- 3 tazas de harina para repostería
- 1 taza de mantequilla
- 3/4 taza de azúcar
- 3/4 taza de azúcar moreno
- 1 cucharadita de vainilla en polvo
- 1 cucharadita de azúcar vainillado
- 2 cucharaditas de levadura
- 1 huevo
- 1 chorrito de leche
- 2 cucharadas soperas de cacao en polvo
- 2 cucharadas soperas de natillas en polvo
Empezamos tamizando la harina con la levadura en un bol amplio. Aparte mezclamos y batimos bien la mantequilla previamente ablandada con los azúcares, la vainilla y un poquito de leche. Añadimos también el huevo y seguimos batiendo hasta que quede homogéneo y esponjoso. Incorporamos esta masa a la harina y mezclamos muy bien hasta que quede totalmente incorporada. Entonces dividimos en dos partes iguales (bueno, más o menos) la masa, y por separado mezclamos una con el cacao en polvo y la otra con el preparado para natillas.
Ahora debemos ayudarnos de papel antiadherente (papel de hornear) para dar la forma a cada mezcla de un rectángulo de unos 20 cm de ancho por 30 cm de largo, algo así:
Cuando tengamos los dos rectángulos (bien aplanados) colocamos con cuidado el de chocolate encima encajándolo lo mejor posible y apretamos para que se unan. Cortamos por la mitad y colocamos una de las partes de nuevo sobre la otra, de forma que se alternen las capas de color. Volvemos a presionar, tapamos con el papel y dejamos en la nevera una media hora para que se enfríe.
Transcurrido ese tiempo vamos cortando bastoncitos de masa de un cm de ancho, y a su vez cada bastoncito en unas cuatro partes (dependiendo de lo grandes que queramos las galletas). Colocamos cada porción con espacio suficiente (crecen bastante!) sobre una bandeja de horno engrasada o con papel vegetal y horneamos 15 minutos a 190º. Yo las he hecho en el medio del horno con calor arriba y abajo (sin ventilador).
Una vez hechas las sacamos, esperamos unos instantes y luego las pasamos a una rejilla para que se enfríen del todo. ¡Estoy deseando tomarme un café para acompañarlas! ;)
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