Suiza' 09 - Comidas familiares

Teniendo aún pendiente la reseña gastronómica de Praga, prefiero dedicar parte del tiempo libre de estas fiestas al último viaje a Suiza del pasado verano, antes de que también se me quede tan retrasado. Y cómo no, al igual que el viaje anterior, vuelvo a comenzar por las magníficas comidas que pudimos disfrutar gracias a la amabilidad de nuestros anfitriones, familia y amigos que siempre están dispuestos a ofrecernos su hogar y hospitalidad cuando aparecemos de visita cada dos años. Nos tratan y alimentan tan bien que no me extraña que cada vez que vuelvo a Suiza salga más enamorada de mi segunda patria y cada vez añore más regresar.

Antes solíamos alojarnos en la casa de mis tíos, cerca de Basilea, pero cuando mis primas se independizaron se les quedó tan grande que se mudaron a otro bonito lugar pero de dimensiones más razonables; por tanto sin sitio para nosotros. Por eso ahora nuestra "base de operaciones" está en la casa de mis abuelos, cerca de Zürich, un hogar precioso que simplemente adoro, tanto la casa como el pueblo y los bosques y prados de los alrededores. Allí, a quien realmente considero mi tercera abuela, comparte desde que mi abuelo nos dejó su día a día con el perro más lleno de energía que he visto nunca, y nos agasaja siempre con unas comidas caseras deliciosas.

Su pastel de verduras gratinadas es ya un clásico.




Semmelknödel con salsa casera y pinchos de carne con especias.


Salmón con patatas fritas en cubitos y calabacín de la huerta de casa.

No puede faltar la visita al mejor amigo de mi padre, con esa súper casa que poco a poco va reformando, esas cenas en la azotea con vistas maravillosas, y esa deliciosa cocina casera mezcla de tradición italo-suiza.


Rollitos de bereneja rellenos de salsa de tomate casera.


Pasta fresca rellena de verduras con salsa de nata sin lactosa ^^

Y tuvimos la suerte de coincidir en nuestra semana en Ascona, con otros amigos de mis padres que tienen una casita adorable de vacaciones muy cerca. Los alrededores del Lago Maggiore, que Suiza comparte con Italia, están salpicados de pueblecitos muy volcados al turismo o vacaciones, y se reparten por una geografía bastante accidentada, pues el lago está enmarcado por conjuntos montañosos. Su casa está en lo alto de uno de esos puntos y las vistas son espectaculares.

Y la cocina, por supuesto, magnífica.

Aperitivos de queso suizo.


La masa parece hojaldre pero no lo era, y el relleno era de pescado pero no de atún ni nada de lata... no sé explicarme bien pero estaba muy bueno; se sirve caliente y se comen decenas sin darse uno cuenta :P




Con risotto sin lactosa :D


Qué rico aroma desprende la salvia fresca.


Tarta de manzana y canela casera.


La calidad no es muy buena, no tenía trípode, pero vale como ejemplo de las vistas
.

Esto es sólo una muestra de lo que pudimos disfrutar; si es que nos tratan de maravilla :-)
Muchas gracias a todos!