ensalada de espinacas frescan con un aliño de aceite bastante bueno (y eso que odio los aliños aceitosos). La he pedido en dos Vips diferentes y no tengo quejas, salvo que la segunda vez se pasaron un poco con el aliño, pero es que yo soy un poco tiquismiquis U.U
Batido de Vainilla
Hecho a partir de helado, viene en un vaso enorme y está riquísimo; suele ser un pedido habitual del elfo-vainillanómano. Puedes pedir un batido de cualquier sabor de helado que tengan.
Según él, la tarta de queso está muy buena también (aunque le sobra la capa de pseudo-mermelada de encima).
Copa Swimming
La carta de helados es bastante variada (al menos no se quedan en el típico chocolate-fresa-vainilla), puedes hacer las combinaciones que quieras. Pero tienen una fabulosa copa que desde que la probé ha hecho que ame un poco en secreto al Vips... bola de helado de mango, bola de helado de yogur de frutos del bosque, bola de fresa, yogur natural, frutos naturales y sirope de fresa... una combinación de sabores perfecta. Uf, no sé qué me pierde más, si el chocolate o un buen helado...
Bien, esto es todo por ahora, espero no haberme pasado demasiado (aunque me temo que sí) en lo kilométrico del post. Haré algunas entregas más de Madrid, y espero mejorarlas en el futuro, que me quedan muchas visitas, y quizá en un futuro residencia perpetua :)
08 abril, 2007
The end of Easter
Siento mucho no haber felicitado las fiestas U.U he estado toda la semana fuera y regresé a Murcia ayer. Aunque aquí las celebraciones no terminan ya que con el fin de la Semana Santa empiezan las Fiestas de Primavera :) veremos cómo se dan este año con este tiempo tan entretenido que estamos teniendo.
En fin, hoy es Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua, Easter, pero como en casa las fiestas suelen ser bastante laicas me gusta mucho más pensar en este día con huevos de colores, chucherías y caramelos y conejitos de chocolate ^^. Cuando éramos pequeños mi familia solía enviar dulces de Suiza y mis padres los escondían por el jardín en el campo, ¡cómo me gustaba!
Ya me estoy poniendo nostálgica otra vez...
Pero mi padre me sorprendió ayer con un pequeño regalo que me hizo mucha ilusión porque me ha llevado otra vez a esa época de mi infancia ^^. Además, si me regalas chocolate aciertas seguro :P
Lo único que siempre me ha dado pena es arrancar el primer pedazo de las figuras, pero qué le vamos a hacer, es su destino u_u.
¿Adivináis cuál de los dos me he quedado yo? :P