Hoy, último día de septimebre (al fin!) es fecha de publicación de la receta de septiembre para el reto Film&Food, tras un pequeño descanso estival. La película elegida ha sido Hook, porque el tema del mes es, como no podía ser de otra forma, la vuelta al cole. Nos pedían compartir una receta que nos transportara a nuestra niñez, un plato que recordemos con especial cariño de esa época. Como siempre, me ha parecido una idea genial ^_^
Hook es una de las películas que con más cariño recuerdo de mi infancia. Toda la temática del cuento de Peter Pan me encantaba, y pedí a mi madre que me llevara al cine cuando la estrenaron. Conservo recuerdos escasos de ese día porque tenía sólo 5 añitos, pero sé que me encantó. Más tarde fue un regalo de Navidad cuando la editaron en VHS y mi hermano y yo la revisionamos decenas de veces. Es una película de aventuras genial para los niños, aunque tengo que reconocer que no aguanta tan bien una revisión posterior siendo ya adulto, aunque conserva parte de esa magia que significaba ser niño.
Es que una de las cosas que más aprecio de la cocina y la gastronomía en general, es el poder evocador que tiene en nosotros. Los sabores y aromas que nos acompañan a lo largo de la vida se quedan en nuestra memoria, aunque sea de forma sólo sensorial, y los ligamos a recuerdos, experiencias, imágenes, sensaciones... Y si hay una época en la que todo esto es mucho más fuerte, es sin duda la niñez.
Estuve dándole vueltas a la receta con la que podía participar... ¡y no se me ocurría nada! No daba con un plato especial, que realmente me trasladara a esos años, que nunca lo hubiera preparado... Hasta que los recuerdos me llevaron a Suiza.
Los Semmelknödel no son otra cosa que "bolas de panecillo" (traducción literal). Una especie de albóndigas cuyo ingrediente principal es la miga de pan tierno, y que son típicas en muchas zonas de Centroeuropa. En Praga por ejemplo recuerdo verlas en muchísimos restaurantes, con distintas variantes (también las hay de patata, harina, con otros ingredientes...). Yo intuyo que es herencia de épocas en las que había que aprovechar cualquier producto para conseguir alimentarse bien con energía en los duros inviernos europeos, pues además de poder aprovechar restos de pan son un alimento muy energético, muy saciante, que además "pide" ser acompañado de un buen guiso con sustancia.
Esta es una receta de mi abuelo, Eric, el padre de mi padre (suizo) que era austriaco descenciente de checos. Recuerdo la primera vez que él y Ruth nos sirvieron este plato, acompañado de un buen goulash; mi hermano y yo nos quedamos encantado con esas "bolas". Se convirtió en una comida fija cada vez que ibamos a verles o ellos venían a España, y mi padre heredó la receta. La primera vez que lo preparó recuerdo que no consiguió que conservaran su forma esférica y aquello parecía cocina deconstruida, pero pronto le pilló el truco. En los inicios de mi blog publiqué la receta con fotos del paso a paso mientras él las cocinaba, pero esta vez me tocaba a mí. Es un plato al que hay que pillarle el punto a base de experiencia, así que tenía miedo de que me pasara lo mismo la primera vez. Pues me ha ocurrido lo contrario, he hecho bolas demasiado compactas! El resultado no es malo, lo único que ocurre es que llenan el doble que si tuvieran su textura más esponjosa, así que hay que tener cuidado al llenarse el plato :)
Para dos personas (más bien tres, o contando con sobras para congelar)
- 6 panecillos tipo hot dog
- 1 huevo L
- aceite de girasol
- leche (de soja en mi caso)
- un poco de sal y pimienta
- un buen guiso, estofado o salsa para acompañar
Trocear los panecillos en cubitos y colocarlos en un recipiente. Regar con un chorro de aceite de girasol y romper el huevo encima. Salpimentar ligeramente. Con ayuda de una cuchara de madera, empezar a mezclar hasta que el huevo se integre. Mojar ahora con la leche, poco a poco y mezclando, hasta conseguir una masa pegajosa pero no empapada. Tapar con un paño y dejar reposar como mínimo una hora.
Poner una olla grande con agua a calentar.
Probar la textura de la masa; añadir más leche o un segundo huevo pequeño si estuviera demasiado seco. Pillarle el punto a la textura es el punto clave; debe estar húmedo, lo justo para poder tomar porciones y formar esferas sin que se desmoronen, pero evitando hacerlas demasiado compactas. Con las manos húmedas, formar las bolas de tamaño más o menos similar, y echar al agua cuando esté hirviendo. Dejar cocer unos 10-15 minutos, hasta que las bolas hayan subido a la superficie. Sacar con una espátula escurridera.
Una vez cocidas se pueden envolver individualmente y congelarlas, quedan muy bien. Lo recomendable es acompañarlas de un buen guiso con salsa contundente, ya que por sí solas no tienen mucho sabor; un goulash es ideal. Es un plato aconsejado para días fríos :)
Aquí estoy yo, bien pequeña, en casa de mis abuelos en Suiza, un invierno del que por desgracia no tengo recuerdos. Disculpad la calidad de las imagénes, son fotografías tomadas de fotos impresas en un libro que además creo que se hicieron a partir de diapositivas.
Gracias a mi padre por darme indicaciones (aunque fueran vagas) vía telefónica, a Ruth por la de veces que nos ha preparado este plato y haberme servido una versión vegetariana desde que dejé de tomar carne mamífera, y sobre todo a mi abuelo, porque le sigo teniendo muy presente todos los días y le echamos de menos.
Pues desconocía este plato, pero estoy segura de que ha de estar muy bueno. A ver si me animo a probarlo! ;)
ResponderEliminarniña me encanta esta entrada!!!!! que nostalgia, qué chulada. Las fotos de pequeña...qué rica! y tienen buena calidad asi que no te preocupes que se ven bien. El perro me encanta por cierto (si no lo digo me da algo jaja).
ResponderEliminarLa receta ya me la imagino muy buena porque la presencia es buenisima, quizá lo haga, me ha llamado la atención!.
En cuanto a la peli, yo como soy mayor que tú, unos añitos (pocos ehh) pues recuerdo verla claro, con unos 9 años o asi , pero me gustó igualmente también mucho, me llevó mi madre al cine.
Y sí, se avecina octubre, cumpleaños de mi chico, y no sé que regalar ya, se me agotan las ideas.....y estoy harta de regalos absurdos como ropa. en fin tendré que pensar. Feliz finde guapetona, mira que estas guapa en las fotossssss
Qué mañana tan buena estoy pasando viendo nuestras recetas favoritas de la infancia y leyendo tantos recuerdos y evocaciones!
ResponderEliminarEstas albóndigas de pan las he comido cuando viajo por Centroeuropa y son un acompañante estupendo para un buen guiso.
Las fotos son preciosas, y el perro, impresionante.
Un besico.
Cuantos recuerdos ¿verdad?, creo que todos hemos vuelto a nuestra niñez por un momento con este reto.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu receta.
Besitos,
Nunca había leído sobre hacer albóndigas con pan, qué curioso. Probaré la receta :-)
ResponderEliminarPero qué monísima eras, por favor, y qué fotos tan entrañables...
ResponderEliminarY el plato, es maravilloso para un niño poder vivir una infancia con tantos contrastes, con la posibilidad de abrir fronteras y tener unas miras más ámplias.
Y el plato... me llevo esta receta porque me encantará probarla!
El Semmelknödel es hasta la fecha una delicia para mi, en casa siempre lo comíamos aunque con otra salsa.
ResponderEliminarQue lindos recuerdos Akane, yo creo que no tengo memoria porque no me acuerdo de casi nada, de hecho ni sé si era buena o mala para comer.
Preciosas las fotos!
Besitos
Que fotos tan preciosas!!! Que bonito pensar en nuestra infancia, verdad?
ResponderEliminarMe ha encantad tu plato... nunca havia escuchado hablar de el... pero que bueno tenerte a ti!!!! jijijiji
Un besote preciosa!
Sònia
Riquísimo! No me estranya que te traiga buenos recuerdos!
ResponderEliminarYo probé unas bolas parecidas en Munich, pero no eran con pan, eran con patata. Aunque debo decir que eran un poco insípidas. Estas al menos la salsa se ve que está 50 veces mejor :)
ResponderEliminarBesos!
Liliana que bonitas las fotos con tus abuelos...y los recuerdos...ayyyyy
ResponderEliminarLa receta me encanta...
besitos
Has consegudo dos cosas,
ResponderEliminarTranmistir la evocación y la nostalgia del paraiso perdido... y sugerir una receta que apetece un montón... me parecen geniales esas albondigas... lo haré en breve!!!!
Besos
que receta más buena y original, me encanta!!!!
ResponderEliminarAkane, has escrito una entrada preciosa. Lo de la receta es lo de menos...aunque tiene que estar para chuparse los dedos.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Una entrada preciosa Liliana!!! en el recorrido que llevo hoy visitando vuestras propuestas, me emociona ver como os ha gustado participar y los buenos recuerdos que os ha traído!
ResponderEliminarMuchas gracias por participar de nuevo guapa!
Un beso enorme
¡Que plato tan original ! ¡La historia y las fotografías entrañables!
ResponderEliminarBsss
que receta mas rica, y que fotos mas entrañables, por cierto chica el perro da susto. Bss
ResponderEliminarGuapa!! qué bonita entrada has hecho recordando una receta tan familiar. Me ha encantado y las "bolas" me han sorprendido, no pensaba que llevaran pan!
ResponderEliminarTe han quedado muy bien de forma y aunque digas que te salieron compactas, seguro que con la salsita estaban de muerte!!
Muchísimas gracias por participar!!
Besos!!
Me encanta tu blog¡¡¡¡ Se me hace la boca agua....
ResponderEliminarQueremos invitarte a conocer el blog de Nuestra Tienda
Un saludo "El Vestidor de Lola"
http://elvestidordelola.blogspot.com
Qué linda entrada. Si me hubieras visto leyéndola embobada no te lo crees. Qué hermosas fotos y qué rico plato. Antes de ayer hice boeuf bourguignon y le hubiesen ido de maravilla!
ResponderEliminarPor cierto, qué lindo el toque de otoño que le diste al blog!
Feliz fin de semana!
Qué lindos recuerdos y que niña más dulce eras.
ResponderEliminarA mí en general me gustaba comer solo huevos y patatas fritas, muchas veces me enceraban con llave en la cocina. Ya ves cosas de infancia... Recuerdo que en el mes que me case he comido un montón de huevos, hasta 8 huevos de una vez, mi madre nunca me daba más de un huevo y nunca por la noche.
Gracias por la receta, recuerdo que he comido algo parecido a esto cuando era pequeña, pero era hecho en una sopa. A ver si me animo y pruebo yo también.
Que tengas un bonito fin de semana.
Qué bonita de pequeña!! Y la receta no la conocía, me parece original y con tus palabras y fotos nos has descrito a la perfección todos los recuerdos que evoca en ti.
ResponderEliminarPreciosas bolitas y apetecible guiso, yo me como esas albondiguitas mojadas en la salsa y no dejo ni las migas
Un beso
Que fotos más chulas!!! Sobre todo la que estás con el perrín!!! de la receta no sabía nada, no la conocía. Besinos.
ResponderEliminarComo maestra infantil y enamorada de los niños, los ojos se me van en esos mofletes de mordisco!!!! estas monísima!!!! la receta aunque no la conozco, se ve muy muy apetecible!!!!bss y buen finde
ResponderEliminarLiliana, me encanta cuando haces recetas de este tipo!Y las fotos son una pocholada, me encanta, que rica! ;)
ResponderEliminarUna entrada preciosa Liliana! Se nota que es un plato con mucha tradición familiar!
ResponderEliminarMe encantaría probarlo, quizá me anime a hacerlo...
Las fotos son muy emotivas y tu estás muy rica tan pequeñita!
Un besito y feliz finde!
Un recuerdo precioso y una receta muy buena.
ResponderEliminarHoy estoy disfrutando muchísimo con tantas recetas cargadas de historia. Muchas gracias por compartirlas y por esas bellas fotos cargadas de ternura. un besazo enorme.
ResponderEliminarcosicasdulces.blogspot.com
Que cantidad de reciuerdos!!!... una muy buena idea..... y una receta que no conocía.
ResponderEliminarBesis.
Qué bonitos recuerdos y qué buena aportación al reto.
ResponderEliminarmi tipo de comida! me encnata el gulash, el strogonoff, y este, por las fotos me lo devoraria en un segundo! tengo q probarlo! gracias por la historia y la receta!
ResponderEliminarMuy interesante, Liliana! Nunca he comido estas bolitas de pan, qué gracia! Me ha encantado conocerte un poquito más a través de este reto.
ResponderEliminarPreciosas fotos, qué monada de niña eras (y seguro sigues siendo).
Besos y buen finde!
Por estos posts se comprende que sintamos pasión por la cocina, muchos detalles, platos, momentos, personas... es la energía que mueve este engranaje sin rumbo ni comisión que es el blog.
ResponderEliminarNo conocía este plato, y me encanta. Bolitas hechas con pan cocidas en agua, impresionante.
Un saludo.
Oh dios que ricoooo
ResponderEliminarAl principio nos parecían albóndigas, pero al leer la receta ya vemos lo que es el plato en realidad. Qué buena receta herencia de tu abuelo, nos han sorprendido las bolitas de pan, seguro que la próxima vez que las hagas las coges el punto y te salen más esponjosas, pero bien redondas que te han quedado, eh.
ResponderEliminarQué graciosa sales en las fotos :-)
Un beso!
Una entrada muy bonita, además de una receta que no conocíamos de nada.
ResponderEliminarBesos.
Es una entrada preciosa...tienes una historia de familia genial..y eras una niña preciosa, rubita y muy hermosa! Son preciosas las fotos...y el plato tienen una pinta estupenda...sobretodo para estos días de invierno que vienen.
ResponderEliminarun besito y buen finde guapa
No conocía de nada esta receta y me ha encantado todo el relato que nos has hecho. Seguro que está buenisimo.
ResponderEliminarTus fotos de peque son geniales, es una maravilla siempre recordar momentos felices.
besos.
que ricas esas "albondigas" y tu de peque! vaya perrazo!
ResponderEliminarbesitos
Super original y bien rica la receta. Esa salsita se ve fantástica, no tendría suficiente con una barra de pan :D
ResponderEliminarBesos.
q buena pinta
ResponderEliminarMi blog: http://trucoszynga.blogspot.com/
Pues sí, estas albóndigas me suenan :) Aunque yo creo que son mucho más populares en otras partes de Europa, por aquí no se ven mucho en los menús de los restaurantes...
ResponderEliminarQué ricura de niña estabas hecha!
Con goulash!! Qué rico!!!
ResponderEliminarMe encanta leer esas anécdotas evocadoras!!!
Gracias, gracias, gracias por compartir!
Besitos,
IDania
Vaya, qué bonito todo el contexto del plato, como bien dices, la comida evoca muchísimos recuerdos siempre y creo que es parte del disfrute de quienes nos gusta cocinar.
ResponderEliminarEn Castilla-La Mancha existen unas "bolas" similares que se llaman peyuelas, que suelen ir flotando en el potage de Semana Santa o en dulce, como un símil de las torrijas en sabor, pero flotando en leche. Curioso, ¿no?
Este mes no he participado porque iba un poco justa, a ver si al siguiente me lanzo :D
¡Un abrazo!
Hola, que fotos mas bellas y como pasa el tiempo, es verdad, hay alimentos que guardamos en nuestro ser como si fueran el primer día, yo también echo mucho de menos a mis padres, un beso muy fuerte. Las mellis.
ResponderEliminaroye esa foto de ese platillo se ve estupendamente delicioso, apenas para el almuerzo de hoy, bueno para el de mañana porque para hoy ya es muy tarde!
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