Vuelvo de nuevo a nuestro último viaje a Suiza para llevarnos por un momento a un lugar que tiene poco de gastronómico, pero que me encanta: el Zoo de Zürich.
Cuando era pequeña lo que más me gustaba del mundo eran los animales; tenía (y sigo teniendo) un montón de juguetes de animalitos y muchísimos libros relacionados con la naturaleza. Y no solamente cuentos, yo pedía guías de mamíferos, pequeñas enciclopedias de fauna ibérica, y cosas similares. Mi ingenua intención infantil era llegar a ser veterinaria, pero me temo que soy incapaz de ver demasiada sangre, interiores de cuerpos o trastear con jeringüillas (mi primer gran mareo lo sufrí al llevar a mi perra con 10 años al veterinario de urgencia porque otro perro le había mordido; ver la herida casi me deja en el suelo). Y luego fui tirando hacia las letras casi sin darme cuenta...
Pero es una pasión que no he perdido y en cierta manera me conecta un poco con mi niñez. Mi padre es otro enamorado de la naturaleza y los animales, y bueno, toda la familia lo somos en cierta manera. Así que cuando salíamos de viaje era parada obligatoria la visita a los zoológicos o parques naturales que se nos pusieran por delante. Y uno de los primeros de los que tengo recuerdos es el Zoo de Zürich, al que continuamos acudiendo en cada nuevo viaje a Suiza.
El verano pasado tuvimos un día libre sin nada en la agenda, y se me ocurrió sugerir volver al Zoo, ya que habían pasado varios años desde la última vez. Para mi sorpresa, a todo el mundo le gustó la idea, así que volvimos a pasar un día familiar fantástico en este lugar que guarda tantos recuerdos para mi.
No es un zoológico excesivamente grande, pero tampoco pequeño. Me resulta cómodo de visitar por la organización de sus caminos y paseos, y es sobretodo muy, muy bonito y agradable. Está todo lleno de vegetación y los recintos de los animales cada vez se cuidan más. Es un trabajo que este zoo se toma muy en serio, que los animales estén verdaderamente a gusto, en un hábitat lo más confortable posible, sin que importe si es difícil verlos para los visitantes. Hay que tener paciencia y buen ojo para poder vislumbrar a muchos de ellos, y a veces ni eso, pues si deciden que no quieren que se les vea, no se les ve.
Hay bastante polémica detrás del asunto de los zoos. Yo he visitado muchos y tengo claro que los animales no merecen estar enjaulados nunca, que deberían poder vivir libres en sus tierras. Ahora bien, es cierto también que un zoo tiene su parte positiva, como lugar de investigación y estudios, como centro de divulgación y enseñanza y como espacio de protección y reproducción de ciertas especies en peligro. Lo esencial, como ya he dicho, es que prime la seguridad y bienestarde los animales, y nunca poner por encima a los visitantes.
El Zoo de Zürich es un buen ejemplo ya que a lo largo de los años no ha dejado de remodelar sus instalaciones y de albergar sólo a aquellos animales que mejor puedan estar (por ejemplo, no hay delfines, ni espectáculos de ningún tipo) y de la mejor manera posible. Participa en programas de protección de ecosistemas, cría de especies en peligro y reinserción en la naturaleza, colaborando con muchos proyectos a nivel local e internacional. Su gran objetivo es sensibilizar y educar a los visitantes por los problemas que vive la naturaleza hoy, y cómo podemos protegerla. Es uno de los zoos más modernos del mundo y se rige bajo los principios de la estrategia de conservación de la naturaleza de la Asociación Mundial de Zoos y Acuarios (WAZA).
Es un lugar fantástico para ir con niños, pero de mayores también se disfruta : ) Si se tiene una buena cámara y un poco de paciencia, se pueden conseguir además fotos muy bonitas. Os dejo con algunas de las que conseguí sacar con un teleobjetivo, aunque fue un día nuboso.
Y además hace unos años inauguraron un espacio increíble, el Masoala Regenwald, o la Selva Masoala. Un recinto totalmente cerrado de 11.000 metros cuadrados que alberga una recreación de la selva tropical, con su clima, su humedad, su vegetación y muchas especies animales, particularmente aves, que viven libres allí dentro. Es un sitio precioso, impresiona cuando se entra y se avanza por sus caminos, pues en medio no se ven los límites y parece que te hayas transportado realmente a la selva.
Que bonito post nos has regalado ¡¡¡ Unas fotos preciosas y un paseo fantástico. Un fuerte abrazo + buen finde, Teresa
ResponderEliminarMe encantan los bambis... un día con plan alternativo, hace un par de años estuve en Faunia y me encantó, no iba con primos ni niños pequeños... pero difruté como la que más :) Te recomiendo Cabárceno (Cantabria) para ver bichillos en semicautividad. A mí me encantan las vacas, hubo un tiempo en que si la gente no sabía que regalarme, era una vaca... de peluche, o en cualquier forma (menos de verdad, por dios! mi pisito no lo habría soportado)
ResponderEliminarEn casa de herrero, cuchillo de palo. Sabes que nunca he ido al Zoo de Zürich.
ResponderEliminarTus fotos estan muy buenas.
Disfruta. Un beso!
Que bonita entrada...y que preciosidad de fotos!
ResponderEliminarBesos!
qué fotos tan bonitos y hablar de nuestros recuerdos bonitos es tan bello... mira, después de esta entrada me alegro que "te hayas ido por las letras"...
ResponderEliminarBesos
Gracias por compartir tu viaje con nosotros por un momento he pensado que estaba allí mismo disfrutando con todos estos animales. Qué fotos más buenas!
ResponderEliminarSaludos,
Creo que nadie te lo ha dicho todavía... qué fotos más maravillosas!! :P Dentro del formato "zoo" los hay con animales en verdadera cautividad, enjaulados y mal cuidados (tengo recuerdos espantosos de mi visita al zoo de Madrid, aunque fue hace ya bastantes años, también es verdad) y otros que se preocupan por crear un espacio adecuado para los animales, donde puedan moverse con libertad y su hábitat se asemeje más a su lugar de origen. Aquí en Tenerife existe el LoroParque, que es una especie de zoo que empezó con ejemplares de aves y plantas y ahora tiene decenas de especies: delfines, focas, pingüinos, tigres, tortugas, simios, cocodrilos, peces... En este sí que hacen shows con cetáceos y otros animales, pero también tienen una fundación para promocionar su invesigación, cuidados, la reproducción de especies protegidas y la educación ambiental. Quieras que no, eso ofrece un poco más de confianza a la hora de pensar que cuidan bien a sus ejemplares, aunque estén en cautividad.
ResponderEliminarMuy bonita tu entrada :)
saluditos!
Que post mas delicioso, en cuanto llegue a casa se lo enseñaré a mis hijas, que le encantan estas cosas.
ResponderEliminarMil gracias por todo!!!y un beso
Una entrada 10.
ResponderEliminarun besote
Qué fotos tan bonitas, yo hace años que no piso el zoo y de niña me encantaba.
ResponderEliminarBesos