Visita momentánea a la ardiente Murcia antes de emigrar a la capital
Increíble pero cierto: casi dos años más tarde, mi viaje a Praga. Ir dejando para después las cosas no es bueno, se van dejando, se van dejando... hasta que se te olvida por completo. Bien, puesto que en agosto vuelvo a Suiza, me entra la morriña por viajes pasados, así que me he acordado de la semana que pasamos en la capital checa. Con mucho retraso, aqui van algunas imágenes y comentarios sobre mis impresiones de esta vieja, histórica y sobre todo fascinante ciudad.
Como creo que la ciudad lo merece, dedicaré este post a hacer una pequeña revisión de Praga en general, y aparte me centraré en lo que dio de sí el viaje culinariamente hablando ;)
Lo primero que hay que resaltar es que muchas ciudades de centroeuropa se han convertido en auténticos focos de atracción para el turismo. Viena es un buen ejemplo, y Praga no se le queda atrás. En su centro histórico (enorme), la zona más atractiva para el visitante, hay una constante masa de turistas de todas las nacionalidades posibles, entremezclándose con la variopinta población checa. Por tanto, en los últimos años Praga se ha puesto las pilas para atender tal demanda turística. Esto tiene su parte buena y su parte mala; por un lado encontraremos muchas facilidades, medios y lugares atractivos que visitar, sin que el extraño idioma sea demasiado problemático. Lo malo: la masificación, las franquicias, las clónicas tiendas de souvenirs... vamos, lo de siempre.
Pero yo creo que la balanza de la visita se inclina a lo positivo. Es una ciudad tan fascinante que no es difícil que te sientas atrapado por ella en poco tiempo.
Como historiadora del arte y apasionada de la historia, esta ciudad es un lujo. Mezclado con lo moderno convive lo viejo, en una curiosa simbiosis. Muchos edificios antiguos, algunos restaurados, otros no tanto, y grandes construcciones históricas, legados de un glorioso pasado imperial. Fastuosas iglesias, una catedral inmensa, museos de arte histórico y moderno, callejuelas, puentes, tiendas de lujo, comercios antiguos... merece la pena visitar Praga.
En muchas ocasiones se tiene la oportunidad de subir a torres y altos edificios desde los que disfrutar panorámicas maravillosas sobre los pintorescos tejados checos. Muchas veces, y ninguna me cansé de ello.
Nuestro alojamiento estaba en la Plaza Wenceslao. "Plaza", más bien es una enorme avenida en pendiente, con el imponente Museo Nacional presidiendo un extremo. El contenido del museo igual no atrae mucho (colecciones de zoología, antropología, paleontología, arqueología y exposiciones temporales) pero si se tiene tiempo lo recomiendo, porque el edificio es impresionante. Tiene todo el aire de museo antiguo, heredero de la fiebre del coleccionismo que se apoderó de reyes y emperadores siglos atrás.
La "plaza" es un bullir constante de gente las 24 horas del día. Hay puestos callejeros de comida a todas horas, franquicias tipo McDonalds y Kentucky que no cierran jamás, hoteles, bares y muchas tiendas. Pero sobre todo, mucha mucha gente. Es muy entretenida de recorrer.
Abajo se abre la Ciudad Vieja, centro neurálgico del visitante. Con la plaza del Ayuntamiento Viejo como corazón, alrededor se extienden muchas calles y callejuelas por las que a veces uno parece perderse. Entre lo más turístico se encuentran cosas interesantes y curiosas. Cada vez que el famoso Reloj Astronómico da la hora, cientos de personas se concentran para ver su mecanismo en la plaza (un festín para los carteristas).
La gente se concentra bajo el reloj de la torre del Ayuntamiento.
Dejando atrás el Ayuntamiento y llegando al río, lo normal es cruzar al otro lado por el celebérrimo Puente de Carlos, peatonal, y también lleno de gente, con muchos artistas y vendedores ambulantes. Es fantástico sentarse en el muro a descansar viendo pasar la gente.
En la otra orilla nos espera Malá Strana, un lugar casi mágico por las calles empinadas, los edificios nobles, palacios, casas pintorescas y muchos detalles curiosos. Es famosa la calle Nerudova, de gran pendiente, que conduce al Castillo. Pero hay que pararse antes a visitar la maravillosa iglesia de San Nicolás, que desprende lujo por todas partes. Uno de los templos barrocos más importantes de Europa, sin la sobredosis recargada de decoración de otras iglesias pero impresionante tanto en el exterior como en el interior.
Y desde una colina, dominando la ciudad, se yergue el conjunto del Castillo de Praga, con la catedral. Todo un símbolo de poder y aspiración a la eternidad que sigue causando impresión hoy en día, pese a los enjambres de turistas que lo recorren.
Se trata de un recinto fortificado donde vivieron los principales gobernantes, y que incluye a la catedral, el palacio real, la basílica de San Jorge, el palacio Lobkowizk, y otras curiosas zonas como el Callejón de Oro, formado por bonitas casitas que hoy guardan tiendecitas artesanales. Hay una de objetos navideños que casi me hace dejarme una fortuna :P
Del Castillo se puede bajar por otra dirección, pues está conectado con otra de las colinas, la Petrini, un paraje más de disfrute de la naturaleza con una curiosa torre que recuerda a la parisina Eiffel. De nuevo, vistas impresionantes. Desde allí se puede bajar a la ciudad en una especie de teleférico.
Pero antes de eso, recomiendo buscar a la salida del Castillo la Galería Nacional en el Palacio Sternberg. Cuando yo fui, había muy poquita gente (quizá por estar algo escondido), pero la pinacoteca que esconde merece una visita (así como la arquitectura del lugar), con obras de Durero, Cranach, Holbein, Tintoretto, Bassano, Luca Giordano, Rembrandt, Goya, El Greco, Rubens, y muchos otros.
Alrededor de estos puntos clave hay muchísimo que conocer y descubrir. Como siempre, no está de más llevarse una guía para planificarse y conocer los "must see", las visitas obligadas, pero recomiendo hacer una selección de lo que realmente nos interese. Praga es enorme y el tiempo pasa volando, no hay que ir con prisas e intentar verlo todo, sino tratar de disfrutar lo máximo conociendo un poquito la ciudad. Y de vez en cuando, perderse por las calles sin rumbo da unos resultados sorprendentes :)
Otos lugares recomendables: las "casas danzantes" del célebre arquitecto Gehry en el malecón de Masaryk junto al río; el museo del más famoso pintor checo, Adolph Mucha, pequeño pero obligatorio si, como a mi, su obra os tiene enamorados; el Barrio Judío, con sinagogas y un cementario lleno de historia y leyendas; el Teatro Nacional, neorenacentista; el Palacio Troja de estilo francés...
Impresionante!!!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y te agradezco el reportaje de tu viaje...
Muy bien explicado.
Gracias por compartir,
Un beso,
IDania
me encantaría poder conocer Praga y Viena algún día *_* La casa danzante esa me ha encantado!!
ResponderEliminarMe encantó Praga!!! Hice este viaje con mi mami hace la friolera de 12 años (upsss).........me ha encantado recordar las casitas del callejón del oro.. se me habían olvidado totalmente...... Y acabo de recordar las maravillosas cervezas del U Fleku...... pero también el terrible frío que pasamos en abril, jajajaj... por lo que veo tuviste un tiempo fantástico!!!
ResponderEliminarMe chiflan los viajes!!! Gracias por tu crónica....que no importa que sea tarde:-)))
Muchas gracias por tus comentarios de ánimo, eres un sol!!!!
Besos
B
Estoy ahora en Praga así que me parece una buena ocasión para escribirte, que siempre te espío :P
ResponderEliminarLa verdad es que me ha parecido una ciudad preciosa, pero para mí le falta algo de encanto, de vida. No sé. Se han subido al carro del turismo brutalmente y eso le resta atractivo.
n besazo!
¿Sabes que eres una excelente guía turística? me ha encantado el reportaje, tomo nota por si algún día voy.
ResponderEliminarBesos.
Gracias por el viaje al que nos has invitado.
ResponderEliminarNo conocia Praga pero ya si.
Me guardo esta primera parte esperando la segunda.
un beso
Que envidia!!Yo es una ciudad que siempre he querido visitar!!Debe ser preciosa!Y viendo estas fotos tuyas me han entrado unas ganas!!!
ResponderEliminarFeliz semana y un besino preciosa.
Siempre encuentro muy muy agradable cómo cuentas los viajes. Un beso
ResponderEliminartaza, no hay riesgo de que se descompongan y absorven estupendamente Oyun oyna cualquier líquido.
ResponderEliminarPraga está pendiente en mi lista de sitios que no me quiero perder :)))). Como ves estoy repasando tu blog, es que estaba mirando la sección navidad y la de viajes, te reirás pero cuando no sé en que dar, entro a tu blog que puedo decir que es mi favorito, tiene algo especial, y me deleito con tus recetas y fotos de viajes. Ah, creo que ya te lo he dicho, pero en semana santa me voy a suiza, tengo ganas!
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