Galletitas saladas italianas: Tarallini al vino tinto. Cocina callejera

Julio está siendo un mes muy raro. Me siento desubicada, algo perdida... extraña. Me levanto cada día y pongo el motor en marcha, pero de repente paro y siento un extraño vacío y una desgana que no me gusta nada. Lo achaco al calor y a que el verano siempre es, en cierta manera, una etapa de transición. Pero bueno, lo que necesito es desconectar de todo, volver a mi campo unos días, a mi familia y amigos, a mi gato, a mi bici, y a perderme (de verdad) un poco. También puede ser cosa de las hormonas, que las tengo revolucionadas últimamente por causas que no vienen al caso, pero ese es otro tema :P.

Hace tiempo que tenía guardada la receta de hoy y hace unos días decidí que era el momento de probarla por fin. Sabéis que me tira el dulce, pero de vez en cuando me gusta hornear caprichitos salados, y estos pequeños roscos italianos eran demasiado tentadores. Bueno, el blog entero de Un déjeuner de soleil es una tentación constante, para qué engañarnos. Me encanta su estilo y me encantan sus recetas.

No conocía los tarallini, así que investigué un poquito (Google es nuestro amigo). En realidad son la versión mini de los Taralli de Puglia, unos roscos de picoteo típicos del sur de Italia que tienen un origen modesto. Al parecer la receta original emplea vino blanco, y suelen aromatizarse con hinojo, cebolla, romero o queso, pero Edda propone emplear vino tinto y sencillamente pimienta negra recién molida.

Tenía muchas ganas de participar en el genial evento de La Cocina de Babel, donde nos propone recorrer el mundo con recetas de todo el planeta que sean típicas de comida callejera, así que esta es mi humilde aportación. Encima, la versión de Edda me vino que ni pintada, ya que tenía que gastar una botella de vino tinto que había abierto con unos invitados, y que no íbamos a terminar.

Son muy, muy fáciles de hacer, que no os dé pereza la idea de los levados y de tener que cocerlos primero en agua. Yo los hice un poco sobre la marcha sin prestar mucha atención a los tiempos, y quedaron geniales. Crujientes, aromáticos, adictivos, aguantan bien muchos días y combinan de maravilla con casi cualquier cosa salada. O dulce :P.

Tarallini al vino tinto con pimienta negra
Receta ligeramente modificada de Un Déjeuner de Soleil
Ingredientes para unas 30-35 unidades

- 255 g de harina de trigo
- 8 g de levadura fresca de panadería
- 45 ml de aceite de oliva virgen extra
- 60 ml de vino tinto
- 1 cucharadita de sal fina
- 1 cucharadita de pimienta negra recién molida

Poner unas cucharadas de agua tibia en un cuenco, la justa para desmenuzar la levadura y mezclarla. Tapar con un paño y dejar fermentar entre 15 y 30 minutos. Mientras tanto, mezclar la harina con la sal y la pimienta y formar un hueco.

Añadir la levadura, el vino y el aceite, y mezclar todo bien. Amasar unos minutos hasta conseguir una masa homogénea, elástica y suave. Formar una bola, colocar en un cuenco engrasado con aceite, tapar y dejar levar durante una hora, aproximadamente, o hasta que doble su volumen.

Llenar una olla con agua y llevar a ebullición.
Deshinchar ligeramente la masa. Dividir en porciones de más o menos el mismo tamaño. Trabajar cada trozo amasándolo ligeramente. Formar un cilindro de unos 12-15 cm y unir los extremos para formar un rosco. Cuando tengamos tres o cuatro, echarlos al agua hirviendo. Sacarlos con una espumadera en cuanto floten y dejar escurrir sobre papel absorbente. Continuar con el resto de la masa. Dejar reposar cubiertos con un paño durante una media hora.

Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja. Colocar los tarallini ligeramente separados y hornear durante unos 40-45 minutos, hasta que estén bien doraditos y duros. Dejar enfriar sobre una rejilla y guardar en recipiente hermético.


No dejéis de visitar a Juana para conocer todas las propuestas de recetas estupendas que está recibiendo, y las que ella misma comparte con nosotros. A comer a la calle! :)