Braga es una de las ciudades históricas más destacadas de Portugal, y podríamos decir que de toda la Península Ibérica. Fue fundada por el gran Augusto bajo el nombre de Bracara Augusta, y por tanto sus orígenes se remontan a más de dos mil años. Fue un importante centro de comunicaciones, sede administrativa del Imperio Romano y, posteriormente, capital de la provincia de Gallaecia. Su catedral, y su Diócesis, son las más antiguas del país, y de hecho tuvo gran importancia como vía del Camino de Santiago, con cuya templo tuvo un gran rivalidad.
Hoy es una ciudad que conjuga ese pasado histórico con aires de renovación que traen poco a poco sobre todo los jóvenes estudiantes que acuden a su Universidad. Tiene ese aire "antiguo" tan característico de las urbes lusas, pero con un buen estado de conservación y cuidado por sus monumentos y calles. El centro histórico está bien delimitado, con algunas calles más principales donde se mezclan turistas y locales, pero siempre es recomendable callejear y perderse un poco al azar para descubrir diferentes rincones.
Nuestra visita coincidió con un día muy gris y algo fresco, pero no nos quejamos en absoluto. Veníamos de un agosto asfixiante - previo julio infernal - en Murcia y ese cambio se agradecía. Incluso le daba más encanto y todo, haciendo que la visita a la bella catedral tuviera un toque más místico. Es muy recomendable solicitar la visita al coro para admirar la sillería, los órganos y tener unas vistas excepcionales del interior del templo.
Al salir no pudimos evitar tomar uno de esos deliciosos y baratos cafés acompañados de un dulce, una especie de ritual cuando se está en Portugal. Hay cafeterías y pastelerías por todos lados, y a los portugueses les gusta disfrutar de sus pasteles con una buena taza. El camarero era simpatiquísimo, por cierto, y tres cafés con dos pasteles en la terraza no llegaron a sobrepasar los 5€.
Tras pasear tranquilamente, curiosear escaparates y tiendas, descubrir un mercadillo de segunda mano con objetos antiguos y admirar muchos monumenos y detalles en los edificios, encontramos un buen restaurante donde recuperar energías. El Copo 1/2 es un local reformado con aires modernos que respeta la arquitectura original, distribuido en varios espacios en los distintos pisos con una carta variada perfecta para comensales con gustos diferentes. Tiene pinta de ser un buen sitio para copas y tapeo por la noche.
El típico aperitivo portugués, de panes con mantequilla y algún picoteo, era excelente, con un paté de atún delicioso y panecillos ricos. Así se paga el extra a gusto. Mi padre pidió una sopa de primero - es MUY sopero - y luego bife en salsa de pimientas, mi madre optó por pescado al horno y yo no me pude resistir a la opción vegetariana con un tofu excelente bien acompañado de ricas verduras. Tarta de lima de postre, ligeramente ácida y muy aromática. En la terraza había una pareja de padres jóvenes con una niña pequeña y un bebé, y parecían satisfechos también. Restaurante muy recomendable.
Por la tarde nos aventuramos con el coche a buscar el Santuario de Bom Jesus do Monte, lugar de peregrinación la mar de curioso sobre todo por los hoteles caretes que lo rodean. Parece que las bodas y celebraciones varias se llevan mucho por allí arriba, y de hecho se estaba celebrando una en esos momentos, aunque algo horterilla, debo comentar. El problema es que justo al llegar se puso a llover, con intermedios de auténtico diluvio. Yo disfruté como una enana a pesar de empaparme las sandalias y helarme un poquito, aunque el agua limitó nuestra visita. Aunque sea sólo por las vistas y el ambiente, subir merece la pena.
En definitiva, el agua y la ausencia de sol no empañaron un día muy agradable en una ciudad con mucho encanto, y buena comida :).
Mi querida amiga, este mes pasado he estado en Lisboa y doy fe de todo cuanto dices, las rica gastronomia, y esos precios tan estupendos a pesar de lo bueno que es todo, me ha enamorado la pàrte donde tu has estado, todo precioso y lo dejo en mis viajes pendientes, por que despues de leer tu entrada hay que ir a ese hermoso paraido. Mil besicos cielo
ResponderEliminarNosotros tuvimos mejor suerte que tú con el tiempo, pero es igual, el lugar es precioso y muy tranquilo. Una de los núcleos que no esperábamos que nos fuera a gustar tanto. El no ir a ver el Santuario Bom Jesús do Monte, fue la gran cag... de nuestro viaje. Una pena.
ResponderEliminarqué lugar más bonito, muero con tus fotos... sobre todo con la del pastel de lima que es uno de mis favoritos del mundo xD
ResponderEliminarNosotros hace un tiempo estuvimos en Lisboa y lo disfrutamos mucho. Queremos volver a Portugal y visitar otras ciudades como Oporto que me parece preciosa y donde mi hijo quiere ir a visitar la librería Lello ;) Braga también se ve un lugar encantador, así que tomo nota para cuando pueda volver a Portugal. Un abrazo!
ResponderEliminarhola niña! jo qué bonita entrada y qué recuerdos! yo estuve allí en semana santa, me encantó. Me encantan estas entradas viajeras, me pongo nostálgica no lo puedo evitar. Un beso bien fuerte
ResponderEliminarGracias a mi amigo, me hiciste cabalgar con usted en lugares especiales que nunca voy a ver.
ResponderEliminar¡Qué tenga una buena noche
Un abrazo cariñoso
Me encanta leer estos post de viajes, ver fotos de los sitios ,de la comida y leer opiniones y cosas que ver si voy, que rica la comida como la habría disfrutado, las fotos preciosas,besos
ResponderEliminarHola Liliana!
ResponderEliminar¡Cuántos recuerdos de Portugal! Yo la visité en mi viaje fin de curso pero no pisamos Braga, y vaya lo que nos perdimos viendo tus fotos. La verdad es que me encanta leer este tipo de posts porque haces que los demás viajen contigo a los lugares que enseñas. Sin duda un viaje inolvidable, y aunque el tiempo no acompañara sí que es verdad que le da ese toque místico y melancólico que le hace más especial aún. Deseando ya leerte de nuevo, 1 besote!! :*