En la casa del campo teníamos un albaricoquero precioso que cada año nos regalaba varios kilos de fruta (le caían las ramas al suelo, al pobre). Pero por desgracia, hace un tiempo comenzó un lento declive, hasta que mi padre tuvo que arrancarlo definitivamente. Maldito suelo pobre y seco.
Por suerte tenemos amigos estupendos, con una casa en otra zona de la Región, donde se pueden encontrar lugares preciosos y verdes, donde espero que no lleguen jamás las malditas constructoras de resorts e inmobiliarias que nos invaden por aquí. Uy, que me desvío... el caso es que nos regalaron una caja enorme llena de albaricoques tremendamente dulces, tiernos y llenos de sabor; un vicio absoluto. Una semana nos han durado. Pretendía hacer una mermelada o compota, pero ha sido imposible :P
Lo que no podía faltar es la tarta de albaricoques que cada año prepara mi padre por estas fechas. No tiene ninguna complicación, pero a mí me encanta sobretodo por los recuerdos que me trae el aroma que sale del horno de cuando era pequeña.
Como no es muy dulce, mis padres suelen tomarlo como cena. Yo me guardé un trozo para el postre del día siguiente, y esta vez lo espolvoreé con canela y cilantro seco molido :D
Pongo los ingredientes de la receta original, y las cantidades que suele usar mi padre entre paréntesis. La masa que compramos de hojaldre da para más de una tarta así que aumentamos las proporciones. Se puede modificar perfectamente a ojo al gusto de cada uno.
- 200 gr de masa de hojaldre (1 paquete)
- 50 gr de almendra molida (75 gr)
- 50 gr azúcar blanco (un poco menos, estos albaricoques son muy dulces)
- 30 gr de clara de huevo (1 clara de huevo grande)
- 3 cucharadas de Kirsch (4-5 cucharadas)
-200 gr de albaricoques (unos 300 gr)
- 20 grde mantequilla derretida (un poco a ojo)
- 1 yema de huevo
Descongelar el hojaldre (si se usa congelado) y precalentar el horno a 200ºC.
Trabajar el hojaldre amasando un poco con algo de harina; extender con un rodillo y forrar un molde redondo grande o un par más pequeños, doblando sobre sí misma la masa del borde. Mezclar en un cazo la almendra molida con la clara y el azúcar (sin batir); poner al fuego bajo un poco para que se haga consistente. Dejar enfriar unos minutos y añadir el Kirsch. Rellenar los moldes con esta masa repartiéndolo homogéneamente sobre el hojaldre.
Lavar y cortar los albaricoques en gajos, retirando los huesos; colocarlos sobre la tarta. Verter un poco de mantequilla derretida -no muy caliente- sobre la fruta, y pintar el borde de la masa con la yema de huevo batida. Hornear a media altura durante unos 20 minutos.
Se puede servir tanto caliente como frío. Se puede conservar bien en la nevera un par de días, y calentar un poco en el horno o microondas para tomarlo caso como recién hecho.
Estupenda esta receta de tu padre. Si que da gusto comer la fruta directamente del árbol y en su momento justo de maduración. Se ve deliciosa.
ResponderEliminarUn saludo
Ayer estuve en la patria de los albaricoques austríacos. Aún estaban verdes, pero me apunto tu receta para cuando estén maduritos... mmmh...
ResponderEliminarBesos.
Con albaricoques de casa???? que ricos.....ummmmm
ResponderEliminarHola Akane:
ResponderEliminarQue rico todo, que delicioso. Tengo para ti una cosita en mi blog que sé te va a gustar, espero que vengas a por ello. A mí me ha hecho mucha ilusión, me llega desde la India de la mano de Swati que tiene un blog de tartas espectacular. Besos
Hola Akane!!!
ResponderEliminarMe encanta esta tarta, y dentro de póco la haré.
Pero la 1ª receta que te voy a coger prestada es la de las chocolate chips cookies.....a ver si esta vez me salen buenas.
saludos,
dolores