Ya estoy de nuevo en Madrid, reajustándome a la rutina poco a poco. Antes de retrasarme demasiado, vamos con la primera entrega de la crónica del viaje a París, antes de llegar a la capital francesa. Al viajar en coche, hicimos una parada de una noche tanto en la ida como en la vuelta.
Salimos un jueves bien temprano desde el campo; a las 5.30 ya estábamos en camino. Me gustan mucho esos madrugones, me traen buenos recuerdos, puedo ver amanecer a través de mi ventanilla y además esas primerísimas horas se pasan volando. A las 7 nos detuvimos a desayunar y continuamos sin problemas tras alguna breve parada para repostar y estirar las piernas. Por suerte esta vez no nos pilló ningún atasco al cruzar la frontera; ya en Francia almorzamos con bocadillos caseros y llegamos a nuestro destino a primera hora de la tarde.
Imagen de Oficina de Turismo de Rodez
Rodez es la capital de Aveyron, département situado al sur del Macizo Central, cerca de Toulouse, en una región que ha ido destacando en los últimos años como centro de atracción turística en Francia. Ciertamente es una zona muy bonita y agradable para recorrer con buen tiempo; en el último tramo de viaje recorrimos carreteras secundarias atravesando hermosos campos y pequeños pueblos con mucho encanto, rodeados de un marco natural fantástico.
La torre de la Catedral de Notre Dame, que en realidad, como se aprecia en la fotografía, está separada del cuerpo del edificio. Con una altura de casi 90 metros, es producto de la construcción a lo largo de varios periodos que han dejado su huella en los diferentes estilos artísticos que la componen.
El centro histórico no es muy grande pero merece la pena pasearse y perderse entre sus callejuelas estrechas que siguen sinuosos caminos. El legado medieval está presente en muchos pequeños detalles, como ocurre en tantas localidades francesas.
Después de una cerveza frente a la catedral, buscamos un lugar donde cenar. Como ya esperaba, tuvimos alguna dificultad ya que yo soy algo especialita para comer, sobre todo cuando los platos estrella de la gastronomía local se centran en carnes de mamíferos, quesos y salsas con lácteos. Menos mal que muchos restaurantes incluyen una interesante sección de ensaladas grandes que pueden funcionar como plato único para una persona!
Elegimos una Brasserie situada en una céntrica plaza, de los pocos locales de precios razonables que estaban abiertos una tarde de agosto, Le Grand Café.
Buen pan, como más me gustan: corteza dura doradita, miga tiernísima pero firme, llena de alveolos, muy aromático.
Ensalada de mezcla de lechugas, tomates (con sabor a tomate), huevo duro, huego pochado (perfecto, al romperla la yema inunda el plato mezclando los sabores creando unos jugos maravillosos), espárragos, alcachofas con una vinagreta suave, manzana.
Especie de flan/natillas/crème brûlée, de textura más firme, con caramelo dentro y acompañado de merengue (no, no es nata!).
Tarta de albaricoque, fantástica. La masa casera y el relleno de fruta generoso, con ese punto ácido que me gusta en este tipo de pasteles, contrastando con la base más dulce.
Brasserie Le Grand Café
19 place de la Cité
12000 Rodez
Tél. 05 65 68 00 95
Desayuno de hotel. Me temo que cuando se vació la bandeja fui a por más. Me pierden este tipo de desayunos, aunque hace tiempo que no me tiro como una loca a la cesta de la repostería, y eso que los croissants y los pain au chocolat de estos hoteles son deliciosos. Pero yo con buen pan y buena fruta soy feliz. Ese yogur natural, cremosísimo, sienta de maravilla por la mañana; cuando era niña me encantaba llenar el cuenco con ese yogur y una mezcla de cereales, frutos secos y fruta. El canelé es un pequeño dulce típico de ciertas zonas de Francia, un caprichito mañanero.
La segunda etapa del viaje se desarrolló sin ningún problema. Fue parada obligatoria cruzar el viaducto de Millau, una impresionante labor de ingeniería en la A75 que se alza unos 340 metros a lo largo de sus 2460 metros de longitud, sobre un fantástico entorno que ofrece vistas espectaculares de la zona. A sus pies hay un centro de visitantes con pequeñas exposiciones, resturante y algunas tiendas.
Y tras esta breve parada, rumbo directo a París.
que rico todo!!! espero ver las fotitos de Paris en breve! jee!
ResponderEliminarbesitos
La ensalada con el huevo poché me la apunto para hacerla, las fotos increibles y el viaje me imagino que habrá sido fenomenal. Me encanta París, pero del resto de Francia no conozco nada más que San Juan de Luz. Tomo nota del sitio por si me animo a realizar el viaje en coche. Bss (Elena)
ResponderEliminarQué envidia! Hace tiempo que no voy a Francia y tengo unas ganas locas de volver, me gusta muchísimo!
ResponderEliminarDeseando ver tus post sobre Paris, pero estoy segura de que voy a pasar muchísima envidia!
Un besazo y bienvenida.
Qué hermoso viaje y qué bien me vienen tus apuntes, más todavía a mi marido que quiere ir en coche y yo en avión. Tomo nota de todo, bienvenida y que disfrutes mucho de los recuerdos.
ResponderEliminarUn beso.
Me encantan estas crónicas, lo sabes, y uno aprende mucho de estas experiencias porque este viaje que nos mostráis podemos hacerlo cualquier día. Bueno, a excepción del madrugón para viajar o para volar, que a mí no me gusta mucho o nada jejeje, aunque la imagen del amanecer desde el coche o el avión es realmente bonita.
ResponderEliminarPor lo demás me parece que todo es ideal, lo que vísteis ese primer día y la segunda mañana (oye pues madrugar cunde jejeje), ese desayuno y la brasserie me encantan.. que bien se cuidan estos franceses ¿verdad?.
Me encantan las fotos.
Esperando la segunda parte.
Un saludo.
Una cróni9ca fantástica...ya tengo ganas de mas...beeesos
ResponderEliminarMagnifica crónica, me quedo con ganas de más...
ResponderEliminarMe alegra tenerte de nuevo por aquí!
Un besito!
Madre mía!!!!
ResponderEliminarque fotos, que fotos y que envidia... es una estupenda crónica, realmente estupenda.
Que hermoso viaje....y gracias por las fotos y los detalles......así haré un viaje virtual....
ResponderEliminarBesis.
Que viaje más chulo! Me has dado hambre con esas fotos!! Y el puente... que preciosidad!! Todo estupendo!
ResponderEliminarBesos
Excepto en lo de madrugar el resto perfecto¡¡ Que rico todo y que fotos más bonitas¡¡ Espero la siguiente entrega ;-) un fuerte abrazo
ResponderEliminarGuapa!Que viaje más bonito.Y qué fotos!
ResponderEliminarPor cierto, ya he vueltooooo al blog!Muak!
Ya me tendrás aquí liada viendote cada dia jeje.
Qué chulo! Ese recorrido lo conozco bien.. además lo hice hace poco ;-) Espero ver más fotos!
ResponderEliminarSe me ha hecho agua con la tarta de albaricoques... quiero un trocito ya!
Besos.
Muy bonito el viaje! No te llevaste al magnifico gato?
ResponderEliminarUn saludo, paisana
¡Hola niña! Ya estoy deseando ver el resto de tu viaje.
ResponderEliminarHace tiempo que no entro en la blogesfera pero hoy me he obligado a hacerlo...jejeje...es que llevo un verano de lo más perezoso...jajaja...pero en fin, es lo que hay, no debo agobiarme por ello. A ver si de cara al otoño me pongo las pilas...
Por cierto ¡qué bueno el pan francés...mmmmmmm...!
Un besote, mi solete.
Vamosalculete.
Qué maravilla! Oye, me he quedado intrigada con el canelé... qué es exactamente?
ResponderEliminarYa me gustaría a mí hacer un viajecito así, ays! Espero ansiosa el resto de tus crónicas :)
saluditos
Lilianaa!
ResponderEliminarSi quieres pásate por el blog, que tengo un sorteillo jeje. Muak!
LA TARTA me ha encantado ....y sa ensaladita completa uhmmmm espero te lo hayas pasado muy bien ..es una gozada perderse por la calles en PARIS ...encuentras siempre lugares con encanto ...bsssMARIMI
ResponderEliminarBenvenida guapa!! que maravilla de viaje!! ya tengo a mi compi ( medio francés) relamiéndose con ese filete..mmmm!!! somos fans 100 % de Francia. Seguro que habéis disfrutado al máximo!
ResponderEliminarUn beso grande