21 noviembre, 2018

Sin fruta no soy persona: el vicio confesable que me da vitalidad

Creo que ya habré comentado muchas veces que soy de esas personas que necesitan desayunar, sea la hora que sea. Me encanta el café, claro, pero no es una "necesidad". Ahora bien, si me salto mi ración de fruta fresca mañanera, sencillamente no soy persona. Literalmente me pongo de muy mal humor y noto que me falta algo; es mi vicio confesable y que me hace sentir bien y con ganas de arrancar el día.



Por eso no me dejan de llamar la atención las conclusiones de informes como el II Estudio de Vitalidad Zespri que se presentó el mes pasado. La dietista nutricionista Mireia Porta, experta en nutrición deportiva, señaló que en España el 80% de la población considera que la fruta fresca es lo más saludable para el desayuno, pero solo la consume un 8%. ¡Un mísero 8%! Si encima añadimos el dato de que casi la mitad de los españoles no desayunan regularmente, y que º de cada 4 no toma nada sólido desde que se levanta hasta que come al día siguiente, son datos para mí inconcebibles.

Photo by Monika Grabkowska on Unsplash

Siendo España uno de los grandes productores de vegetales  de toda Europa me parece muy preocupante leer noticias como que el consumo de frutas y hortalizas "es una asignatura pendiente", o que "somos vagos" para comer fruta. Desayunar no es imprescindible, cierto, pero para muchos es un hábito clave para tener vitalidad y rendir bien el resto del día. Considerando que encima se suele comer tardísimo -doy gracias por ser autónoma y poder comer a mi ritmo-, no me extraña que tanta gente caiga en las máquinas de golosinas o comprando cualquier producto ultraprocesado de mala calidad cuando el estómago ruge.

De verdad, comer fruta a lo largo del día no es tan difícil. Yo me alegro mucho cuando mi madre me cuenta que desde pequeñitos mi hermano y yo siempre hemos comido fruta sin problemas, quizá es algo que aprendimos ya en casa como algo habitual. Lo curioso es que en los desayunos de los hoteles, cuando está bien preparada y preciosísimamente expuesta, siempre es un éxito; me temo que sí, somos vagos.



Con lo fácil que es comerse una manzana a bocados -y bueno para la dentadura-, partir un kiwi por la mitad o pelar un plátano. Salvo que se tenga alguna minusvalía, no hay excusa para no consumir fruta fresca habitualmente. Claro que el mundo en general no lo pone fácil con la escasa oferta o los precios absurdos -¡fuera del hogar solo se consumen 0,6 kg de fruta por persona al año! Pero eso tiene fácil solución llevándote tu propia fruta donde toque; anda que no han viajado conmigo piezas de todas las formas y colores en el bolso o la mochila.

Si hacéis el test de vitalidad y os dais cuenta de que tomáis menos fruta al día de lo que sería recomendable, probad a salir de la rutina incorporando fruta fresca a todo tipo de platos. En la web Espacio Vitalidad podéis encontrar inspiración para cocinar recetas para todos los gustos, desde el desayuno hasta la cena, además de otras formas de entrenar la vitalidad y adquirir hábitos saludables.



Porque sí, las frutas como el kiwi son estupendas para desayunar, merendar y también son el postre más saludable, pero eso no quiere decir que no podamos hacer platos salados con ellas. De verdad que el ceviche con aguacate y kiwi que tomamos en la Morning Party de El Huerto de Lucas era una absoluta delicia, por poner un ejemplo fácil.

Ahora que ya estamos todos pensando en los menús de Navidad -¿o me equivoco?-, no viene mal recordar que la fruta también tiene cabida en todos los platos. Y los invitados además nos lo agradecerán, por algo siempre triunfan los canapés y aperitivos a base de fruta fresca.
¿Vosotros sois más de tomar fruta tal cual o preferís preparar platos con ella? ¿Cocináis recetas saladas con fruta fresca?



Post con contenido patrocinado - Los comentarios y opiniones son personales
15 noviembre, 2018

Bundt cake jugoso de manzana con un toque de avellana y limón

¡Feliz Día Internacional del Bundt Cake! Que sí, yo también estoy harta de que cada jornada del calendario esté dedicada a una o varias cosas, a cada cual más absurda, pero los más veteranos sabréis que no me suelo perder esta cita. Básicamente porque es una excusa estupenda para hornear un bizcochón-pastel de los que me gustan, sacar mi precioso molde de Nordic Ware e ir poniendo el cuerpo en modo navideño. Esta año toca un jugosísimo bundt cake de manzana con un toque de avellana y limón, y ha entrado en mi top personal.



Los bundt cakes son uno de los dulces americanos que más me gustan, básicamente porque no van recargadísimos y porque enlazan directamente con la repostería centroeuropea. No se deben confundir con el Kugelhopf de panadería -una delicia-, aunque sí se relacionan con él; los germanoparlantes llaman a este tipo de bizcochos Gugelhupf, Guglhupf o Gugelhopf, y ya comprobé el pasado mes de septiembre en Viena que siguen siendo de los favoritos en Austria.

Estoy contenta con este otoño. A nivel personal, al menos -la actualidad mundial y nacional la dejamos para otro día-; a pesar de que mi estado anímico es una montaña rusa llena de loops y tirabuzones, el ambiente otoñal me reconforta y me reconcilia conmigo misma. ¡Cómo echaba de menos pasar frío! Y Madrid en otoño está tan bonito... tengo debilidad por el colorido de la naturaleza, esos árboles que se visten de rojo, amarillo y naranja, y van cubriendo el suelo con camas de hojas secas. 


Además el elfo y yo pudimos escaparnos a mi querida Murcia aprovechando el puente de noviembre; tenía muchas ganas de disfrutar de mi campo sin los 40ºC de verano, con fresquito, disfrutando del solecico, los campos ahora verdes y húmedos después de las lluvias, asando castañas en la chimenea... Incluso disfrutamos de un poco de turismo y relax en Lorca, que tenía pendiente de visitar. Y me ha enamorado la ciudad, para qué negarlo, ¡visita recomendadísima! 

Tengo que saldar todas las cuentas pendientes que arrastro con mi propia tierra. ¿Cuántas veces nos perdemos lo que ofrece nuestra ciudad o región mientras nos obsesionamos por viajar lejísimos? Ahora que vivo fuera, me apetece más que nunca recorrer Murcia de arriba a abajo y verla con otros ojos. Poco a poco :).


De vuelta a Madrid seguimos con días irregulares, de sol, nubes, vientos, frío, de nuevo sol, lluvia, tormentas, nubarrones... ¡me encanta! Ya ni le pregunto a Siri por la previsión metereológica, es más emocionante no saber qué te espera por delante -aunque poco práctico para hacer la colada-. Ayer por la tarde salí a correr pensando que estaba despejado y resulta que en 20 minutos se instalaron nubarrones justo encima del barrio y empezó a llover. Y yo encantada, claro. Qué bien huele el campo con esa humedad de la lluvia.


En cuanto a la receta del bundt cake de este año, estuve dudando si hacerlo más navideño, si retomar la calabaza o hacerlo puramente otoñal. Al final me apetecía volver a la rica manzana, también tan de esta época, que enlaza un poco con la repostería navideña pero que sirve para todo el año. El puré de manzana o compota se puede hacer casero o usar una buena marca comercial, preferiblemente sin endulzar. Con este ingrediente conseguimos una masa jugosa, sabrosa, menos grasa pero con una gran profundidad aromática, tierna y reconfortante. 

Si el elfo no fuera tan tiquismiquis con los tropezones le habría añadido manzana troceada a la masa, o más arándanos frescos, o uvas maceradas junto con algunas nueces o avellanas picadas. ¡No dudéis en hacerlo vosotros si os apetece! Lo genial de estas recetas es que se pueden personalizar y variar de mil formas, así que ya sabéis, a jugar un poco 😏.  El glaseado es muy sencillito y simplemente buscaba el delicioso toque fresco del limón, para redondear el conjunto.



Receta de bundt cake jugoso de manzana con avellana y limón
Inspiración: el National Bundt Cake Day, el otoño y esta receta
Ingredientes para 1 molde grande

- 180 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (yo esta vez he usado I cant' believe it's not butter)
- 150 g de azúcar muscovado fino o panela
- ralladura de limón
- 3 huevos L (de gallinas felices, a poder ser)
- 140 g de queso fresco batido desnatado o yogur natural
- 400 g de puré de manzana
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 150 g de harina de espelta integral
- 100 g de harina de repostería
- 100 g de harina de avena
- 50 g de avellana molida (o almendra)
- 1 sobre de levadura química de repostería
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de jengibre molido
- 1 buena pizca de nuez moscada recién rallada
- 1 buena pizca de clavo recién rallado o de pimienta de Jamaica
- azúcar glasé tamizado  (opcional)
- zumo de limón (opcional)
- arándanos frescos (opcional)

Precalentar el horno a 180ºC y preparar el molde de tipo bundt engrasándolo bien con mantequilla, y espolvoreando harina de avena o de otro tipo tamizada. Sacudir el exceso y reservar.

Trocear la mantequilla y batir con el azúcar y ralladura de limón durante unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando con una espátula, hasta conseguir una mezcla ligeramente esponjosa. Añadir los huevos uno a uno, batiendo después de cada adición. Incorporar el puré de manzana y el queso o yogur con la vainilla y batir un poco más.

Agregar los ingredientes secos tamizados (más o menos, las harinas integrales y la avellana no son fáciles de tamizar) y batir lo justo para incorporar todo. Cuando tengamos una masa homogénea, verter en el molde con cuidado hasta repartirla bien.

Hornear durante unos 55-60 minutos, bajando la temperatura a 170ºC pasados los primeros 20 minutos. Comprobar el punto vigilando que no se queme por fuera, pinchando con una brocheta fina. Debería salir con pequeñas miguitas adheridas.

Esperar fuera del horno unos 10 minutos antes de desmoldar sobre una rejilla, con mucho cuidado. Dejar enfriar completamente. Decorar con un glaseado sencillo combinando un chorrito de zumo de limón y azúcar glasé necesario, añadiendo arándanos frescos si se desea.



¡Que disfrutéis de las tardes otoñales de horno! Pronto comenzará la vorágine navideña y no sé si estoy aún preparada, pero lo cierto es que tengo muchas, muchas ganas del ambiente familiar y nostálgico de las fiestas. Como siempre, a mi ritmo y a mi estilo, que para eso están.
05 noviembre, 2018

II Estudio de Vitalidad - ¿Cómo son nuestros hábitos saludables?



Amanece un lunes lluvioso en Madrid y para mí eso es empezar bien la semana, porque ya sabréis que la lluvia me encanta. Y no solo cuando puedo quedarme trabajando desde casa, también llovió la semana pasada cuando tuve que ir al centro e incluso paseé más de la cuenta, disfrutando bajo el agua. Se presentaban los resultados del II Estudio de Vitalidad Zespri y para ello había montada una morning party en El Huerto de Lucas, un lugar perfecto para hablar de hábitos saludables y probar cosicas ricas.



Si el I Estudio de Vitalidad se presentó en 2017 un día soleado a vista de pájaro de la Gran Vía madrileña, en esta ocasión la lluvia yo diría que hizo el evento más acogedor y familiar. Tenía ganas de conocer el espacio y sin duda volveré a probar su carta o comprar algo en los puestos tan monos de su mercado -ya estoy pensando en llevar a mi madre en unas semanas-; pero es curioso cómo el marco ha sido tan diferente al del año pasado y, sin embargo, yo me sentía con más vitalidad que entonces. Soy una chica de otoño, no lo puedo negar.

Los hábitos vitales de los españoles: aún se puede mejorar



Presentado por Pilar Rubio -tan estupendísima como en la televisión, tan rodeada de cámaras y micrófonos como era de esperar-, el II Estudio de Vitalidad Zespri recoge  los hábitos de los españoles en diferentes ámbitos para analizar cómo influyen en el nivel de vitalidad individual, que nos afecta tanto en la vida personal como en el trabajo o en nuestra relación con los demás.


Está claro que la alimentación es clave para tener una buena salud y también energía en el día a día, pero además es importante cuidar otros hábitos como la actividad física, la vida en pareja y familiar, el ocio, la comunicación con los compañeros de trabajo o los amigos... Todo influye a la hora de sentirnos felices y con energía positiva cada día, cuidando la salud física, mental y emocional.

Volvimos a contar con Mireia Porta -nutricionista-, Patricia Ramírez -psicóloga- y Teresa Baró -experta en comunicación- para presentar los tres puntos básicos que debemos tener en cuenta para alcanzar un buen índice de vitalidad, comentando cómo anda el nivel de los españoles y algunos consejos para entrenarlo y mejorarlo.



El estudio completo podéis consultarlo en www.zespri.eu/espaciovitalidad, destacando algunas conclusiones:

  • El 40% de los españoles no desayuna habitualmente y 1 de cada 4 no toma ningún sólido entre la cena y la comida del día siguiente. Quien me conoce ya sabe que esto para mí es inconcebible, y creo que gran parte de la culpa la tiene la manía de cenar tardísimo y de ir con prisas por la mañana. 
  • Un 80% considera que la fruta es la elección más saludable en el desayuno, pero solo el 8% toma fruta fresca para desayunar. Es decir, tenemos la lección bien aprendida pero pocos la practican. Yo, si no tomo nada de fruta en el desayuno, no soy persona. La necesito más que el café, que ya es decir. 
  • Los que tomamos fruta en el desayuno tenemos un índice de vitalidad mayor. A nivel personal puedo dar fe de ello. Sin fruta me apago.
  • La fruta rica en vitamina C es la mejor valorada, como los cítricos y el kiwi. Además tengo que destacar que son frutas muy ricas en fibra fundamentales para otro asunto muy importante... ir al baño regularmente. No me digáis que no tener una "buena salud intestinal" no es básico para sentirse bien. ¡Puedo hablar por propia experiencia, qué malos son los atascos!
  • Una hora de deporte al día mejora también la vitalidad diaria. Cuanto más te mueves, más energía y felicidad tienes. Otro aspecto más que puedo corroborar. Al principio cuesta, pero pronto coges el hábito y lo necesitas como el respirar.
  • La vitalidad favorece las relaciones de pareja, con menos aburrimiento, más ganas de hacer cosas juntos y mayor predisposición a tener una vida sexual estimulante y plena. Poco más que añadir.
  • Si tenemos vitalidad, rendimos más y mejor en el trabajo, somos más creativos, aprovechamos más el tiempo y tomamos mejores decisiones, mejorando además las relaciones con los compañeros. ¡Qué importante es sentirse realizado y feliz en el entorno laboral! O luego pagamos el mal rollo en casa con quien menos se lo merece... admito que he pecado de ello yo también. 

#EspacioVitalidad



En España se mantiene un índice de vitalidad medio de 7,4, aprobado raspado, aunque yo diría que poco a poco somos más conscientes de la importancia de cuidarnos por dentro y por fuera, dejando a un lado los postureos. Animáos a entrar en www.zespri.eu/espaciovitalidad para hacer el test y comprobar si vuestros hábitos coinciden con la media y qué aspectos se pueden mejorar 😊.

Mi índice de vitalidad ha mejorado respecto al año pasado, ahora ya supero el nivel 8 :D. Podéis comprobar cuál es el vuestro haciendo el sencillo test disponible online en el Espacio Vitalidad de Zespri. Respondiendo a las preguntas ya te vas dando cuenta de qué aspectos podrías mejorar, y una vez obtienes tu resultado recibes consejos para reforzar los hábitos clave de tu vitalidad. Porque la vitalidad se puede entrenar poco a poco, cada día, con pequeños gestos, y lo mejor es que se contagia a los demás. 

¿Qué pequeñas cosas o hábitos os dan a vosotros más vitalidad



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