30 octubre, 2016

Tarta de calabaza al oporto con base multicereales


¿Sabéis otra cosa buena que tiene el otoño? Me reconcilia con el sol. Tantos meses huyendo de él, evitando salir a la calle en las horas en las que más caña da, maldiciendo que tarda tantísimo en irse a dormir, buscando sombras por la calle como desesperados... Pero ahora vuelvo a buscarlo. El gustico que da calentarse al sol una mañana fría de otoño o de invierno, sobre todo después de días de lluvia, es maravilloso. Me gustan las tormentas y disfruto los días de ventiscas y cielos grises, pero también son una maravilla los días soleaños de los meses fríos. Y una tarta de calabaza se disfruta igual escuchando la lluvia o admirando el brillo de luz del atardecer en las hojas de colores que caen sin cesar.

Pumpkin Pie

Aunque tengo que decir que no estoy del todo contenta con las excesivas temperaturas máximas de estos días, demasiado para mi gusto. Ayer tuve que sacar la tarta a la ventana a ver si entraba algo de fresco, porque entre la sesión de horno que me pegué y el calorcico que hacía, el mini apartamento había creado su microclima. Si hasta tuve que meter el pan en la nevera para la última fermentación porque se me iban a descontrolar los tiempos, con el planning de turnos que me había hecho tan estupendo para que entrara y saliera todo a punto! Menos mal que ya me conozco mis masas favoritas y sé cómo se comportan.



Estos días de entretiempo raro con cambios bruscos son curiosos a la hora de observar a la gente. Lo mismo sigues viendo shorts y sandalias que otros ya van con abrigos y guantes. Pero a veces hay cada inconsciente... sobre todo haciendo deporte. Salí a correr en manga corta y casi que eché de menos incluso algo más fresco, mientras me cruzaba hombretones con ¡chaqueta y pantalón largo! Algunos hasta gorro, qué angustia me daba verlos. O igual son de esa gente que piensa que por sudar mucho se adelgaza más -absurdez-, quién sabe. El caso es que creo que hemos sacado la ropa de invierno con demasiada alegría, y el tiempo nos trolea mucho en este país.

Pumpkin Pie

Pumpkin Pie

Bien, mañana es Halloween. Aunque he preparado varias recetas temáticas para Directo al Paladar y alguna otra cosilla, no tenía muchas ganas ni tiempo para volver por aquí con algo de brujas, fantasmas o monstruos. No vamos a hacer nada especial este año pero mi querida y adorada tarta de calabaza no podía faltar. La primera vez que hice una, allá por 2007, ya empecé a asociarla con la noche de brujas, y no me parece mala excusa para seguir esa "tradición". En realidad es un pastel ideal para preparar en cualquier momento del otoño, y por eso es tan típico en las mesas americanas cuando llega Acción de Gracias, dentro de un mes. No descarto repetir.

Pumpkin Pie

Ya tengo varias versiones de la Pumpkin Pie en el blog, y seguiré probando más. El año pasado salió muy rica fusionándola con una tarta de queso, pero esta vez he querido dejar todo el protagonismo a la estrella de la función, la calabaza. Que en realidad, más que pumpkin, es squash, y según los expertos sale más rica si se hace con la carne asada de esta variedad de curcubitácea. Yo estoy de acuerdo, pero es fundamental escurrirla MUY bien para concentrar al máximo el sabor. Es sencillo: se asa hasta que está muy blanda, se saca la pulpa, se tritura y se deja toda la noche sobre un paño de hilo fino encima de un colador.

Pumpkin Pie

En la base podéis usar la que más os guste, desde una masa quebrada hasta la típica flaky de las pies, que se elabora con mantequilla muuuuuy fría y trabajándola lo justo, así queda con un toque hojaldrado. Yo he querido darle ese toque rústico más sabroso mezclando harinas diferentes y ha salido tal y como yo quería. En cuanto al relleno: muuucha calabaza! Además poco azúcar, pero muchas especias para compensar. Y el toque de oporto, que ha dado un aroma delicioso y me temo que voy a usar mucho más a partir de ahora en todo tipo de postres. Me encanta.

Pumpkin Pie

Receta de tarta de calabaza al oporto con base multicereales
Inspiración: mis recetas y ganas de un sabor potene calabacil
Ingredientes para un molde de unos 22 cm

Para la masa:

- 50g de harina de repostería
- 50 g de harina blanca de espelta
- 50 g de harina de centeno
- 25 g de harina de garbanzos
- 25 g de harina de maíz
- 1/4 cucharadita de sal
- 1/4 cucharadita de canela molida
- 5 g de azúcar moreno
- 70 g de mantequilla muy fría
- 100 ml de agua muy fría (aproximadamente)
- avellana o almendra molida

Para el relleno:

- 450 g de puré de calabaza (comprado o asada casera, y escurrida)
- 3 huevos L
- 100 g de azúcar moreno o panela (yo al final he pueso 85)
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de jengibre molido
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- 1/4 cucharadita de clavo
- 1/4 cucharadita de cardamomo
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 1/2 cuchatadita de sal
- 1 yogur natural (125 g)
- 1-2 cucharadas de oporto

Preparar la masa con cierta antelación, para no ir con agobios. Colocar todas las harinas, menos la avellana, con la sal, al canela y el azúcar en un recipiente y mezclar bien. Añadir la mantequilla cortada en cubitos pequeños y trabajar con las manos, estrujando bien, hasta que quede una textura de migas. Añadir agua fría poco a poco para conseguir una masa más o menos homogénea, no muy pegajosa. Lo más sencillo es usar una picadora o procesador de alimentos, la masa sale sola y no hay riesgo de calentarla demasiado.  Envolver en plástico y film y dejar como mínimo 1 hora en la nevera.

Engrasar un molde rizado redondo o de tipo pie. Sacar la masa, estirar sobre una superficie ligeramente enharinada con el rodillo y cubrir el molde. Llevar a la nevera. mientras hacemos el relleno y precalentar el horno a 180ºC.

Disponer en un recipiente los huevos con el azúcar o panela y batir bien. Añadir la calabaza, batir un poco y agregar las especias, la sal y el yogur. Batir bien con la batidora de varillas a velocidad baja, hasta tener una masa homogénea. Incorporar el oporto y mezclar con las varillas.

Sacar la masa y espolvorear por encima avellana o almendra molida. Llevar con la masa de calabaza, igualando bien la superficie. Llevar al horno, sobre una rejilla en la parte baja, y hornear durante unos 45-50 minutos. Vigilar bien que no se queme; bajar la temperatura a 170ºC si se dora demasiado rápido. Pinchar con un palillo, pero no en el centro, para comprobar que sale limpio. Dejar enfriar completamente antes de servir. Mejora de un día para otro.

Pumpkin Pie

Mil gracias a todos los que me habéis dejado vuestras experiencias con el mercado inmobiliario. La cosa sigue poco a poco, con días peores y mejores porque hay cosas muy frustrantes y terminas desanimándote, pero sobre todo queremos tenerlo clarísimo. Que necesitamos movernos lo sabemos, dónde y cómo ya es otra historia. Afortunadamente contamos con apoyo familiar y nos están ayudando mucho, solo con tener otras opiniones constructivas ya es mucho. Y vuestros ánimos también ayudan! Gracias otra vez :).

¿Os gusta la tarta de calabaza? ¿Habéis caído en las garras de Halloween, o mejor os reserváis para huesos de santo, buñuelos y panellets? Sea como sea, ¡pasadlo bien! Espero que el cambio de hora no os haya afectado demasiado ;).
23 octubre, 2016

Roscos de canela y limón [fritos o al horno]

La lavadora termina su último centrifugado -o se prepara para despegar, no lo tengo claro-, el elfo remolonea en el sofá -ya con la manta por encima- y del horno sale un aroma a bizcocho que ya hace soñar con la merienda. Llueve. Nos hemos puesto al día con las series pendientes. El hámster sale a curiosear y descubre un trocito de nuez que le hemos dejado en el tejado de su casita. Me gustan las tardes de domingo de otoño en casa. Son ideales para hornear o tomar un té calentito con algo dulce lleno de especias, como estos roscos de canela y limón.

Roscos de canela

Están siendo unas semanas algo... extrañas. Un poco agobiantes, la verdad. Y es que necesitamos cambiarnos de vivienda ya definitivamente. Nuestro pequeño apartamento de alquiler está más que bien, pero es muy chiquitín y ya va siendo hora de dar un paso adelante. A lo tonto son ya unos cuantos años conviviendo aquí en Madrid, ya he cumplido 30 años y siento un extraño desasosiego interior desde hace tiempo. Necesito un cambio hacia delante, es extraño de explicar.

Roscos de canela

El caso es que llevamos desde final del verano mirando anuncios y visitando pisos sin parar, y es muy frustrante. Si nos sobrara el dinero no habría problema -JA-, pero claro, hay que dejar de soñar con la casa maravillosa que uno se imagina. Hay que tener los pies en el suelo y saber qué es lo que interesa de verdad, pensar en el futuro y verse viviendo allí de verdad. Y poner las cosas en la balanza: precio, situación, comunicaciones, extras... ¡pero no es nada fácil! Y menos tal y como está el mercado en Madrid, porque menudos precios, incluso en segunda mano a reformar... estamos locos. Mis conocimientos en economía son casi nulos, pero miedo me da lo que pueda pasar en los próximos años. ¡En fin, en esas estamos!

Así que apenas tengo tiempo libre porque también he vuelto a clases de alemán, y estoy durmiendo fatal porque tengo un catarro que no se me termina de quitar. Pero el otoño me pone de buen humor, aunque sea en modo nostálgico, siempre en positivo. Salgo a correr con más ganas -mi alivio mental- y enciendo el horno con alegría. Estos roscos son una adaptación de una receta de Betty Bossi, sencillos y ricos, y quedan muy bien tanto fritos como horneados. Ese rebozado de azúcar y canela final es opcional pero... creo que totalmente recomendable, al menos por una vez.

Roscos de canela


Roscos de canela y limón
Inspiración: Betty Bossi
Ingredientes para unas 15- 20 unidades

- 55 g de mantequilla sin sal o variante vegana/sin lactosa, a temperatura ambiente
- 50 g de azúcar
- 1 pizca de sal
- 2 huevos L
- 5 ml de zumo de limón
- ralladura de limón
- 1/4 cucharadita de canela
- 200 g de harina de repostería
- 50 g de harina blanca de espelta (o usar más harina común)
- la punta de un cuchillo de bicarbonato sódico
- aceite de oliva o girasol para freír (opcional)
- 4 cucharadas de azúcar moreno o panela
- 1 y 1/2 cucharaditas de canela
- mantequilla o leche

Cortar la mantequilla en cubitos y batir con batidora de varillas para dejarla cremosa. Añadir el azúcar y la sal, y batir hasta incorporar. Añadir los huevos, batiendo bien, y el limón. Procurar no agregar parte blanca de la ralladura de la piel.

Incorporar la canela, la harina y el bicarbonato, y mezclar hasta tener una masa homogénea. Envolver en plástico film y dejar enfriar en la nevera 30 minutos como mínimo. Precalentar el horno a 180ºC o ir preparando un cazo amplio con abundante aceite. Mezclar también en un cuenco el azúcar y la canela del rebozado.

Sacar la masa, estirar sobre papel sulfurizado o una superficie ligeramente enharinada y dejar un grosor de unos 4 mm. Sacar los roscos con un cortador tipo dónut, o con un par de vasos o aros de emplatar. Continuar hasta terminar con la masa (yo además saco los agujeros y los horneo también).

Freír por tandas a unos 170-175ºC, hasta que se doren por ambos lados, dejando reposar sobre papel de cocina. O, como es el caso de los roscos de las fotos, hornear en una bandeja durante 12-15 minutos. Si los hemos horneado, pintar todavía calientes con mantequilla fundida o leche. En ambos casos, rebozar con el azúcar y la canela.

Roscos de canela

Ya os iré contando avances -espero que los haya- en el asunto búsqueda de vivienda. Al menos estamos entretenidos, sobre todo cuando toca ver los pisos con los actuales inquilinos todavía viviendo dentro -no me gusta nada, qué incómodo!-.

¡Feliz final de domingo e inicio de semana!
16 octubre, 2016

Bürli, panecillos suizos. Receta para el Día Mundial del Pan

¡Feliz Día Mundial del Pan!

Un año más vuelvo puntual a mi cita con todos los amantes de la panadería para celebrar nuestra pasión por el buen pan. Yo no podría vivir sin pan, lo siento pero me niego a renunciar a él. Al pan bueno, de calidad, elaborado con buenos ingredientes y siguiendo la tradición de los maestros panaderos de verdad. Un oficio que me parece tremendamente sacrificado y que admiro muchísimo, hoy es un día para homenajearles a ellos también. Este año además vuelvo a mi querida suiza con uno de mis panes favoritos del pequeño país, Bürli, unos panecillos muy populares.

Bürli - Swiss bread

Si me seguís desde hace tiempo sabréis que empecé a indagar en esto del mundo del pan casero en los inicios de este blog, justo el primer año que Zorra lanzó su iniciativa de celebrar el World Bread Day. Poco a poco me fui dejando atrapar por todo lo que rodea al proceso de elaborar pan en casa, y cuando me mudé a Madrid preparé mi primera masa madre de forma seria. Y la muy campeona sigue conmigo, casi seis años después, aguantando en la nevera largos periodos de inactividad para volver a regalarme panes maravillosos cuando la despierto.

Bürli - Swiss bread

Me queda mucho por aprender y me encantaría poder dedicar tiempo en serio a todos los secretos del pan artesano, de la masa madre, de porcentajes, técnicas de amasado y fermentaciones, pero por el momento estoy muy contenta con los resultados de andar por casa que consigo. Tengo mis recetas fetiche infalibles que nunca me fallan, y de vez en cuando me animo con recetas nuevas. No siempre es obligatorio usar masa madre, me gusta probar recetas solo con levadura para animar a más gente a probarlas, y esta es una de ellas.

Bürli - Swiss bread

Es probable que mi amor por el pan venga del lado suizo de la familia. Cuando yo era pequeña esto del pan de calidad no era todavía una tendencia en España, y por desgracia el pan de verdad apenas era apreciado por la gente. Todavía queda mucho camino por recorrer en cuanto a desterrarlos panes de fábrica que parecen de plástico o de cartón, pero afortunadamente cada vez surgen más emprendedores que apuestan por pan-pan, y más público que sabe disfrutarlo. A mí me fascinaba ir a Suiza y encontrarme panes tan maravillosos incluso en el supermercado del pueblo, con formas y sabores tan diferentes a lo que yo estaba acostumbrada.

Bürli - Swiss bread

Años más tarde empecé a investigar sobre los tipos de pan que hay en Alemania, Austria y Suiza, y descubrí que mi otra patria tiene un patrimonio cultural del pan impresionante, para ser un país tan pequeño. Por supuesto que se encunetran panes muy similares en centroeuropa, con algunas características comunes, pero hay muchas regiones que guardan su variedad especial. El Zopf, la trenza ligeramente dulce típica de los desayunos de los domingos, sigue siendo de mis favoritos, pero hay otro pan que me gusta mucho desde cría y que va más a la rama rústica de los panes.

Bürli - Swiss bread

No sabía que era una variedad específica pero sí me di cuenta de que era un pan muy típico para acompañar las salchichas de los festivales y barbacoas de verano. Los Bürli son unos panes en tamaño de panecillos grandes que se hornean por parejas, junticos para que se unan en el horneado, y luego se separan una vez fríos. Deben tener una corteza oscura, crujiente y craquelada, con una miga tierna y fresca, rústica pero sin ser densa. La textura de estos panes y su sabor los tenía grabados en mi memoria, y volvieron a renacer este verano cuando me lancé a comprarlos en una panadería. Me comí uno entero, solo, en el momento.

Bürli - Swiss bread

Así que he aprovechado este Día Mundial del Pan para probar una versión casera. Recopilando diferentes recetas que he visto por la red al final he conseguido lo que tanto ansiaba, mi receta de Bürli caseros sin complicaciones, muy similares a los panes de mi memoria. El miércoles pasado, mientras llovía y el elfo estaba fuera jugando a Magic, se hizo el milagro en casa y volví a disfrutar muchísimo horneando pan. Y devorándolo después, por supuesto.

Bürli - Swiss bread

Receta de Bürli, panecillos suizos
Inspiración: mi amor por el pan y Suiza, receta ideada por mí a partir de otras de la red
Ingredientes para 6 unidades (3 parejas)

* Prefermento:
- 120 g de agua
- 2 g de levadura fresca de panadería
- 160 g de Ruchmehl (harina "rústica", sustituir por harina tipo candeal)

* Masa final:
- 220 g de agua
- 9 g de sal
- 6 g de levadura fresca de panadería
- 200 g de harina de fuerza
- 150 g de Ruchmehl (o harina candeal)
- todo el prefermento

El día antes mezclar todos los ingredientes del prefermento hasta obtener una masa homogénea pegajosa. Dejar a temperatura ambiente, tapado, durante 2 horas. Llevar a la nevera y dejar reposar como mínimo 10 horas, mejor 12.

Sacar de la nevera y dejar que se atempere un poco. Mezclar con 100 g de agua para aligerar el prefermento y combinar el resto de ingredientes en un recipiente mediano. Añadir el prefermento y mezclar. Tapar y esperar 30 minutos.

Amasar hasta tener una masa homogénea, lisa y elástica, húmeda. Se puede hacer también con amasdos cortos estilo Dan Lepard, o todo de corrido. Dejar en un recipiente ligeramente engrasado, tapar y esperar a que doble su tamaño. Pasada la primera media hora, hacer unos pliegues estilo amasado francés.

Dividir la masa en 6 porciones del mismo tamaño (recomiendo pesarla entera y calcular el peso de cada unidad). Formar pequeñas bolas y colocarlas por parejas juntitas en una bandeja cubierta con papel de hornear. Sí, mi papel está ya en las últimas, es que lo reaprovecho todo lo posible :P. No sobrevivió a ese horneado, tranquilos.

Espolvorear un poco de harina, tapar con un paño limpio y dejar que doblen su tamaño. Cuidado que suelen tardar poco. Mientras precalentar el horno a 230ºC, con una bandeja de metal en la parte inferior.

Hornear echando agua fría en la bandeja para crear vapor. Bajar la temperatura a 200ºC cuando pasen 20 minutos. Continuar el horneado hasta cumplir unos 50-60 minutos. Los panes tienen que estár oscuritos por fuera y sonar huecos en la base. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Bürli - Swiss bread
Es típico comerse los Bürli a pellizcos, un poco a lo bruto, como decía antes acompañando una barbacoa o algo así. Pero abiertos con cuchillo para preparar bocadillos también son deliciosos. Están más ricos el mismo día, porque la corteza ofrecerá todo su crujir, pero aguantan bien hasta el día siguiente. Además se pueden congelar envueltos en plástico film cuando se hayan enfriado.

¿Vosotros habéis horneado algo especial hoy? ¿Habéis cogido ideas para darle caña a las harinas este otoño? Animáos con el pan casero o apostad por panes de calidad, seguro que en vuestra ciudad o pueblo hay panaderías y hornos que merecen la pena :).

¡Aquí tenéis todos los panes publicados en el blog!

14 octubre, 2016

Curry de calabaza y mango con castañas [Ansiada lluvia]

En ocasiones me da un poco de rabia que, en ciertas cosas, el elfo y yo tengamos gustos muy diferentes en la cocina. Pero cuando preparo una olla como la de este de curry de calabaza y mango con castañas se me pasa, ¡toda para mí! Obviamente no me la comí en una sentada -casi-, así que me ha venido genial para disfrutar la receta al máximo estos días de, por fin, otoño real. ¡Con lluvia y todo! Ni si quiera me importa tanto el catarrazo y el dolor de garganta con el que me he levantado hoy.

Pumpkin mango curry with chestnuts

La temporada oficial de calabaza ya ha empezado y no es lo único que he estado cocinando con mi maravillosa hortaliza. De hecho, al limpiar el congelador saqué las últimas reservas de puré de calabaza del año pasado y aproveché para hornear; pronto compartiré la receta por aquí. El caso es que una de mis combinaciones favoritísimas, cuando se trata de platos de cuchara calabaciles, es con especias de curry y mucho jengibre, comfort food del bueno. Además es mi base predilecta para añadir lo que más me apetezca en ese momento, por ejemplo tofu salteado, langostinos cocidos, queso, huevo duro picadito, pan tostado, etc.



En esta ocasión el toque especial lo pone el delicioso mango que enriquece la salsa con un sabor un aroma maravillosos, dando un toque tropical a un plato tan otoñal y hogareño. Bueno, tropical sí, pero son mangos nacionales, además de una calidad buenísima. Fueron un regalo del fantástico equipo de Exotic Fruit, que trabajan en Málaga produciendo un buen surtido de frutas tropicales que son un manjar. Sus aguacates son otra maravilla, en serio. ¡Gracias por el regalazo!

Y claro, la bajada de temperaturas y la lluvia ha traído el antojo de castañas. En realidad se me despertó unos días antes, aún con calorcillo, cuando me vino el aroma de la primera castañera que me he cruzado este año mientras hacía unas gestiones por la calle. No era el momento de comprar castañas pero ese aroma... ay, ese aroma! Así que, cuando conseguí unas castañas recién cogidas, las preparé para añadirlas al plato. Mi amada calabaza es que va bien con todo :).

Pumpkin mango curry with chestnuts

Receta de curry de calabaza y mango con castañas
Inspiración: ¡el otoño!
Ingredientes aproximados para 2-4 personas

- 1 calabaza tipo butternut mediana
- 1 trocito de jengibre fresco (o trozaco, al gusto)
- 1 cebolla dulce o 2 cebolletas
- 1 tallo de apio
- 1 cucharadita de mezcla de especias de curry
- 1 cucharadita de cúrcuma
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de semillas de  mostaza
- 1 cucharadita de semillas de cilantro
- 1/2 cucharadita de ajo granulado
- 1/4 cucharadita de pimentón
- 1 pizca de pimentón picante o cayena
- 1 pizca de canela
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de cardamomo
- 1/2 taza de puré de mango o 150-170 g de mango pelado
- 200 g de tomates en conserva (si son caseros como los míos, ¡mejor!)
- 1 limón
- salsa worcestershire
- vino blanco
- caldo de verduras o agua
- 1 puñado de castañas peladas
- 3-4 manojos de brotes de espinacas
- aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- sal

Empezar preparando todas las verduras. Pelar la calabaza, retirar las semillas y cortar en cubos. Picar el apio y la cebolla. Trocear el mango en cubos sin la piel ni el hueso. Pelar y picar o rallar el jengibre. Machacar un poco las semillas de mostaza y las de cilantro.

Colocar todas las especias en una olla o cazuela con un poco de aceite de oliva y calentar hasta que suelten su aroma. Añadir el jengibre y la cebolla, y remover bien. Salar ligeramente y dejar que se poche un poco. Incorporar el apio, dar unas vueltas y agregar el tomate. Machacar para deshacerlo un poco.

Echar la calabaza, dar un golpe de pimienta y remover a fuego fuerte. Echar zumo de limón y salsa worcestershire al gusto. Regar con el vino y dejar que evapore el alcohol. Incorporar el mango, remover bien y cubrir con caldo o agua. Agregar las castañas, bajar el fuego y dejar cocer hasta que la calabaza esté muy, muy tierna.

Vigilar el nivel de líquido y corregir de sal. Si el mango no era muy dulce, quizá hará falta un toque de azúcaro miel. Echar las espinacas al final, con el fuego apagado, tapar y dejar que se cocinen con el calor. Remover bien y servir al gusto.

* Notas:

- Yo tenía dos mangos muy maduros -a propósito- que trituré para conseguir un puré meloso, dulzón y muy aromático. Si no tenéis la suerte de disponer de lo mismo, usad un mango en su punto que tenga buen aroma, troceado en cubos pequeños. Buscad mangos nacionales siempre que sea posible.
- Las especias van un poco al gusto de cada uno. Yo normalmente las echo a ojo, la verdad.
- Se pueden usar castañas ya cocidas o inluso congeladas, ajustando los tiempos en la olla.

 Pumpkin mango curry with chestnuts

Ay, que ha salido el sol. Bueno, me viene bien para ir a la compra ahora, pero que no vuelvan a subir más las temperaturas, por favor. Ya he guardado, definitivamente, toda la ropa de verano. Me encantan los jerséis finitos y las chaquetas de entretiempo :).
¡Buen fin de semana! Recordad que el domingo tenemos una cita gastronómica especial :D.

09 octubre, 2016

Crumble de ciruelas con frutos secos y tomillo [sin harina]

Son pasadas las 7.30 de la mañana de un domingo de otoño, aunque de otoñal me temo que aún tiene poco. No, no me acabo de levantar, de hecho ya he desayunado y me ha dado tiempo a ver un capítulo de Las Chicas Gilmore tranquilamente, y es que llevo una temporada que ya no leo las noticias para arrancar el día. Vivo mucho mejor. Bueno, viviría mejor si el taponamiento de nariz que tengo esta semana me dejara dormir más, pero qué le vamos a hacer, me he acostumbrado a los madrugones. Eso sí, es raro que a estas horas todavía parezca noche cerrada, cuando hace apenas poco más de un mes amanecía en Suiza a las 6 ya con la luz del sol abriéndose paso.

Healthy plum crumble

Como cada domingo, en un rato -a horas de persona más normal- vendrá a buscarme mi suegra para ir al mercadillo, donde nuestro puesto de confianza nos espera con fruta y verdura de primerísima calidad. Me encanta esta época porque siguen las últimas frutas de verano tardío -¡qué melocotones!- y se mezclan con las primeras de otoño. Ahora mismo estoy aprovechando al máximo las ciruelas y los higos que quedan, porque pronto desaparecerán hasta dentro de muchos meses. Y aunque me encantan devorarlos al natural, especialmente para arrancar el día, ya sabéis que intento cocinar y hornear con mi fruta de temporda favorita. El otro día fueron higos, hoy toca ración de ciruelas, un crumble sin harina, con muchos frutos secos y su toque aromático especial que hace que huela a gloria al hornearse. Una versión un poco más sanota del crumble típico para los que busquen el protagonismo de la fruta con un toque crujiente y nutritivo.

Healthy plum crumble

Healthy plum crumble

Iba a comentar alguna cosa de la actualidad reciente, pero sinceramente, no tengo ánimos para hacerlo. Ayer se me revolvió el estómago con la noticia del día desde EEUU, el panorama político nacional es para llorar de la vergüenza, la corrupción sigue al día con su marcha habitual, la actualidad que llega desde otros países nos puede sumir en la desesperanza absoluta y, mientras tanto, aquí todo se paraliza porque Jamie Oliver le echa chorizo a la paella en su versión de la receta. Qué cansinismo de todo de verdad, cómo si fuera novedad que a los extranjeros les gusta poner chorizo a cualquier cosa.

Healthy plum crumble

Acabo de borrar un párrafo sobre el asunto. He decidido que paso del tema totalmente, me aburre y me cansa. Tampoco hay mucho más que comentar, la verdad. Solo tengo cierta curiosidad por saber qué nuevo tema chorra se convertirá en viral próximamente. Vivimos tiempos extraños. Prefiero seguir desayunando viendo series amenas donde puedo evadirme un rato antes de enfrentarme al mundo.

Healthy plum crumble

Receta de crumble de ciruelas variadas sin harina
Inspiración: fruta de temporada y mi pasión por los frutos secos crujientes
Ingredientes para 2 raciones

- 2 ciruelas moradas
- 2 ciruelas amarillas
- 1 ramita de tomillo
- 1 pizca de canela
- 1/2 limón
- 25 g de copos de avena finos
- 10 g de avellana molida
- 10 g de almendra cruda en bastones o laminada
- 5 g de semillas de lino
- 5 g de crema de cacahuete sin azúcar
- 2 cucharadas de panela (o más, al gusto)
- 1/2 cucharadita de mezcla de especias
- 1 pizca de sal
- 10-20 g de "mantequilla" (vegetal, sin lactosa, de coco, normal... al gusto)

Precalentar el horno a 180ºC y engrasar un par de cazuelitas. Lavar la fruta y cortar en gajos, retirando los huesos. Distribuir en ambos recipientes, dar un toque de zumo de limón, canela y tomillo, y hornear unos minutos hasta que la fruta empiece a soltar jugos.

Colocar el resto de ingredientes en un cuenco, añadiendo la mantequilla (o variante) en trocitos. Estrujar hasta tener una mezcla muy ligeramente húmeda. Se puede echar más mantequilla al gusto; obviamente saldrá más rico si agregamos más.

Cubrir las cirulas con la mezcla del crumble y hornear hasta que esté bien tostadito y burbujeen jugos de la fruta, unos 20 minutos. Servir calentito tal cual, con salsa de vainilla, yogur, helado, nata, queso crema o lo que nos apetezca.

Healthy plum crumble

Rayos, ya amanece y volvemos a tener cielo despejadísimo. Me empieza a aburrir, quiero algo de tiempo otoñal, jo. Lluvia, ¿dónde estás? ¿Cómo vamos a tener buenas setas si seguimos así? ¡Quiero perder de vista la ropa de verano de una vez! En fin, disfrutemos de este domingo soleado, que además hay fiestas en el barrio. ¡Pasadlo bien!
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