Calendario de Adviento. Día 10: las tarjetas de felicitación

Hoy empieza una semana ajetreada en la que tengo mil cosas que hacer, con la cuenta atrás puesta hacia la salida de mi tren rumbo a Murcia. Espero que me dé tiempo a todo sin agotarme física y mentalmente, aunque puesto que casi todo son preparativos navideños no voy a tener problemas de ánimo :).

Una de las cosas que quiero hacer hoy es escribir y enviar buena parte de las tarjetas de felicitación navideñas. Lo siento, pero no me gusta llamarlas "los christmas", me parece absurdo :P.



Desde que era pequeña me encanta recibir y enviar tarjetas de Navidad. Siempre esperaba con ilusión la primera tarjeta que llegara a casa, que normalmente solía ser de alguna empresa o profesionales que han trabajado con mi padre, pero daba igual, lo importante era su carácter de felicitación navideña. Ahora que apenas se utiliza el correo ordinario postal, valoro más todavía las personas que se toman la molestia en enviar una tarjeta tangible, aunque sea con un simple "Feliz Navidad y mejor año", y sus variantes. Mi madre siempre las va colocando en el mueble recibidor de la entrada de casa, y cada año hago mi concurso personal para elegir la más bonita.



Y disfruto mucho más escribiendo y enviando nuestras propias tarjetas. Desde siempre mi padre se ha preocupado en enviar al menos algunas a la familia suiza, por lo que él las escribía en alemán y luego los demás firmábamos; bueno, cuando mi hermano y yo éramos pequeños poníamos la firma de aquella manera :P. Hasta que dejamos el colegio, las tarjetas han sido caseras.



Cuando llegaba el mes de diciembre empezaban los preparativos navideños en el cole, decorando los espacios comunes, cada grupo su clase con proyectos de manualidades, y se ponía un belén a la entrada. Pero además empezaba el concurso de tarjetas de Navidad, en el que cada alumno dibujábamos nuestra peculiar estampa navideña. Las tarjetas se reunían y los padres las colocaban en grandes paneles por la escuela, formando murales por grupos de cada clase. El último día antes de las vacaciones se hacía una fiesta con chocolatada, monas, villancicos, juegos y demás, y al final cada uno nos llevábamos nuestra tarjeta.



Entre todos los participantes se elegían ganadores por categorías de edad, y las seleccionadas se convertían en la felicitación oficial del colegio que nos llegaba al correo días más tarde. Aunque nosotros nunca ganamos, mi padre escaneaba nuestras obras y las convertía en nuestras tarjetas de felicitación. Le pedí a mi padre que me enviara algunas de las que aún tiene en el ordenador, y la verdad es que me ha hecho mucha ilusión recordarlas :). Mi madre guarda atesora las demás en casa, a ver si cuando vaya escaneo las demás y las puedo compartir por aquí el año que viene.

¿Vosotros escribís y envíais tarjetas?