17 marzo, 2018

Pan de molde de espelta para días ajetreados: visita rápida a Taberna Puertalsol y Platea

Y vuelve a llover, y yo soy feliz. Son muchos, muchos días ya de lluvia, pero sigo sin protestar. Sí, a veces me chafa un poco los planes y cuando diluvia demasiado es imposible salir a correr -por peligrosidad del suelo, más que nada-, pero no puedo evitar sentir una sensación reconfortante cuando veo y escucho caer la lluvia. Los genes murcianos siguen ahí, y la lluvia la siento como un regalo de la naturaleza.


Ensalada estupendísima con un tomate muy sabroso, cebolleta crujiente muy suave y buen bonito

Alcachofas a la brasa con ajoblanco
Gambas al ajillo

Afortunadamente cuando mi madre estuvo de visita, a finales de febrero, aún no había arrancado este monzón. Tuvimos muchísimas suerte y solo nos enfrentamos al típico viento frío madrileño, soportable cuando pateas la ciudad recorriendo mil callejuelas. Cuando mi madre viene a visitarme ya no nos complicamos mucho y nos dejamos llevar un poco por la improvisación; yo madrugo más de la cuenta para trabajar un poco y, cuando puedo, nos vamos al centro sin planes fijos. Esta vez se nos ocurrió hacer la visita de La Real Cocina de Palacio -muy recomendable-, también vimos la exposición de Manolo Blahnik en el Museo de Artes Decorativas -fascinante sin esperármelo-, fuimos al cine y, cómo no, paseamos mucho.

Tiradito en Platea
La carne que pidió mi madre que no recuerdo que era, con verduras y boniato muy rico
Como la tarta Selva Negra pero en versión mini - ¡aunque no era TAN mini!
Tampoco me compliqué la vida buscando dónde comer, y la verdad es que tuvimos suerte. De casualidad se me ocurrió probar con la Taberna Puertalsol que Chicote abrió en plena Puerta del Sol, un lugar que tenía ganas de catar. Me daba algo de reparo porque está en un sitio muy turístico y temía aglomeraciones y precios, pero al final comimos bien. Barato no es, pero creo que está en la línea de este tipo de sitios; de Madrid, más teniendo en cuenta que tiene terraza justo en la Puerta del Sol. La carta no es muy extensa y ofrece platos inspirados en la cocina castiza con cierto toque Chicote. Entre semana y al mediodía hay poquita gente, más si vas temprano; mi madre y yo no somos comilonas así que compartimos tres platos -más la tapa de las bebidas- y pan. Nos encantó todo sobre todo por la calidad de las materias primas y la buena ejecución de las recetas, muy sabrosas.

Al día siguiente nuestros pasos nos acercaron a la zona de Serrano, siempre entretenida para recorrer curioseando escaparates -y viandantes-. Cuando se acercó la hora de comer entramos a Platea, un sitio que al menos hay que ver en vivo y directo porque el espacio sorprende y merece la pena. Estuve hace un par de años con la familia del del elfo pero no nos gustó demasiado; el sitio es una chulada pero pecaba de cierto postureo pasándose en los precios... Afortunadamente, ahora la parte de abajo funciona mejor y no es el sindiós caótico que era antes para poder comer. Sigue sin ser barato pero, de nuevo, compartiendo tres platos es más que asumible. El postre lo tomamos en el local que Mamá Framboise tiene en el mismo edificio. Las tartaletas estilo francés me pierden.



Y bueno, la receta que traigo hoy es el pan que preparé para los desayunos de esos días. En realidad ya lo he horneado dos veces, y los resultados sin ligeramente distintos porque usé harinas diferentes y los tiempos de levado fueron un poco... dispersos. Es una ligera modificación de la fantástica receta de Ainara, la cual tiene muchísimas delicias en su más que recomendable blog. Mis resultados son un ejemplo de cómo se puede conseguir un pan más que decente cuando no tienes tiempo de dedicarle la atención que necesita.



El pan más blanquito contiene una parte harina de espelta integral con menos salvado que la segunda versión, y además se me descontroló más en el horno por usar un molde más pequeño y ser algo impaciente con el segundo levado. El otro pan quedó más homogéneo, algo más rústico pero a la vez más tierno, porque la harina era distinta y además le añadí masa madre. En las fotos está ya tostado, y la verdad es que es un pan delicioso tanto para tomar con mantequilla y mermelada como para hacer tostadas con aceite de oliva y tomate. ¡Probadlo!



Receta de pan de molde de espelta semiintegral
Inspiración: Un rincón en mi cocina
Ingredientes para 1 pan de buen tamaño

- 300 g de harina blanca de espelta
- 100 g de harina integral de espelta
- 7 g de sal
- 1 pizca de cardamomo molido (opcional, a mí es que me encanta)
- 15 g de azúcar
- 175 g de agua tibia
- 75 ml de leche sin lactosa tibia
- 30 g de falsa mantequilla atemperada (I can't believe it's not butter, podéis usar mantequilla corriente)
- 10 g de levadura fresca (la segunda vez usé 5 g + 2 cucharadas de masa madre)
- mantequilla extra para pincelar al final

Yo no me compliqué y tiré de máquina, pero se puede hacer manualmente sin problemas -y es más satisfactorio-, como explica Ainara.

Combinar las harinas con el azúcar, la sal y el cardamomo (si se usa) en el recipiente de la batidora o en un cuenco grande y formar un hueco. Echar el agua, la leche y la levadura desmigada. Empezar a mezclar a velocidad suave-media hasta que quede todo más o menos incorporado.

Empezar a amasar con el gancho correspondiente, si se usa máquina, y agregar la mantequilla troceada cuando ya empece a tomar forma de masa. Continuar el amasado unos minutos, hasta que tenga un aspecto homogéneo y liso. Si estuviera muy húmeda, dejar reposar a intervalos cortos.

Formar una bola y colocar en un recipiente limpio ligeramente engrasado con mantequilla o aceite. Tapar y dejar reposar hasta que doble su tamaño.

Deshinchar la masa y reamasar un poco con suavidad sobre una superficie engrasada con aceite o enharinada ligeramente. Aplanar y enrollar dándole tensión superficial. Colocar en un molde rectangular engrasado y tapar con plástico o con gorro de cocina. Dejar levar de nuevo hasta que supere un poco más del doble (yo no esperé tanto la primera vez: error).

Precalentar el horno a 225ºC. Hornear el pan durante unos 15 minutos, bajar la temperatura a 200ºC y continuar el horneado unos 20-22 minutos más. Si se tostara demasiado, tapar con papel de aluminio. Dejar sobre una rejilla (comprobar que suena hueco al golpear la base) y, aún en caliente, pintar con mantequilla por fuera para darle un toque brillante y de aroma a la corteza. Al estar tan caliente, se derretirá sobre la marcha.

Esperar a que se enfríe por completo antes de cortar en rebanadas. Aguanta bien algunos días, pero si no lo vamos a consumir entero pronto es aconsejable congelar las rebanadas bien envueltas. Así podemos tener tostadas deliciosas en cualquier momento.


¡Buen fin de semana! Aunque sea pasadísimo por agua.

5 comentarios:

  1. Una miga espectacular. Ay los panes blancos que monos lucen siempre! Me dan complejo xD. Incluso con una poca integral como has puesto, ni se nota. Snif.

    Platea ni lo he pisado, pero la taberna de Chicote es verdad que mola y la comida está ejecutada con absoluto respeto y buen hacer. Es caro, vale, pero merece la pena.

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  2. Hola Liliana
    Ese pan tiene una pinta espectacular,y desde luego es un lujazo poder desayunar por las mañanas unas tostadas con un pan casero como el tuyo.
    Respecto a la lluvia es cierto que se hizo de rogar pero ahora ya podía ir parando porque es cierto que es necesaria, pero cansa mucho, al menos a mí ^-^
    Besos guapa

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  3. tiene una miga y una presencia realmente buena este pan. Yo últimamente me estoy aficionando a hacer mi propio pan de molde, la verdad es que es una gozada

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  4. Se ve muy bien tu pan.
    Un saludito

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