Eso sí, con ellos salimos a recorrer el centro en sandalias, manga corta y luciendo piernas. Muy práctico para las maletas y para organizarnos en casa, pero me dio pena no compartir el Madrid más otoñal, porque es una ciudad preciosa en esta época. Sí pudimos pasear un poco por El Retiro ya algo teñido de tonos ocres, con hojas cayendo y castañas en los caminos, aunque en lugar de repostar con chocolate o café caliente nos refrescamos a la sombra con tónicas y helados. Un otoño extraño.
Me gustaría recuperar mi vieja costumbre de compartir por aquí otras cosas más allá de las recetas, aunque sé que son lo que más atención y visitas trae 😛. Pero a mí lo que me gusta es continuar con mi blog tal y como yo quiero llevarlo, que al fin y al cabo así empezó todo. Es mi rincón donde compartir las cosas que me apetecen, y a las que volver pasado el tiempo para recordarlas. Por ejemplo, los regalitos gastronómicos que han ido llegando a casa en los últimos meses, porque la gente me conoce demasiado bien y sabe lo que me gusta, o crónicas de viajes y alguna escapada que está por el tintero. ¡Y la gastronomía en el arte! Con lo que me gustaba esa sección...
Quién sabe, igual con el cambio de hora y las tardes-noches largas me inspiro y saco un rato para volver a todo ello. Mientras tanto me conformaré con ser capaz de actualizar al menos una vez a la semana, y hoy lo hago con esta rica tarta de aire otoñal. Porque aún estamos en temporada de ciruelas y son deliciosas para hornear con ellas.
Me recuerdan mucho a Suiza, a casa de mis abuelos, donde tantos vecinos tienen árboles que a finales de agosto ya empiezan a regalar su rica fruta. Mi abuelastra siempre tiene mermelada de ciruela casera, y en la panadería del pueblo no faltan los pasteles y tartas rebosantes de esta fruta. Al elfo los dulces demasiado cargados de fruta no le hacen mucha gracia, así que aproveché la visita de mis padres para improvisar una tarta estilo Wähe, que algo típicamente suizo y a mi padre le chifla. Son tartas/pasteles de las de extender una masa similar a la quebrada o brisa, con un relleno generoso de fruta, a veces con crema o con una mezcla de queso dulce.
Yo prefiero hacer una masa más rústica añadiendo frutos secos o harinas diferentes, con poco azúcar, y rellenarlas con mucha fruta. Tenía coco para gastar así que aproveché para combinarlo con almendras para la cobertura, y además añadí un chorrazo de ron bueno -regalo de mi suegra que solo uso para cocinar- que dejó la fruta más jugosa. Y sobre la masa, un poco de mermelada casera para que las ciruelas se asentaran mejor, dando un toque más dulce sin empalagar. Una frangipane hubiera quedado de muerte también. ¡Improvisad al gusto!
Receta de tarta de ciruelas con almendras, coco y ron
Inspiración: las Wähe suizas y mis antojos del momento
Ingredientes para la masa
- 75 g de mantequilla sin sal muy fría
- 1 huevo L
- 1 sobre de azúcar vainillado (unos 8 g)
- 1 pizca de sal
- 50 g de almendra molida
- 170 g de harina de repostería
- 30 g de harina de maíz (no maizena) - leche fría necesaria
Ingredientes para el relleno (a ojo, totalmente personalizable)
- mermelada casera (de fresa en mi caso)
- 600-800 g de ciruelas dulzonas pero no muy maduras
- azúcar moreno
- almendras laminadas o troceadas crudas
- ralladura de naranja o limón
- coco rallado - láminas de mantequilla (opcional)
- chorrito (o chorrazo) de ron o zumo de naranja)
Precalentar el horno a 175ºC y preparar un molde de tarta bajo, de unos 20-22 cm de diámetro. Yo forro el fondo con papel y engraso los laterales.
Cortar la mantequilla en cubos y triturar con el huevo, el azúcar, la sal, la almendra, la harina de trigo y la de maíz. Es mejor si se hace con procesador de alimentos, pero a mano también sale bien. Cuando tengamos una textura de migas, agregar leche fría poco a poco hasta que se pueda formar una masa suave, no pegajosa ni tampoco que se desmigue.
Si está todavía fría se podrá extender fácilmente en el molde. En caso contrario, envolver en plástico film y dejar enfriar en la nevera una media hora. Estirar un poco con rodillo y colocar sobre el molde, ajustándolo con las manos. Extender una capa de mermelada y llevar a la nevera.
Lavar y cortar las ciruelas en cuartos o como más nos guste. Cuando tengamos unos 500 g listos, sacar el molde y colocarlas sobre la mermelada, con los cortes hacia arriba. Procurad meter toda la fruta posible. Ahora ya quedan los toques al gusto: azúcar moreno, unas cuantas almendras, algo de coco, ralladura cítrica, unas láminas de mantequilla... Si echáis ron, mejor a mitad de la cocción.
Hornear durante unos 30-45 minutos, vigilando que no se queme. A los 15 minutos, añadir un poco de ron o zumo de naranja, salvo que la fruta sea muy madura y esté soltando mucho líquido. Dejar enfriar por completo antes de servir. Está rica tibia, pero mejora con el paso de las horas.
Inspiración: las Wähe suizas y mis antojos del momento
Ingredientes para la masa
- 75 g de mantequilla sin sal muy fría
- 1 huevo L
- 1 sobre de azúcar vainillado (unos 8 g)
- 1 pizca de sal
- 50 g de almendra molida
- 170 g de harina de repostería
- 30 g de harina de maíz (no maizena) - leche fría necesaria
Ingredientes para el relleno (a ojo, totalmente personalizable)
- mermelada casera (de fresa en mi caso)
- 600-800 g de ciruelas dulzonas pero no muy maduras
- azúcar moreno
- almendras laminadas o troceadas crudas
- ralladura de naranja o limón
- coco rallado - láminas de mantequilla (opcional)
- chorrito (o chorrazo) de ron o zumo de naranja)
Precalentar el horno a 175ºC y preparar un molde de tarta bajo, de unos 20-22 cm de diámetro. Yo forro el fondo con papel y engraso los laterales.
Cortar la mantequilla en cubos y triturar con el huevo, el azúcar, la sal, la almendra, la harina de trigo y la de maíz. Es mejor si se hace con procesador de alimentos, pero a mano también sale bien. Cuando tengamos una textura de migas, agregar leche fría poco a poco hasta que se pueda formar una masa suave, no pegajosa ni tampoco que se desmigue.
Si está todavía fría se podrá extender fácilmente en el molde. En caso contrario, envolver en plástico film y dejar enfriar en la nevera una media hora. Estirar un poco con rodillo y colocar sobre el molde, ajustándolo con las manos. Extender una capa de mermelada y llevar a la nevera.
Lavar y cortar las ciruelas en cuartos o como más nos guste. Cuando tengamos unos 500 g listos, sacar el molde y colocarlas sobre la mermelada, con los cortes hacia arriba. Procurad meter toda la fruta posible. Ahora ya quedan los toques al gusto: azúcar moreno, unas cuantas almendras, algo de coco, ralladura cítrica, unas láminas de mantequilla... Si echáis ron, mejor a mitad de la cocción.
Hornear durante unos 30-45 minutos, vigilando que no se queme. A los 15 minutos, añadir un poco de ron o zumo de naranja, salvo que la fruta sea muy madura y esté soltando mucho líquido. Dejar enfriar por completo antes de servir. Está rica tibia, pero mejora con el paso de las horas.
Voy a ignorar que estamos de nuevo con el protocolo de contaminación activo y que no se espera lluvia en no se sabe cuánto tiempo. Yo ya he guardado la ropa de verano, no quiero volver a verla en mucho tiempo, gracias. ¡Me encanta volver a llevar chaqueta!
Cuidáos mucho, que hay virus sueltos y el elfo ha pillado el primer catarrazo de la temporada. ¡Espero que no me haya contagiado! 😌
Mi querida amiga, me alegra en el alma que hayas pasado unos dias con tus padres, palabra hermosa la de padres, no lo puedo remediar, pero aun se me llena la boca de papa y mama, aunque ya no los tenga, Bueno no quiero ponerme mas triste de lo que aun estoy, asi que te dire que esta tarta otoñal me ha vuelto loca, por que me pasa como a ti el otoño me encanta, pero te dire que en nuestra tierra Murcianica, y en concreto aguilas aun estamos de verano puro y duro, yo estoy deseando de sentir el fresquico cuanto antes mejor. Bueno cielo que me alegra un monto leerte, y que te mando miles de besicos
ResponderEliminarprefiero estas tartas frutales así, con la fruta en trozos y no en compota ^^
ResponderEliminarMe alegro de que venga ya el frío. Y para que lo diga yo! Pero el veroño este no es ni normal ni bueno para el clima, y además pega la contaminación al suelo que es una cosa espantosa.
ResponderEliminarLa tarta, otoñal y preciosa, me parece una idea genial, almendras, coco... uf!