En Murcia el calor se hace el remolón y tarda en marcharse, pero septiembre ya trae días cortos, noches frescas y temperaturas con las que se puede disfrutar de verdad durante el día. Lo que más recuerdo de este mes es esa sensación de empezar algo nuevo, de volver a la ciudad y renovar un poco la casa, el armario y mi cuarto por completo. Cuando era estudiante era la época de ordenar, de hacer limpieza de libros y apuntes y de renovar el material de papelería, de estrenar agenda y de hacer muchos planes. Cómo me gustaba estrenar cuadernos, libretas, estuche, bolígrafos, calendarios, carpetas y demás. Las buenas intenciones no solían durar mucho después de octubre, pero qué bonito y qué nuevo era todo en septiembre.
Me falta esa sensación aquí en Madrid. Sí que estamos como viviendo una etapa nueva, un año más en convivencia y haciendo algunos planes para el futuro, pero en el día a día es como si hubiera apretado simplemente el botón de "pausa" en julio y lo hubiera retomado todo igual al volver. Y me he dado cuenta de que me estoy organizando fatal, voy a salto de mata y necesito cierto orden mental en mi vida ahora mismo. Creo que voy a aprovechar que tengo que ir al centro esta tarde para hacerme con alguna agenda o cuaderno y voy a retomar las buenas costumbres, quizá me pase a la moda de las bullet journals a ver qué tal. Y así podré organizarme mejor para probar recetas más complicadas, aunque las improvisadas y facilotas como esta de hoy tampoco están nada mal.
Una Flammkuchen es un tipo de tarta salada planita típica de algunas zonas de Alemania y que también se ven en Francia -donde se llama tarte flambée- y Suiza. Hay muchas variantes según la región, pero la más típica es de masa delgada, con crème fraîche o queso fresco de base, cebolla y tocino, pudiendo llevar también setas, otros quesos, patata... y también hay versiones dulces. Hay masas que son parecidas a la pizza, con base de panadería, pero las más fáciles no necesitan levadura. A mí me gustan en su versión simple, sin levado, muy finitas y crujientes, y con forma irregular.
El otro día me apetecía comer algo con higos y queso, variando la típica combinación de queso de cabra sobre pan -aún no había despertado a mi masa madre- que ya os enseñé el año pasado. Entonces pensé que me tocaba tomar algo de legumbres, y tenía restos de harina de avena en la despensa... oh, y un fabuloso queso Gruyère AOP suizo. Al final salió esta Flammkuchen, sin trigo, con una base crujiente rica en proteínas, Gruyère fundido y queso fresco con tomillo. Ñam.
Flammkuchen o tarta fina salada de higos con queso Gruyère
Inspiración: Recuerdos de barbacoas en Suiza y de las higueras de mi campo
Ingredientes para 2 personas como primer plato o 1 buena ración única
- 60 g de harina de avena*
- 40 g de harina de garbanzos
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 1 buena pizca de sal
- agua necesaria
- 5-6 higos maduritos pero sin pasarse
- queso Gruyère suizo auténtico*
- queso fresco batido desnatado, requesón o ricotta
- tomillo fresco
- pimienta negra
- miel
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja. Colocar las harinas con el aceite y la sal en un cuenco, mezclar y añadir agua poco a poco hasta tener una masa homogénea, suave, maleable pero no pegajosa.
Formar una bola y poner en la bandeja de horno. Aplanar con un rodillo hasta dejarla muy finita, engrasando el rodillo si fuera necesario con un poco de aceite.
Lavar bien los higos, con suavidad, y secar. Cortar los rabitos si fueran muy grandes y las posibles partes dañadas de la piel. Cortar los higos en rodajas no muy gruesas y distribuir por encima de la masa. Rallar queso al gusto, añadir tomillo fresco y un golpe de pimienta.
Hornear unos 10-15 minutos hasta que la masa esté crujiente y el queso bien fundido. Servir con queso fresco repartido por encima y un poco de miel según nos guste más.
* Notas:
- El auténtico Gruyére es apto para intolerantes a la lactosa, porque estos quesos curados la pierden prácticamente toda en su producción, de forma natural. De todas formas, mejor probar y aprender lo que le sienta mejor a cada uno.
- El queso fresco batido es casi como yogur, ligero y con fermentos lácteos que son los que "digieren" la lactosa por nosotros. El labneh iría muy bien también aquí.
- La harina de avena la hago casera triturando copos finos. Hay que tener cuidado con el gluten porque en España pocas marcas venden avena que sea libre de gluten con confianza.
- La harina de garbanzos se vende ya en cualquier sitio, tanto herbolarios como tiendas ecológicas y en hipermercados. Suele ser ecológica.
Tengo grandes expectativas para este otoño, espero que no me defraude :).
Gostei dessa base e com figos....uma verdadeira delicia.
ResponderEliminarEste ano tenho comido bastantes figos
Boa semana
¡Qué ricos son los higos! :)
EliminarAquí también hay jínjoles y aunque no sean mis favoritos si me gusta comer algunos en esta época del año, a día de hoy todavía no los he probado pero cerca están ;). Los higos son harina de otro costal, si que me gustan, en casa tenemos dos higueras y aunque no son higos muy grandes son muy gustosos y casi siempre terminan en forma de mermelada que hace Tomás. Pero antes de que lleguen a la olla estaría bien probar una delicia de tarta fina, no me imagino el sabor de la base con harina de garbanzo, pero se ve bien rico.
ResponderEliminarUn besito guapa
Los que tenemos alma mediterránea tenemos una relación especial con las higueras, verdad? :) A mí además me traen tan buenos recuerdos, son árboles muy especiales, y esos frutos que nos regalan... hay que aprovechar! Cuando pasaba el final del verano en Murcia y había buena cosecha también solía hacer mermelada, este año me tengo que contentar con devorar los higos que me llegan al natural (más o menos).
EliminarLa harina de garbanzo es muy peculiar, aquí queda crujientita y con un toque rústico que creo que combina genial con los higos y el queso, y nos da muchas proteínas!
Tomaaaa ya! Vaya tarta rica y qué buena combinación de ingredientes, no sabía lo del queso gruyere e intolerantes, me ha encantado la verdad; los higos aquí en mi tierra hasta mediados de octubre finales no están para recoger y son verdes con lo de dentro rosa clarito,los tuyos son de los rojos me encantan. Me acabo de apuntar al amigo invisible gastronómico te animas?? A ver si tengo suerte y me vuelves a tocar jajaja un beso nena
ResponderEliminarAy me temo que no me voy a apuntar al AIG, con el caos de vida que tengo últimamente prefiero no liarme con algo más xD.
EliminarA mí me gustan tanto los higos verdes como los negros, de hecho en el campo tenemos higueras de los dos tipos, no sé cuáles me gustan más! Ambos están deliciosos, aunque es verdad que los negros parecen más bonitos por el contraste de color tan fuerte :).
Pues seguro cumple con tus expectativas o incluso las supera jeje, la tarta se ve deliciosa, una mezcla deliciosa, que ganitas dan de darle un buen muerdo,besitos
ResponderEliminarGracias Noe! Ojalá tengas razón con lo del otoño, por el momento estoy pensando en hacer una fiesta de bienvenida a la estación, jajaja.
EliminarJínjoles! Que es lo que es? Nunca los había oído, pero supongo que serán como las borrajas, las tagarninas o los arañones, cosas autóctonas que uno echa en falta en Madrid.
ResponderEliminarEn fin! Me copio tu base, me ha gustado mucho, y tengo todas las harinas :)
Tienen otros nombres, (de hehco, tienen muchos nombres!), parecen dátiles pero luego son como manzanitas pequeñas, también se toman arrugaditos, más dulces, se hacen licores con ellos... Mira, aquí tengo un post http://www.directoalpaladar.com/ingredientes-y-alimentos/el-jinjol-o-azufaifa-delicioso-pequeno-fruto-que-despide-el-verano :)
EliminarSeguro que sabrás tunear la idea de la base para hacerla aún mejor, que yo la improvisé un poco sobre la marcha!
Este verano estuve en Alemania y Francia, y probé el flammkuchen y las tartes flambee, me encantaron, y ésta tuya es muy original con los higos.
ResponderEliminarbesos,
Qué bien que estuviste de viaje por allá! Es que no suele faltar una Flammkuchen cuando se pasa por ciertas zonas de Alemania, es tipiquísimo :)
EliminarHola Liliana
ResponderEliminarMenuda pinta tiene esa tarta salada. La base con harina de garbanzos y avena no me imagino qué sabor puede tener, a juzgar por la foto muy bueno, en cambio la combinación de queso, higos y tomillo sí me la imagino, y al hacerlo se me hace la boca agua :-)
En serio, me parece de lo más apetecible esta tarta, ojalá pudiera coger un trozo...
Un beso muy grande, guapa!!!
Pues es de lo más fácil, ya digo que la improvisé un poco sobre la marcha con lo que tenía en la despensa :D. La verdad es que salió rica, me alegro de que te haya gustado la idea :)
Eliminaradoro las flammkuchen! nosotros hacemos una versión rápida (y cutre) con tortillas de trigo xD
ResponderEliminar