28 abril, 2007

Pastas crujientes de almendra

¿Por qué las llamo pastas en lugar de usar el más genérico galletas? Realmente no lo sé, quizá tengo tendencia a denominarlas pastas cuando la receta no incluye ningún tipo de grasa (mantequilla/aceite).
Esta receta está adaptada del libro Las Tentaciones de Eva Arguiñano. Salen unas galletas duritas y crujientes que piden a gritos ser mojadas en leche, café o chocolate :)
Ahora que dentro de nada estamos otra vez de exámenes (¿he dicho alguna vez que el tiempo vuela?) voy a procurar tener siempre algo hecho para la merienda, que hay que alimentar el cerebro de cosas buenas :P


- 450 g de harina para repostería
- 225 g de azucar glas
- 150 g de almendra molida
- 3 huevos
- 1 chorrito de leche
- 1 limón exprimido
- 1/2 cucharadita extracto de vainilla
- 1 clara
- un poco más de azúcar glas


En un recipiente amplio mezclamos con una espátula primero el azúcar con la almendra y después con la harina tamizada. Batimos los tres huevos aparte y los vamos añadiendo poco a poco, mezclando todo bien hasta que quede una masa homogénea. Añadimos la vainilla y el zumo reservando un poco (que el limón no sea muy grande). Ahora podemos echar un poco de leche, aunque si la masa ya está muy pegajosa (casi intratable) mejor la obviamos. Amasamos un poco manualmente sobre una superficie enharinada antes de envolver la masa en papel film. La dejamos en la nevera unas tres horas.

Precalentamos el horno a 180º. Volvemos a amasar ligeramente y extendemos con un rodillo, pero sin dejarla muy fina. Recomiendo trabajar en este punto la masa por partes, es más sencillo. Usamos un cortapastas para darles forma y vamos colocando las pastas sobre una bandeja engrasada o con papel de hornear; no hace falta que estén muy separadas ya que apenas van a crecer. Con un pincel las pintamos con una mezcla de clara de huevo, zumo de limón y azúcar. Bajamos un poco la temperatura y horneamos a media altura entre 15 y 20 minutos, dependiendo como siempre del tamaño de las galletas y de cada tipo de horno. Lo mejor es ir controlándolas hasta que los bordes comiencen a dorarse ligeramente. Dejamos unos minutos fuera antes de pasarlas a una rejilla donde se deben enfriar del todo antes de guardarlas.


Feliz Puente a todo el mundo! Acueducto más bien para los madrileños ;)

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