Bizcocho de calabaza con dátiles y crujiente de avellana

Esta mañana el termómetro de la parada de autobús marcaba 9º cuando he pasado trotando; ¡así da gusto! No es que crea que el frío polar sea lo más adecuado para salir a correr, pero desde luego sienta mucho mejor que hacerlo con calor. Eso sí, tengo que comprarme unos guantes que hoy he terminado con las manos agarrotadas y mis pobres dedos congelados.

Al regresar me he puesto a hornear algo dulce, que llega el fin de semana y me temo que lo voy a pasar encerrada en casa terminando el ejercicio-control que comentaba el otro día, y necesitaré apoyo nutricional para acompañar las tardes frías :P. El viernes de la semana que viene cogeré un tren para pasar el puente en Murcia y tengo mil cosas pendientes por hacer antes de irme, espero organizarme bien.

Hoy retomo en el blog la repostería otoñal con un bizcocho de calabaza para el cual aproveché varios restos de harinas de la despensa, añadí unos dátiles picados y se me ocurrió dar un toque diferente con una capa de crocanti de avellana por encima. Los dátiles no me han gustado nunca mucho pero son geniales para hornear con ellos, aportan un interesante dulzor además de fibra y otros nutrientes. Si no tenéis crocanti de avellana, podéis probar con almendra, o simplemente nueces troceadas, o cualquier otro fruto seco que os guste.

- 50 gr de azúcar moreno oscuro
- 50 gr de panela
- 255 gr de puré de calabaza
- 125 ml de leche de soja
- 2 huevos L
- 1 cucharada de sirope de ágave (o miel)
- 40 gr de "mantequilla" vegetal no hidrogenada derretida (o mantequilla, o aceite)
- 100 gr harina Kamut
- 40 gr harina de espelta integral
- 135 gr de harina de repostería
- 1 cucharadita de mezcla de especias
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de levadura
- 3/4 cucharadita de bicarbonato sódico
- 100 gr de dátiles picados
- crocanti de avellanas

Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde rectangular.

En un cuenco mediano, batir a mano los huevos con el azúcar, la panela, el sirope de ágave, la leche y la mantequilla. En otro recipiente más grande, mezclar las harinas con la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias. Incorporar los primeros ingredientes y mezclar con suavidad; añadir los dátiles picados, trabajando la masa con movimientos envolventes, hasta que quede homogéneo. 

Repartir sobre el molde y cubrir con una buena capa de crocanti de avellana. Hornear sobre una rejilla a media altura durante unos 40-50 minutos, hasta que se haya tostado ligeramente y al pincharlo con una brocheta ésta salga limpia. Esperar unos minutos fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.