He adquirido el hábito de sumarme al Martes Graso desde hace unos años y ya es tradición, aunque no celebre Carnaval ni tenga recuerdos de ninguna fiesta. Bueno, alguna imagen lejana de los disfraces del cole sí conservo, pero nada culinario relacionado con ello. También he hablado de los Omeletten por aquí, que es la forma suiza de llamar a los crêpes. Mi padre cocina poco en casa pero cuando lo hace tiene sus recetas infalibles, esos platos de oigen suizo, austriaco o colombiano que le traen recuerdos a él y a nosotros, porque se han convertido en tradición familiar. Cuando tocaba "omblets" en casa mi hermano y yo disfrutábamos como enanos -nunca mejor dicho-, siempre para la cena y generalmente solía ser en domingo.
La receta no es tal, claro. Mi padre solo me ha dicho que usa 3 huevos, lo más pequeños que haya en casa -pero suelen ser L o M- y luego ajusta los líquidos y la harina a ojo. Calcula unas 20 cucharadas de sopa de harina y va alternando con la leche y el agua, que es casi todo el líquido que usa ahora. Solo aromatiza la base con vainilla y a veces ralladura de limón, no son dulces porque así se pueden rellenar de lo que te plazca. Nunca ha tenido una batidora en condiciones ni una sartén buena y bien cuidada para crêpes, así que siempre le salían algo diferentes. Era parte del encanto, Omeletten más gorditos o más finos, más blanquitos o más tostados, más o menos tiernos... Solían sobrar dos o tres y a los peques nos gustaba dejar que se resecaran para comerlos así al día siguiente. Cosas de críos.
Yo los he servido con una compota rápida de frambuesas, sin añadir nada de azúcar ni edulcorante, solo un poco de semías de chía para meter grasas buenas y conseguir que espesara un poquito más. Me fascina ese color y ese aroma potente de estas frutas tan delicadas, pero si resultan ácidas se pueden combinar con fresones maduros o añadir cualquier ingrediente dulce al gusto. Ah, he puesto al final un poco de azúcar mezclado con canela porque es otra cosa que jamás perdonaba mi padre. El olor de los crêpes recién hechos con ese toque dulce de intenso aroma a canela me llena de recuerdos.
Receta de Omeletten o crêpes para Carnaval
Inspiración: mi padre
Ingredientes para unas 6-8 unidades
- 2 huevos L
- 1 pizca de sal
- 1 golpe de vainilla molida, azúcar vainillado o esencia
- 100 ml de leche sin lactosa o vegetal
- 100 ml de agua (o un poco más)
- 80 g de harina de repostería
Echar los huevos en un recipiente estrecho y alto, el vaso de una batidora o en una jarra de plástico. Añadir la sal y la vainilla y batir con unas varillas. Agregar la leche y el agua y batir un poco más. Incorporar la harina a cucharadas, no hace falta tamizarla pero se puede hacer. Batir bien.
En realidad mi padre va echando líquido y harina a ojo, batiendo después de cada adición, y calcula unas 20 cucharadas soperas usando 3 huevos. Yo he preferido medir un poco y además he reducido los ingredientes más o menos para dos personas.
Cuando se tenga una masa de consistencia líquida pero solo ligeramente expesa, sin grumos, tapar con un paño limpio y dejar reposar a temperatura ambiente por lo menos 30 minutos.
Engrasar ligeramente una buena sartén antiadherente y calentar a fuego fuerte. Cuando esté caliente, reducir la potencia a la mitad y echar en el centro una porción de masa, girando rápidamente con la mano la sartén para extenderla bien. Aquí hay que tener maña y práctica, y además los crêpes pueden quedarmás o menos gruesos según el gusto personal.
Dejar que se cuaje un par de minutos, hasta que se despeguen los bordes sin problemas, y dar la vuelta para dorar la otra cara. Retirar a un plato, tapar con un paño limpio y continuar hasta terminar con la masa.
Para la compota, lavar unas frambuesas aromáticas, escurrir y calentar en un cazo o en el microondas, tapado, a temperatura suave, hasta que se empiecen a deshacer. Añadir azúcar si se desea. Echar una cucharadita de semillas de chía, machacar todo bien y dejar reposar hasta que se enfríe. Espesará un poco.
Servir los Omeletten calientes con la compota o lo que se prefiera. En casa solíamos tener un buen arsenal de mermeladas variadas, azúcar con canela, jamón de York, quesos, otros embutidos, etc. Mis favoritos siempre fueron los de mermelada y los de buen queso.
Seáis o no de Carnaval, aprovechad cualquier día para daros el capricho de unos buenos crêpes en casa, en el desayuno, almuerzo, merienda o cena. Son tan rápidos, fáciles y versátiles que merece la pena compartirlos de vez en cuando. La primera vez pueden salir regular, pero en seguida se les pilla el punto y ya salen solos. Y toca aprovechar hoy que ya sabéis que empieza la Cuaresma ;P.