Hasta aquí mis quejas, que estoy en mi tierra, el árbol luce precioso, toda la familia está sana y el horno nuevo de mis padres va de maravilla. La maldita carpa que han instalado en la Plaza de Toros con actuaciones todos los viernes y sábados es, por ahora, tolerable, y he horneado tortas de Pascua y galletas suizas para abastecer a tres familias. A ver si consigo que ninguna tontería me estropee las fiestas. Ni los 24 grados de temperatura.
Para variar, no he podido hacer todas las recetas navideñas que me hubiera gustado, aunque sí tengo aún alguna cosilla esperando para ver la luz estos días de celebraciones. Hoy os dejo una variante de una de mis favoritas del -enorme- recetario suizo navideño: Makrönli o Makrönchen, que además son geniales para aprovechar restos de frutos secos o de clara de huevo.
No necesitan complicaciones con el rodillo, ni cortadores ni moldes de ningún tipo. Su acabado rústico es parte de su encanto y permiten hacer variaciones con los frutos secos que nos apetezcan, o ser más o menos finos en la decoración. En este caso he combinado avellana en la masa con una almendra como coronación, y un toque de cardamomo. Si no fuera por la cantidad de azúcar, serían unas galletas fit :P. Eso sí, sin gluten y sin lactosa.
Hace varios siglos, en mis primeros pinitos en la cocina, compartí una versión primitiva con nueces y también las makrönchen más originales. Aguantan de maravilla muchos días si se conservan en un recipiente hermético, sin mezclarse con dulces de otras texturas.
Receta de makrönli de avellana y almendra al cardamomo
Inspiración: mis tradiciones navideñas y esta receta
Ingredientes aproximados para 30 unidades
- 200 g de avellana molida
- 2 claras de huevo
- 1 buena pizca de sal
- 5 ml de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de cardamomo molido
- 130 g de azúcar
- almendras o avellanas crudas
Batir las claras de huevo con el azúcar con batidora de varillas hasta que se espese, unos pocos minutos. Agregar la sal y la vainilla, y batir un minuto más.
Incorporar la avellana molida y mezclar con movimientos envolventes hasta tener una masa homogénea, húmeda, sin restos secos ni grumos gordos.
Cubrir con una hoja de papel sulfurizado o similar una bandeja grande de hornear. Con ayuda de una o dos cucharillas, tomar pequeñas porciones de masa y formar montoncitos, del tamaño de una nuez, distribuyéndolos en la bandeja.
Se pueden redondear o perfilar un poco con las manos humedecidas, si preferimos un acabado más fino. Coronar cada bolita con una almendra o avellana cruda. Dejar a temperatura ambiente durante, al menos seis horas.
Si hace calor en la cocina, introducir en la nevera. Si hay gatos por la casa que meten las narices (y sus pelos) en todo, tapar bien con un paño limpio.
Precalentar el horno a 175º C y hornear durante unos 10 minutos, hasta que empiecen a dorarse. Esperar un par de minutos fuera del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Inspiración: mis tradiciones navideñas y esta receta
Ingredientes aproximados para 30 unidades
- 200 g de avellana molida
- 2 claras de huevo
- 1 buena pizca de sal
- 5 ml de esencia de vainilla
- 1/2 cucharadita de cardamomo molido
- 130 g de azúcar
- almendras o avellanas crudas
Batir las claras de huevo con el azúcar con batidora de varillas hasta que se espese, unos pocos minutos. Agregar la sal y la vainilla, y batir un minuto más.
Incorporar la avellana molida y mezclar con movimientos envolventes hasta tener una masa homogénea, húmeda, sin restos secos ni grumos gordos.
Cubrir con una hoja de papel sulfurizado o similar una bandeja grande de hornear. Con ayuda de una o dos cucharillas, tomar pequeñas porciones de masa y formar montoncitos, del tamaño de una nuez, distribuyéndolos en la bandeja.
Se pueden redondear o perfilar un poco con las manos humedecidas, si preferimos un acabado más fino. Coronar cada bolita con una almendra o avellana cruda. Dejar a temperatura ambiente durante, al menos seis horas.
Si hace calor en la cocina, introducir en la nevera. Si hay gatos por la casa que meten las narices (y sus pelos) en todo, tapar bien con un paño limpio.
Precalentar el horno a 175º C y hornear durante unos 10 minutos, hasta que empiecen a dorarse. Esperar un par de minutos fuera del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Cuando hemos estado en Santander también nos ha pillado el buen tiempo (a ver, 24º igual tampoco). Pero no me voy a quejar ni un poquito, porque anteriormente había habido unas lluvias y vientos de tres pares de narices, y haber llegado después ha hecho que hayamos podido hacer excursiones muy chulas la semana que hemos estado, que también se agradece. Hasta hemos podido ir a los Lagos de Covadonga, que en verano es lo peor porque hay que ir en autobús, hay más gente, y todas esas cosas. Así que hemos tenido suertaza, que el taster aún no había estado allí.
ResponderEliminarY oye, tú disfrutas de los planes, con O Tannenbaum en la cabeza, y da igual el tiempo que haga fuera de ella, jajaja
El toque de cardamomo me mata. Hace una semanas hicimos unas galletitas (era un ensayo para Navidad, pero luego no las repetí) que solo llevaban clara de huevo, zumo de naranja, almendra molida y azúcar, pues ahora pensándolo, ¡¡cómo le hubiera ido un poco de cardamomo a eso!! Y lo de la avellana hubier sido otro ideón.
Venga, voy a guardarme la receta, porque tienen pintaza, pero estas fiestas no estoy yo muy repostera, me estoy volviendo una vaga.
PD: Sí, lo sé, ser un vago no es una excusa para hacer galletas tan fáciles como estas xD
Pone Unknown, pero era yo :O
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