Con cositas como esta da gusto recibir el frío por fin, que al menos yo iba aún con tirantes y sandalias hasta hace un par de días.
Para la masa:
- 2/3 taza de copos de avena
- 1/3 taza de harina integral
- 1/3 taza de harina
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de canela
- 85 gr de mantequilla fría
- 3 cucharadas de leche de soja
Con un robot de cocina, triturar los copos de avena. Mezclar con todos los ingredientes secos en un bol y añadir la mantequilla fría cortada en dados. Con un tenedor, chafarla hasta incorporarla bien con las harinas, más fácil si se termina con las manos, hasta tener una textura como de migas de pan. Añadir la leche y formar una masa no demasiado pegajosa. Formar un disco y envolver en papel film. Dejar reposar en la nevera como mínimo una hora.
Dejar templar un poco al sacarla. Engrasar un molde redondo de unos 25 cm de diámetro y unos 3 de profundidad con el borde rizado (bueno, no es necesario :P). Aplastar y estirar bien la masa con un rodillo sobre una superficie enharinada y forrar el molde. Si se resquebrajan trozos no pasa nada, se pueden ir pegando las piezas hasta cubrir toda la superficie, presionando bien las juntas.
Para el relleno:
- 3 huevos
- 1 taza de nata (vegetal en mi caso)
- 2 tazas + 2 cucharadas de puré de calabaza
- 1/2 taza de azúcar
- 1/3 taza de sirope de arce
- 1 cucharadita de canela
- 1 cucharadita de jengibre
- 1/2 cucharadita de clavo
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de sal
Precalentar el horno a 220ºC.
Batir los huevos con el azúcar; añadir las especias y la sal. Incorporar la nata y la calabaza. Batir bien hasta conseguir una mezcla homogénea. Distribuir encima del molde y colocar en la parte baja del horno. Tras 10 minutos, poner a media altura y bajar la temperatura a 175ºC. Hornear unos 50 minutos más, hasta que al pinchar la tarta el palillo salga limpio. Dejar enfriar totalmente antes de servir.