Tras pasar el año pasado sin poder hacer ninguna escapada, este año he podido apuntarme a un pequeño viaje con mis padres que nos sacó del infierno murciano a mediados de agosto. Oporto nos dejó muy buen sabor de boca y queríamos sobre todo escapar del calor y de centros turísticos abarrotados, así que mi padre buscó una casa rural en el norte de Portugal y allá que fuimos a pasar una semana. En el camino de ida paramos en Madrid - a dejar calabazas y harinas en mi casa, y de paso almorzar - y decidimos hacer noche en Zamora, para no tragarnos demasiados kilómetros de coche. Tenía ganas de visitar esta histórica ciudad aunque fuera en una estancia exprés, y la verdad es que me gustó mucho a pesar del pequeño accidente que casi nos fastidia todo el viaje.
Si me seguís por las redes sociales ya os esteraríais en su momento, en realidad no fue nada grave y ahora me río de lo ridículo y surrealista de la situación. Volvíamos al hotel tras un paseo por la ciudad, estábamos ya a pocos metros de la puerta, cuando mi madre tropezó malamente, cayendo de cara sobre las baldosas de una plaza. El susto, mi padre que es poco delicado y la cantidad de sangre que había me dejaron un poco en shock y empecé a tener muy mal cuerpo. Los vecinos que había por allí se portaron genial y llamaron a una ambulancia, pero yo terminé perdiendo el conocimiento y caí de cabeza al suelo.
Así que me desperté perdidísima, con las rodillas y la cara sangrando. Bueno, y más blanca que el papel, como siempre. Pero llegaron los sanitarios, nos curaron, se aseguraron de que no había nada grave y volvimos al hotel, dando por finalizada nuestra visita algo prematuramente. Al día siguiente ya estábamos bien salvo por los chichones y heridas que nos dejaron la cara hecha un cuadro durante todo el viaje. ¡Todavía tengo marcas en la cara! En fin, que tengo una cuenta pendiente y pienso volver pronto, que desde Madrid lo tenemos fácil.
Zamora es una ciudad muy agradable, el centro histórico no es muy grande pero se agradece que se pueda recorrer a pie sin problemas, y tampoco da sensación de agobio. Hay calles y plazas más amplias y otras más escurridizas, típicas de los cascos viejos y que tanto me gustan, sobre todo cuando por la noche descubren decenas de bares de tapas inundados por parroquianos. Parece que han restaurado muchos puntos recientemente, y es un placer pasear al caer la tarde entre sus muchísimos templos románicos - ¡¡muchísimos!!- y edificios modernistas, una faceta que no conocía de Zamora y que me sorprendió gratamente.
Está asentada en un cerro y protegida por el río Duero, por lo que ofrece varios puntos con vistas estupendas, especialmente al caer el sol. Destaca la zona con la catedral romática, que tiene una preciosa cúpula de escamas, junto al Castillo que es hoy Centro de Arte Contemporáneo Baltasar Lobo, con algunas de sus obras distribuidas por el parque. Los dulces tradicionales de la zona son exquisitos - lo descubrí hace meses gracias a un detallito de mi querida Bea - y el tapeo se practica con entusiasmo. En verano, al caer la noche, desde luego que las calles estaban en plena ebullición. Y no hacía nada de calor, qué gustazo fue para nosotros :).
Merece muchísimo la pena acercarse a El Campillo a visitar una de las mayores joyas de nuestro patrimonio, la iglesia prerrománica de San Pedro de la Nave. Es un templo único, de los siglos VII-VIII, gran ejemplo del arte visigodo de nuestra península. Como curiosidad hay que decir que se tuvo que trasladar piedra a piedra porque la construcción de un embalse amenazaba su conservación, pero por suerte hoy está en perfecto estado y es un placer poder entrar a descubrir todos los secretos que guarda su pequeña planta de tres naves. Son imperdibles los capiteles, de una calidad excepcional.
Muy bonita Zamora, con una gente encantadora y dispuesta a ayudar a turistas inútiles, buenos productos locales y un patrimonio impresionante. Como ya he dicho, tengo que volver pronto, que además me quedé con las ganas de ver a la Cocinillas ;).
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Liliana, me acuerdo cuando comentaste lo del accidente, bueno, me imagino que todo quedó en un susto.
ResponderEliminarTengo una cuñada que estuvo muchos años viviendo en Zamora, y fuimos muchas veces a verla, es una ciudad pequeña y muy agradable.
besos,
Sí, un susto con cicatrices feas (a mi pobre madre se le puso el labio morado, tuvo un derrame en un ojo y las costras de la cara sí que eran un susto), pero ahora nos reímos!
EliminarLa verdad es que Zamora merece la pena para una o más visitas :).
¡Hola Liliana!
ResponderEliminarMe alegro mucho que de todo fuera un susto. Anda que ¡menudas vacaciones para tu madre! jajaja Pobre mujer, con su marido y su hija fuera de combate. Espero que tú y tu padre estéis ya fenomenal.
A mí Zamora me gusta bastante. Como mi padre es portugués, de la zona de Tras-os-Montes (ahí al lado) paso siempre por allí y muchas nos paramos. Para mí Zamora es la entrada, la salida y el descanso de Portugal (y no te puedes imaginar la cantidad de gente de Bragança y alrededores que va allí a hacer la compra).
¡Qué alegría me ha dado ver de repente esa iglesa! Debe de ser una de las grandes desconocidas, pero yo no puedo evitarlo y muchas veces paro alli, aunque sea un rato, porque me encanta entrar y mirar hacia arriba.
Un beso!
Gracias Silvia! Nos caímos mi madre y yo, que creo que mi redacción atropellada he liado un poco la cosa :). Menos mal, porque mi padre es un enfermo terrible xD.
EliminarSi viviera cerca de la frontera sin duda iría muchas veces a nuestro país vecino, cada vez que voy me gusta más :). La última vez paramos en Salamanca, Zamora es otro gran punto de partida para acceder a Portugal. Y tienes razón, la iglesia es una gran desconocida y merece que se reivindique su importancia, que además es preciosa :)
No me hagas ni caso que tu redacción es impecable. Para uno de los escasos sitios en los que la encuentro voy y activo mi cerebro de cylon de primera generación al leerte jajajaja
EliminarMenos mal que quedó como una desafortunado accidente y estáis bien, tu padre debió asustarse mucho teniendo a las dos heridas, me alegro saber que la cosa terminó bien para ambas.
ResponderEliminarNunca visité Zamora y vista desde tú cámara me parece una ciudad maravillosa, apuntado queda.
Besitos
Muchas gracias Caty! Fue más el numerito y lo absurdo de la situación que las consecuencias, y menos mal porque estuve a punto de romperme la nariz y mi madre de necesitar puntos en la frente y de partirse la muñeca. Ay, nunca se sabe cuándo se puede dar un traspiés!
EliminarSi pasas cerca de Zamora ya sabes que merece la pena entrar aunque sea a dar un paseo por su centro :)
lo de la caída doble es de traca, suerte que venía de camino la ambulancia!
ResponderEliminarno me imaginaba zamora así, ahora que estoy descubriendo "el otro lado" de la península cada vez me gusta más!
España es que tiene tantos rincones por descubrir, y muchas veces los propios españoles no nos esforzamos en conocerla! La verdad es que Castilla León era una de mis grandes comunidades pendientes :).
EliminarLa ambulancia bien, pero al entrar me mareé más con tantas cosas de médicos ahí dentro xD. Me tumbaron en la camilla y todo, si es que...
Ay pero qué bonita es mi ciudad y cómo me gusta que gente de fuera la descubra y le encante! Muy buena embajadora, Liliana, a pesar del accidente. Y como tú dices....me debes una visita!!!
ResponderEliminarSi es que con una ciudad tan bonita es fácil hablar bien de ella :). No sé cómo soportaría los fríos de invierno, pero me apetece descubrirla con más fresco, a ver si convenzo al elfo para hacer una escapadita, y esta vez no te me escapas :D
Eliminarpues nada,la proxima vez nos vamos las tres de pinchos!!!
ResponderEliminarUy es verdad, tendríamos que hacer una quedada zamorana! Que seguro que conocéis los mejores sitios para esos pinchos ;)
EliminarJolin vaya susto menos mal quedo con unos chichones y unos raspones, en oporto si he estado y tengo que volver pq hice una escapada rapida en zamora nunca he estado pero por lo que veo me encantaria,besitos
ResponderEliminarSiendo sincera, creo que aproveché mejor el viaje después del susto, me di cuenta de que podría haberse estropeado todo y agradecí cada minuto de salud, aunque me asustase verme al espejo los primeros días :P.
EliminarOporto merece volver, sin duda, y Zamora también! :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLiliana ni enterarme, madre mía que faena, que comienzo de vacaciones más fatídico, pero bueno .... al final pudiste disfrutar aunque fuera magullada
ResponderEliminarQue fotos más bonitas, no conozco Zamora, y se ve un sitio precioso. Habrá que ponerle remedio jajajaja
Oporto tampoco lo conozco y eso si que tengo ganas de conocerlo
Espero que a estas alturas ya estés mejor
Besotes