Madeleines

Ale, ya tenemos el calor encima. Si me lo estaba yo temiendo... pero bueno, era de esperar, este tiempo no era nada normal. Aunque podría haberse esperado un poco, que odio estudiar con el ambiente húmedo caliente; y para variar, a otros vecinos se les ha ocurrido ponerse de obras de nuevo en época de exámenes ¬¬

Hace ya un par de meses compré de casualidad un molde de silicona para madeleines, un dulce francés que había visto en muchos sitios y que seguramente se relaciona con nuestras magdalenas. Puede que tengan el mismo origen y evolucionaran de forma algo distinta... uy, me sale la vena historiadora ^^
Las madeleines se caracterizan por su forma, de concha, aunque evidentemente se podrán hacer en cualquier molde. Nunca las había probado así que no sé si mi resultado está bien, pero lo que sé es que salieron muy ricas y duraron más bien poco.
He vuelto a hacer una mezcla de recetas que he visto por ahí, y aunque la mayoría usan mantequilla he preferido emplear aceite. Al batir bastante los huevos adquieren un interior firme esponjoso que me ha encantado.

- 2 huevos
- 1/3 taza de azúcar
- 1/4 cucharadita de sal
- 3 cucharas de aceite de girasol
- 1 sobre de azúcar vainillado (unos 8-10 gr)
- 1/4 cucharadita de extracto de almendra
- 1/2 cucharadita de levadura
- 1/2 taza de harina
- ralladura de un limón mediano
- azúcar vainillado en polvo

Precalentar el horno a 180ºC. Preparar unos moldes de madeleines.
Batir un poco con batidora de varillas los huevos; incorporar los azúcares y la sal y continuar batiendo unos minutos hasta que se vuelva esponjoso. Añadir el aceite y la almendra y batir un poco más. Echar la ralladura de limón. Tamizar sobre la mezcla, juntos, la levadura y la harina, incorporando todos los ingredientes con una espátula, en movimientos envolventes y muy suaves, sin batir en exceso. Llenar los moldes y hornear a media altura entre 8-14 minutos, hasta que estén ligeramente dorados. Esperar un par de minutos y dejar enfriar totalmente fuera del molde sobre una rejilla. Espolvorear con el azúcar vainillado en polvo, con ayuda de un colador o tamiz.
Con un ligero glaseado cítrico tienen que quedar muy buenas.