Si seguís el blog por el lector de feeds o por el sistema de blogger, y os ha aparecido una entrada nueva algo extraña publicada por aquí, pero de la que no hay rastro, tranquilidad que ha sido error mío. Me guardaba una receta en borradores y le dí a publicar sin querer. Está claro que hasta que no sale el sol mi cerebro no funciona al 100%.
Bueno, estamos a punto de despedirnos de septiembre, ya hace fresquito y llueve. Me he resfriado pero me da igual, soy un poquito más feliz, a pesar de que he tenido una semana algo complicada. Antes de que me retrase más, allá va la segunda parte del viaje a Oporto.
El primer día que amanecimos en la ciudad nos recibió un sol espléndido
que ya nos acompañaría prácticamente toda la semana. Pero eso sí, yo
cada jornada me llevaba mi chaquetica, que aunque soleado, las brisas
del Atlántico mantenían unas temperaturas suavecitas tirando a frías por
la noche, y por las callejuelas estrechas del centro donde apenas
llegan los rayos de luz.
Ese día ya caminamos mucho, y es que seguimos la calle que comenté en el primer post, que nos dirigió al meollo más animado de la ciudad, con muchos turistas y lugareños dedicados a sus cosas. Pasamos por puntos de interés como la Capilla de las Almas y el famoso Café Majestic, y llegados hasta la zona elevada de la Catedral, donde en la oficiona de Turismo compramos la Porto Card, muy recomendable para ahorrar en entradas y transportes.
Seguimos paseando bajando por el casco más histórico, de calles intrincadas y edificios antiguos, que a pesar de todo tienen mucho encanto y es un placer recorrerlo sin prisas, prestando atención a cualquier detalle.
Llegamos al río en una zona plenamente turística, con muchos restaurantes, tabernas, tiendas y comercios varios, al lado del famoso Puente Luis I. A mi padre le entró antojo de pescado fresco así que almorzamos en una terraza donde un señor acababa de venir del puerto cargado de un buen lote de sardinas frescas, que preparó a las brasas a llí mismo. Yo pensaba que las sardinas no me gustaban mucho, pero qué equivocada estaba. Fresquísimas, de temporada, y bien asadas, estás deliciosas.
Otra de las jornadas la dedicamos en dirigirnos a un extremo de la ciudad más residencial, de construcciones más recientes, con muchas casazas y chalets de distinto tipo. Allí se encuentra la Fundación Serralves, una visita muy recomendable.
En un recinto muy grande, donde se fusionan parques, bosques, jardines, paseos arbolados y pequeñas lagunas, se encuentra el moderno edificio de la fundación, museo, de arte contemporáneo. Y separado, el curioso edificio que fue vivienda de su antiguo propietario,sede de exposiciones, y rodeado de zonas ajardinadas que parecen sacadas de una película.
La fundación tiene una cafetería y un restaurante buffet muy recomendables. Y uno de los empleados era español, y bien majete :).
Tras algunos problemas para encontrar el autobús de vuelta, nos detuvimos cerca de los jardines del Palacio de Cristal, de nuevo una zona elevada que nos regaló preciosas vistas. Allí se puede pasear tranquilamente entre sus árboles y visitar la casa del Museo Romántico, en un estilo del Museo del Romanticismo que hay en Madrid.
Es más que recomendable dedicar un día a recorrer la zona de Foz, la desembocadura del río Duero, donde se suceden playas muy agradables aunque de agua "algo" fresquita. Es un paseo estupendo para mojarse los pies (cuidado con las olas) y ver una magnífica puesta de sol.
Otra visita obligada es el Mercado do Bolhão, que teníamos al ladito de casa. Mientras mi hermano desayunaba, mi padre y yo nos bajamos una mañana a primera hora para curiosear entre sus puestos de verduras, frutas, panadería, flores, pescados, carnes, y objetos varios. La palabra decadente, tan típica cuando se habla de Portugal, cre que le va muy bien, y es que es un edificio muy viejo, que necesita un buen arreglo, pero a pesar de todo tiene ese encanto mágico auténtico difícil de explicar con palabras...
Hay muchas más cosas que visitar en Oporto... La Torre de los Clérigos y su torre, la preciosa librería Lello, la Casa de la Música, la estación de tren con sus famosos azulejos, el moderno estadio do Dragao, Vila Nova de Gaia y sus bodegas con catas de vinos...
Y si se tiene tiempo, conviene dedicar un día a acercarse a la cercana localidad de Guimaraes, que además en 2012 es capial europea de la cultura. Tiene un centro histórico muy bonito y agradable de pasear, con trazado medieval patrimonio de la UNESCO. Se puede visitar el Palacio de los duques de Braganza y el castillo en ruinas, recorrer sus callejuelas, comer en alguno de sus restaurantes y luego subir en telesférico al Santuario de Penha, en el monte del mismo nombre.
En definitiva, Oporto me gustó mucho más de lo que esperaba. Y seguramente fue porque no esperaba mucho, para ser sincera. Es una ciudad con un gran pasado histórico, que esconde mucha cultura y rincones fantásticos. Se recorre bien a pie, a pesar de sus cuestas, y su gente es muy amable. En más de una ocasión lugareños se nos acercaron ofreciendo su ayuda cuando nos vieron con caras de turistas perdidos escudriñando el mapa :). Además se come de maravilla, aman el pescado y las verduras, los preparan de mil formas, y por todas partes hay pastelerías llenas de dulces a los que es difícil resistirse. Y preparan un café excelente.
Puede parecer que pasar una semana entera en Oporto es demasiado, pero os aseguro que nos quedaron cosas sin ver. Y es que lo que más nos gustó fue salir por la mañana y echar a andar, muchas veces sin rumbo fijo, simplemente caminando por sus calles sin prisas. Fue un buen viaje :).
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Si quieres curiosear más :
En el blog:
- Rumbo a a Oporto: Salamanca, Ciudad Rodrigo y llegada
En Directo al Paladar:
- Comer en Oporto. Sabores marinos, vegetales frescos y dulces bañados por el Duero
- Restaurante O Forno, cocina portuguesa tradicional en el centro de Oporto
- Los secretos del vino de Oporto. Visita a las bodegas de W. & J. Graham's
Yo estuve hace un par de años, aunque para ver la ciudad solamente (no salimos a la playa ni alrededores), dos o tres días es suficiente. Es una ciudad agradable, aunque me pareció algo desvencijada, y tanto su librería más famosa como el café Majestic son de visita obligada (además, tienen unas tostadas maravillosas)
ResponderEliminarYO NO LO CONOZCO ,PERO ME A GUSTADO MUCHO TU REPORTAGE.
ResponderEliminarUN SALUDO.
envidia tengo!! que bonitoooo!! que ganas tengo de visitar Oporto, ya me gustó la capital y el resto también tiene que ser espectacular, que fotos tan bonitas y que platos tan suculentos. Un besito guapa
ResponderEliminarniña!!! :) qué recuerdos! ya sabes que me tocó un Oporto pasado por agua y fresco, pero bueno da igual, y Guimaraes me encantó! qué sitio tan bonito. Que sepas que me encantan tus jornadas viajeriles en el blog, son lo más. Un beso y feliz fin de semana.
ResponderEliminarNota: yo también estoy resfriada (como pa´no) pero también estoy contenta :) por finnn
Liliana, sí, yo he sido de esas que ha visto higos y almendras, ha extasiado, y luego, antes de darle al enlace he visto que algo fallaba en el texto. Me he quedado con las ganas, así que seguiré tomándome los higos que hay en la nevera en un croissant, con ricotta y un chorrito de miel. A la espera de que tú me ofrezcas algo mejor :P
ResponderEliminarSiento lo del resfriado, pero bueno, supongo que si te da igual es que no te ha dado fuerte ;)
Portugal no es el destino que más me atraiga del universo universal (me tiran más otros sitios), pero me ha encantado ver tus fotos, y las de esta entrega me han gustado aún más :)
Y yo soy de las que, como tú, siempre me quedo con ganas de algo más, siempre me falta algo por ver en una ciudad. Incluso cuando la gente te dice que con cuatro días vale, y tú has cogido seis de viaje, vuelves sabiendo que te faltaron dos. Es según cómo se tome cada uno los viajes, para mí es una mezcla entre las visitas culturales-turísticas y el vivir la ciudad, parecer uno más, volver a un sitio en el que ya has estado, perderse... Y al final, siempre parece que te ha faltado un poquito de tiempo, estupenda excusa para regresar :) Por eso nunca me fío de los consejos de: Talciudad se ve en tantosdías. Depende, ¿qué quieres ver tú y qué quiero ver yo?
Un besito, que te estoy dando una murga de espanto!!!!!!
Que recuerdos me ha traído este post. Nosotros estuvimos hace unos años recorriendo una buena parte de Portugal y allí, además de comer muy bien y visitar lugares de ensueño, hicimos muy buenos amigos.
ResponderEliminarUn besito desde Las Palmas.
A mi me llego algo raro sin título y ya me lo imagine, me ha pasado mil veces :)
ResponderEliminarohhhh Guimaraes! me hace gracia, porque todas las toallas que tenemos en casa están hechas alli, de hecho durante un tiempo mi madre se estuvo pensando que era la marca jejeje.
ResponderEliminarMe alegro que q te gustara Oporto, a todo el mundo le sorprende el pais vecino cuando lo visita :)
Me ha encantado Liliana...mil gracias por compartirlo...besos
ResponderEliminar¡Gracias otra vez por compartir tu viaje maravilloso, qué sitios tan bonitos qué platos deliciosos!. Un besote,
ResponderEliminarwww.cocinaamiga.com
Que preciosa entrada de tu viaje, gracias por compartirla, yo estoy deseando de hacer ese viaje, tengo muchas ganas de conocer eses calles esa gastronomia, y esas gentes tan encantadoras. Un besazo
ResponderEliminarTengo que ir, como te comenté adoramos Portugal y vaya, ganas a montones de conocer del centro para arriba. No tengo más que ver esos platos e instantaneas para tener una buena excusa para ir :)
ResponderEliminarQué envidia de viaje tan grande... tengo una cuenta pendiente con Portugal, no puedo creer que no haya ido todavía!
ResponderEliminarBesos
Qué fotos más chulas!!!Qué recuerdos me traen, maja...volvería encantada!!!
ResponderEliminarPor aquí todo igual, ya empieza el mal tiempo, aysss!!
Un besazo!
Un post muy bonito y unas fotos estupendas. Como te comenté en el anterior tenemos ganas de ir a Oporto,( estuvimos unos días en Lisboa y nos quedó también pendiente ir a Sintra porque tuvimos un percance con el coche (en fin... lo que no me pase...) Creo que esos viajes, como tantas cosas en la vida, cuando vas con pocas expectativas, al final disfrutas mucho más lo que no te esperas. Me alegro que lo pasarais tan bien. Un abrazo!
ResponderEliminarHermoso reportaje que sin duda me dan más ganas aún de visitar Portugal, todavía no la conozco y siento que me estoy perdiendo algo precioso. Besotes
ResponderEliminarQue bonito todo! Unas fotos fantásticas.
ResponderEliminarSeguro que ha sido un viaje inolvidable!
Un beso
que pasada de viaje!me encanta!yo lo tengo cerquita pero hace como mil años que fui cuando era pequeña!me ha gusatdo hasta la foto del pescado!por cierto, esos apstelitos, son pasteis de belem?estan de muerteee!!!!!si te gustaron tengo una receta bastnte parecida!un beso!
ResponderEliminarPortugal tiene una magia especial, tal y como has dicho, transmite un aspecto decadente, pero encantador. Yo he visitado varias veces Porto, Lisboa, Valença, Braga, Sintra... Me queda tan cerca que es el destino más socorrido cuando no se puede hacer otra cosa.
ResponderEliminarPor cierto, he hecho una tata de peras que publicaste hace tiempo y he de decirte que me pareció espectacular.
Espero que te mejores!
Qué maravilla de lugar y qué bien se come por ahí... Yo sólo he visitado Lisboa, teníamos a unos amigos viviendo allí y quedamos encandilados con la ciudad!
ResponderEliminarAy mi niña cuántos recuerdos despiertan tu relato y tus fotos. Disfruté de un finde largo de Oporto, y sí, fue muy corto, pero ví muchísimo, íbamos a tope, y en taxi!! Como arquitecta disfruté mucho de la Fundación Serralves y del Palacio de la Música. No tuve la suerte de pillar el mercado abierto...pero sí de ir a las bodegas (a más de una, sí sí sí) y de pasearnos en barca por el Duero. Una maravilla de ciudad, ultra recomendable. Gracias por tu crónica, guapa!
ResponderEliminarUn besote!
Me encanta Oporto... Portugal en general, por su gastronomía, por su luz, por su gente... gracias por compartirlo, me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.