Por mi cumpleaños tocaba
comida familiar fuera, así que me dejé aconsejar por mi madre (que sabe bien lo que me gusta) y fuimos a un restaurante de cocina
japonesa-asiática, donde habían cenado ellos con unos amigos hace un tiempo.
El restaurante
TAN cuenta con un local de tamaño medio, no muy grande, decorado con elementos asiáticos agradables y jugando con el negro y blanco. Está centrado quizás más en la gastronomía típica japonesa pero tiene un repertorio más amplio con platos que pueden apetecer más a los que no sean muy amigos de las algas, sushi y pescado en general. En la carta ofrecen varias
entradas (ensaladas, rollitos diversos, pinchos, tataki, wan-tu, hokayaki, sao-mai...), algunas
sopas, variedad de
sushi, un par de
tempuras,
teppanyaki (solomillo, pollo, pescado, langostinos, arroz...), varios
acompañantes (arroces, fideos, tallarines), una buena lista de
especialidades (pato laqueado pekinés, pato asado cantonés, pollo con distintas salsas, con anacardos, cordero, solomillos, verduras salteadas, lubinas, angostinos, vieiras, bogavante...) y por último
postres típicos comerciales y otros más "exóticos".
Me gustó bastante, tienen mucha variedad y todo lo que probé estaba muy bueno, sobretodo los pescados (soy poco de carne); la ensalada de algas también me encantó. Lo bueno es pedir varias cosas para compartir, así se prueba un poco de todo y hay menos riesgo de pasarse con las cantidades. Pocos días después volví para cenar con unas amigas, ya que teníamos una cena pendiente desde hace tiempo. Como algunas tenían ganas de sushi lo ví perfecto, porque a otras no les gusta nada y así podían elegir buenas alternativas.
De todo lo que pedimos me faltan sólo imágenes de los
rollitos (vietnamitas, con hojas de hierbabuena, y de verduras; mucho mejores que los típicos de los chinos) y de un par de
postres (la manzana frita de mi padre y la tarta de queso sin interés de mi hermano).
Ensalada de algas con huevas al estilo japonés.
Yakitori, pinchos de pollo y puerro con salsa especial, y un champiñón súper tierno.
Tempura de verduras y langostinos.
Mixto de sushi y sashimi y sushi variado. El pescado amarillento no sé qué es, pero estaba delicioso, muy tierno y con un sabor diferente, algo delicado. ¿Qué sería?
Lubina teppanyaki; buenísima. Salsa aparte.
Arroz frito con gambas y piña estilo Thai. Me encantó el arroz con la piña.
Dados de pollo con verduras y leche de coco al curry Thai; ligeramente picante, con el sabor justito de coco.
Pollo salteado con almendras. Tierno, con muchas almendras. Salsa aparte.
Loncha de pato con salsa agridulce y picante Thai. Según mi hermano, estupendo.
Tallarines tie-ban (creo), con gambas, carne y verduras varias.
Helado de chocolate en tempura. El camarero lo flambea en la mesa con Cointreau; el contraste entre el caliente del exterior de la tempura, y el frío del helado es interesante (y rico).
Brocheta de frutas caramelizadas. No pedí un postre más contundente porque me esperaba en casa uno casero :P Es curioso que pusieran unos tomates cherry, aunque pensándolo bien tienen más en común con la fruta que con las verduras.. Pues no desentonaban, me ha gustado el tomate dulce.
Un buen sitio para variar y tomar algo asiático. El servicio genial, camareros agradables, rápidos y serviciales, y que además saben explicar bien lo que nos suene raro de la carta. De precio creo que normal para un sitio así; claro que si bebes agua como yo y te tomas el postre en casita la cuenta final lo agradece. Ah, y me encanta el detalle de la toalla caliente antes y después :P